Malvinas, 40 años: una historia que se reescribe y resignifica

A cuatro décadas del inicio del conflicto bélico del Atlántico Sur, tres docentes de la Universidad relatan los cambios que se produjeron en la forma de enseñar y pensar este histórico acontecimiento.

01-04-2022

El 2 de abril se cumplen 40 años del inicio de la Guerra de Malvinas, un conflicto armado entre nuestro país y Gran Bretaña que generó cientos de muertos y una crisis internacional sin precedentes en la región. ¿Qué se decía sobre estas islas antes de la guerra? ¿Cómo se enseñaba en las escuelas sobre este territorio? ¿Qué cambios se produjeron entre esa enseñanza y cómo se aborda actualmente en los diferentes niveles educativos? Marta Poggi, Gabriela Ferreyra y Matías Casas, investigadores y docentes de la Universidad, responden estas preguntas y marcan un antes y un después en la pedagogía sobre Malvinas. 

“La década de 1880 es la más importante en la enseñanza de la historia porque es cuando las autoridades nacionales ponen el acento en la educación y en la conformación de una identidad argentina. En este aspecto, y dado que había pocos maestros entrenados en la historia, van a resultar esenciales los libros escolares”, dijo la magíster en Historia por la UNTREF Marta Poggi. Según ella, estos manuales contribuían con la labor docente, marcando temas y fechas específicos.

En relación con la forma en la que se enseñaba particularmente sobre Malvinas, Poggi, apoyada por un corpus de investigación compuesto por libros y manuales de primaria y secundaria, hizo una aclaración: las islas Malvinas pertenecían a la corona española por lo que, una vez lograda la independencia argentina, el territorio debería ser heredado por nuestro país. “Esta es la forma en la que se enseñaba: la idea de una ocupación ilegal y sin derecho ni razón por parte de Gran Bretaña en 1833”, sostuvo la investigadora. También destacó que se insistía mucho en los derechos de España sobre estas tierras  y en los derechos hereditarios para Argentina, además de algunas cuestiones cartográficas y geográficas.

El 14 de junio de 1982 el gobernador de Malvinas, Luciano Benjamín Menéndez, se rindió ante las fuerzas inglesas dando por finalizado el conflicto bélico. A partir de allí, pensar, sentir y enseñar sobre Malvinas adoptó nuevas formas. El doctor en Historia y docente de la Licenciatura en Historia Matías Casas aseguró que este tema atrae, atrajo y seguirá atrayendo a la sociedad argentina ya que desde 1982 hay gente que quiere leer, escuchar y ver sobre Malvinas. Para el especialista existen dos lecturas del hecho que son totalmente contrapuestas. Por un lado, un relato que se relaciona con un discurso patriótico proveniente de los militares y que considera a la guerra como una gesta heroica que se ensambla con otras recordadas batallas nacionales. “Se los reconoce a los combatientes como héroes y se celebra la guerra, identificando una suerte de comunión nacional en torno a la recuperación de las Islas”, explicó. En contraposición a esta mirada, según Casas, existe otra proveniente de intelectuales que explica a la guerra desde una perspectiva política: “Se habla del último manotazo de ahogado de la dictadura, enfatizando que fue una aventura militar que coloca a la sociedad argentina y a los jóvenes combatientes como víctimas de un engaño perpetrado por los represores que ocupaban el poder”.

Para el investigador, tanto la mirada vinculada con el heroísmo como la relativa a la victimización social observan el conflicto desde lejos y no se sitúan en el espacio y en el tiempo para analizar lo que realmente sucedió con este acontecimiento y lo que significó no solo para los protagonistas sino, también, para sus familiares.

“A partir de la década del 90 en Europa surge una corriente renovadora sobre los estudios de la guerra que deja de prestarle exclusiva atención a los objetivos militares para abarcar otros temas. La guerra pasa a ser un fenómeno social y cultural. Esto permite una vuelta de página en el análisis de la Guerra de Malvinas”, remarcó Casas. Ante esta nueva realidad, el docente dijo que Malvinas empieza a ganar autonomía y la historia argentina se hace cargo de mirarla en una dimensión total que imprime en aquellos que la experimentaron un antes y un después.

Efeméride suelta

Sancionada el 14 de diciembre de 2006, la Ley de Educación Nacional (Nº 26.206) genera un cambio fundamental: Malvinas se incorpora como contenido destacado de la historia reciente y como contenido obligatorio en todos los niveles educativos. Para la docente del Profesorado en Historia Gabriela Ferreyra, esta situación logró que Malvinas pase a ser parte de la historia nacional, dejando de estar únicamente como una efeméride suelta. “Desde entonces, se abarcó esta temática analizando los testimonios, afirmaciones y discursos investigando quién decía tal o cual cosa y a qué intereses respondía”, sostuvo Ferreyra y celebró que se acabaran los discursos absolutos y se promoviera el debate. “Se recuperó la voz de los hombres y de las mujeres que fueron parte del acontecimiento, todo ello ligado con una nueva narración que parte de las políticas de la memoria que el Estado implementa desde el año 2003”, agregó.

Recursos audiovisuales y nuevos cuadernillos son las herramientas utilizadas por el Estado para dar cuenta de una nueva mirada sobre Malvinas. Para Ferreyra esto generó un desafío: cómo lograr que los docentes puedan bajar al aula esta concepción y cómo hacer para tomar estos testimonios dolorosos y atravesados por la memoria para enseñar sobre la guerra. “Lo fundamental es que se insta a los alumnos a tener una mirada crítica sobre la historia y sobre los hechos históricos, logrando desterrar los discursos de verdad absoluta”, destacó.

Poggi, Casas y Ferreyra forman parte también del Instituto de Estudios Históricos (IEH). Desde sus perfiles como docentes e investigadores, coinciden en la necesidad de promover la mirada crítica entre sus estudiantes, futuros profesionales del área. “Malvinas sintetiza las contradicciones internas que tenemos como argentinos. Sintetiza los sonidos, silencios, palabras y emociones. Es un tema que nos permite mantener las ganas de seguir trabajando en pos del conocimiento histórico”, concluyó Casas.