María Remedios del Valle, la heroína que originó el Día Nacional de los afroargentinos

El 8 de noviembre es el Día Nacional de los afroargentinos y la cultura afro, en recuerdo del fallecimiento de María Remedios del Valle.

08-11-2021

El  recordatorio de una mujer  que combatió en el Ejército del Norte, siendo nombrada capitana por el general Manuel Belgrano, es muy valioso para la reconocida académica Anny Ocoró Loango, del equipo de investigación del Programa Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina (ESIAL) de la UNTREF.  “Es una de las efemérides más importantes y  una gran conquista del movimiento afro. En distintos países de la región, hay un día de evocación. En algunos, está relacionado con la abolición de la esclavitud, como en Colombia; y en otros, a héroes míticos de las comunidades afro, como Zumbi Dos Palmares en Brasil, Alonso de Illescas en Ecuador o José Leonardo Chirino en Venezuela. Argentina y Cuba –con la reivindicación de la Negra Carlota que luchó por la independencia–      son de los pocos países que han recuperado a una mujer para conmemorar el Día de la Afro     descendencia”, describió Ocoró Loango.

Es muy revelador el análisis que realiza la investigadora acerca de la vida de María Remedios del Valle a partir de su condición de mujer, abrazando una causa libertaria que está ligada a toda la sociedad. “Es una heroína que marcó la presencia de las mujeres. Hubo una reconstrucción de su vida y una apropiación de su figura por parte del activismo que trajo una disputa por nuevos significados y procesos simbólicos de una argentinidad que –todavía–      es muy esquiva en relación de la diversidad.  Si se lo quiere ver de manera contrahegemónica, su figura es reinventada para reconstruir la memoria nacional”, afirmó. 

Al día de hoy, la población afrodescendiente cuenta con un crecimiento importante en su número en Argentina. Según el censo del INDEC de 2010 hay 150 mil personas que se reconocen como afrodescendientes. Es el 0,     4 % de habitantes del país. Igualmente, la propia comunidad afirma que es mayor el número. Un dato sustancial es que el 92 % de ese 0,     4% es nacido en Argentina, lo que sirve para discutir con quienes afirman que todos los negros que hay vienen de afuera. 

Ocoró Loango clasifica el movimiento afrodescendiente en el país como bastante organizado,  heterogéneo y      compuesto por distintas expresiones diaspóricas. “Hay afroargentinos, diásporas afrouruguayas, afrocolombianas y africanas. Es un movimiento que, pese a ser pequeño, ha construido espacios de participación, visibilidad y articulación política”, observó.  La investigadora  dijo que la inclusión en el censo del 2010 generó mucha visibilidad de esta población      y que la mirada del Estado está cambiando, ya que se creó una comisión para el reconocimiento histórico de la comunidad afroargentina. “Hubo avances importantes a nivel estatal, pero desde el conjunto de la sociedad tarda más. Son cambios de largo aliento”, opinó. 

La vinculación de la mujer negra con el feminismo es una relación de larga data. Ocoró Loango afirma que los feminismos han sido negros y explica que  a partir de Sojourner Truth, una mujer negra esclavizada  que pronunció el discurso “Acaso no soy una mujer”, se visibiliza a la mujer negra lejos de una femineidad ligada a la clase. Por eso, Sueli Carneiro en su texto “     Enegrecer o feminismo”      destacaba que las mujeres negras no entendían el reclamo de las mujeres blancas feministas que querían salir a trabajar porque ellas siempre estuvieron en la calle, trabajando. “El hecho de que la mujer negra no solo enfrente desigualdades de género sino también de raza, de clase y discriminación, las aleja de tener una ciudadanía plena. Las somete a una situación de desigualdad estructural que es difícil de romper”, comentó Ocoró Loango. 

Ella  discute la relación entre el racismo y la meritocracia, retomando una situación particular del país vecino: a principios del siglo XXI en Brasil se logran instituir políticas orientadas a reducir desigualdades  que permitan garantizar a poblaciones afro el ingreso al campo educativo a través de cupo o cuotas especiales. Estas acciones afirmativas fueron  fuertemente atacadas. La meritocracia sostiene que uno tiene que acceder a la escuela por mérito propio y no por un cupo. “No estamos en contra del mérito, que se pueda alcanzar una posición social a partir del esfuerzo,  pero también sostenemos que en la sociedad hay sectores que están profundamente sumidos en una situación de desigualdad que condiciona sus trayectorias educativas”, resaltó.

Al Estado –     continuó–     se le pide un impulso, acciones positivas que favorezcan la integración. Se necesitan condiciones materiales. La población afrodescendiente vive en desigualdades de posiciones sociales y oportunidades. “El discurso meritocrático      se cae en tanto no todo depende de tus dones, tus talentos, sino que hay una desigualdad estructural que condiciona trayectorias y elecciones personales. Es falso que todos partimos del mismo lugar”, analizó.

“En nuestra región no solo está mal repartido el acceso a bienes materiales, económicos y simbólicos, sino también a nivel político. Cuando se ve quié     nes participan y toman decisiones en el Estado, ¿tiene la cara multicultural de nuestra región? No. Mientras más se asciende en esa estructura social, más blanca, masculina y heterosexual es. El Estado necesita igualar las posiciones para poder acceder a trayectorias educativas para que se concluyan los estudios”, ahondó la investigadora y docente.

Para finalizar, Ocoró Loango puso      la lupa en el racismo en tanto fenómeno complejo que no opera de la misma forma en todos los lugares. “El racismo postula que existen razas y que dentro de estas      hay inferiores y superiores, atribuyéndole determinados comportamientos éticos y morales. En Argentina, se dice que no hay racismo porque se lo piensa con la lógica norteamericana. Acá no hubo segregación ni situaciones como la de George Floyd, pero el continente tuvo un gran proyecto racista que fue el mestizaje. Era disolver las huellas de africanismo e indigenismo al considerar que eran pueblos que no aportaban nada al desarrollo”, describió.

Como conclusión, afirmó que el racismo siempre viene asociado a la discriminación: “Suelo decir que no toda discriminación es racismo pero todo racismo implica alguna discriminación. En sus diferentes modalidades, apartan a las personas. En Argentina se usa al color de piel para marcar a alguien como inferior, para extranjerizar o desnacionalizar a la persona.  El color negro mismo te expulsa del imaginario de Nación, algo que también pasa con personas de los pueblos originarios. El racismo está en la base de estas prácticas; no se las cuestiona sino que se las ha naturalizado. Son silenciosas y pasan inadvertidas. El hecho de que no se manifiesten episodios de racismo explícito no significa que no existan”.