Música por 1000 años: el arte de la OIANT será resguardado en la Bóveda del Polo Norte

Dos obras de la Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías (OIANT) serán almacenadas en un búnker subterráneo ubicado en el Ártico. El objetivo: proteger el patrimonio musical de la humanidad.

21-07-2022

La Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías (OIANT) de la UNTREF fue invitada por el proyecto internacional Global Music Vault para que dos de sus obras formen parte del repertorio que se almacenará en una bóveda subterránea en Svalbard, región situada entre el Polo Norte y Noruega, con el objetivo de preservarlo durante los próximos mil años.  Los temas seleccionados son “Harawi ritual”, del director de la Orquesta Alejandro Iglesias Rossi, y “Qhapaqkunap”, del integrante de la Orquesta y docente Juan Pablo Nicoletti, siendo esta la única representación de la música de nuestro continente.

“La OIANT recibió el  Musical Rights Awards del International Music Council de la UNESCO, en el World Forum on Music de Australia. Gracias a esto, le llegó la invitación para integrar la selecta nómina de obras musicales que quedarán almacenadas para la posteridad”, dijo uno de sus representantes e investigador del Instituto de Artes Tradicionales y de Vanguardia Isabel Aretz (IDECREA) Lucas Mattioni. El representante de la Orquesta hizo referencia, así, al logro que obtuvo el espacio que integra y al reconocimiento del mismo como un programa inspirador que recobra y da vida artística a los instrumentos musicales indígenas –la mayoría de ellos olvidados- al tiempo que desarrolla investigación, composición, exhibiciones, conciertos y un modelo pedagógico-musical para todos los niveles.

El especialista explicó que la preservación de las obras se vale de la tecnología promovida por Microsoft que consiste en un conjunto de innovaciones concentradas bajo la denominación Proyecto Sílica, iniciativa que emplea el cuarzo como punto de partida para garantizar el almacenamiento. “Se trata de un reconocimiento a los 20 años que lleva la Orquesta en la docencia, la formación, la recuperación de instrumentos y la promoción de la creación de un estilo de músico integral”, agregó Mattioni.

Todas las grabaciones que se conocen actualmente necesitan de un soporte físico que, con el correr del tiempo, se deteriora y resulta complicado preservar. Dado que los discos duros empiezan a mostrar daños transcurridos los primeros cinco años de vida y los CD´S comienzan a degradarse a los 15 años, el programa Global Music Vault –que, como explicaba Mattioni, cuenta con el soporte tecnológico de Microsoft- pensó de qué forma podría resguardar las obras sonoras y encontró una solución en el interior de una montaña congelada de Noruega. Más concretamente, en el archipiélago de Svalbard, cerca del Polo Norte. La capa congelada que alfombra su suelo de forma constante, más conocida como permafrost, resulta ideal para el propósito de conservación.  Además la construcción de la bóveda se ideó para soportar todo tipo de desastres, tanto los naturales como los provocados por el ser humano. Allí, el presidente del International Music Council, con sede en la UNESCO, Afons Karabuda dijo que este espacio es el ideal para “proteger el futuro de la música al guardar los archivos fundamentales del pasado”.

Está planificado comenzar los almacenamientos en 2023. La propuesta se realizará a través de dos etapas: inicialmente, se desarrollarán unas pequeñas obleas de cristal de cuarzo, de 75 x 75 milímetros de superficie y dos milímetros de grosor, para almacenar alrededor de 100 gigabytes de datos cada una. Dichas obleas se complementarán con una herramienta láser capaz de realizar nanoperforaciones, con un sistema de lectura basado en la luz polarizada y con un algoritmo de aprendizaje, capaz de decodificar toda la información de forma independiente. Una vez desarrollada la tecnología, el siguiente paso consistirá en decidir en qué orden se guardarán los archivos. Al parecer, los primeros que llegarán a la bóveda serán las creaciones de la artista británica Beatie Wolfe, las canciones del Polar Music Prize de Suecia, el contenido de la Biblioteca Alexander Turnbull de Nueva Zelanda y el de la Biblioteca Internacional de Música Africana. A partir de 2023, se irán añadiendo nuevos documentos de audio.

A fines de 2021 Mattioni y su colega, Emilia Sosa Cacace, utilizaron una tecnología innovadora para revelar el sonido de instrumentos de más de dos mil años de antigüedad que se hallaban en tres depósitos arqueológicos del Museo de La Plata. Recordando esto, Mattioni observó una similitud con esta invitación a resguardar la obra de la OIANT en la bóveda del Polo Norte. “Así como nosotros descubrimos sonidos procedentes de culturas con más de dos mil años de antigüedad, gracias a este proyecto de Global Music Vault las futuras generaciones disfrutarán de nuestro arte”, expresó.

Por su parte, Juan Pablo Nicoletti dijo: “Es un reconocimiento no solo para mí sino para toda la Orquesta. A su vez, también creo que es un elogio para la educación pública y para nuestra Universidad”. Asimismo, el docente consideró que esta oportunidad significa para todos los integrantes de la OIANT “una gran responsabilidad”. 

La región de Svalbard es un lugar ideal para Global Music Vault gracias a su clima frío y seco. Esta es la razón por la que el grupo de islas ya alberga tanto el Arctic World Vault, que almacena artefactos históricos y culturales y datos de todo el mundo, como el Global Seed Vault, una ‘copia de seguridad’ física para proteger la diversidad de cultivos del planeta. El área está clasificada como desmilitarizada, por lo que, en principio, no puede estar involucrada en conflictos bélicos.

La Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías (OIANT) se fundó en 2004 en la UNTREF de la mano de Alejandro Iglesias Rossi y Susana Ferreres, el director y la vicedirectora de la Maestría en Creación Musical, Nuevas Tecnologías y Artes Tradicionales. Se trata de una propuesta interdisciplinaria que atraviesa tanto la investigación y composición musical como el mundo de la luthería y el de la creación de máscaras. Del proyecto participan docentes y alumnos de la mencionada Maestría y de las licenciaturas en Artes Electrónicas y en Música Autóctona, Clásica y Popular de América, los que, durante sus performances, intervienen en vivo sonoridades ancestrales mediante el empleo de tecnologías electrónicas. Así la propuesta comprende desde música popular de América hasta música electroacústica contemporánea.

Es tal el prestigio de la OIANT que su actividad llegó al cine. Actualmente, el film OIANT. Música para un futuro ancestral de Nacho Garassino, se proyecta en el Complejo Gaumont y en el Cine Paramount de Caseros. El documental sigue las presentaciones de la Orquesta en variados escenarios del mundo –Machu Picchu, la Patagonia, Francia, Egipto- pero, también, en los talleres de fabricación de instrumentos, donde aprenden a tocarlos, a conocer y experimentar sonoridades que, sin embargo, jamás escucharon. En este enlace se encuentra más información sobre esta película.