Judith Butler en la UNTREF: "El feminismo busca la igualdad"

Ante un microestadio lleno, la filósofa norteamericana habló de las posibilidades que se le presentan a este movimiento como alternativa al capitalismo neoliberal.

10-04-2019

El movimiento feminista como resistencia al neoliberalismo, la precarización de la vida y el feminismo no excluyente fueron algunos de los temas centrales de la charla que la pensadora Judith Butler (Universidad de California, Estado Unidos) brindó en la Sede Villa Lynch de la UNTREF ante más de dos mil personas. "Nuestro enemigo es el régimen patriarcal, homofóbico y capitalista”, remarcó en la mesa redonda Activismo y Pensamiento que compartió junto a su colega de la Universidad de California Natalia Brizuela y las activistas Marta Dillon, Verónica Gago y Cecilia Palmeiro del colectivo Ni Una Menos.  

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Butler señaló que aunque haya diferencias en el interior del movimiento, hay un objetivo común. “No tenemos que amarnos entre todas para ser solidarias, no siempre vamos a estar alineadas pero lo que tenemos que tener en cuenta es que el proceso neoliberal está haciendo que haya cada vez más pobres, que se intensifique la vida precaria”, explicó. De acuerdo a la filósofa y escritora, vivir, trabajar, tener obra social y estar en el sistema de salud se han convertido hoy en una gran incertidumbre. “Esta precariedad afecta a las mujeres de una forma muy desproporcionada, en el ámbito laboral, en el analfabetismo”, ejemplificó. 

Según ella, “el feminismo busca la igualdad” pero a su vez tiene que luchar con sus desigualdades internas y propiciar la unión entre todas las mujeres. “Si tuviéramos un grupo de mujeres que está luchando por la igualdad en el trabajo y viene un grupo de mujeres pobres y se revela contra ello eso no es fragmentación, es un desafío”, continuó Butler, remarcando que “no existe un feminismo sin las mujeres pobres”. Y señaló: “No evitemos la fragmentación. La fragmentación es un conjunto inevitable de conflictos, pero si queremos ser un movimiento más fuerte tenemos que aprender a convivir con ella”.

Además, dijo que el feminismo trasciende los géneros. “Es un movimiento para mujeres, sobre mujeres y que representa a mujeres pero a su vez es un movimiento para combatir la violencia”, agregó, apuntando que también debe velar por las trans y travestis, aquellas que se sienten mujeres y que son vulnerables a la discriminación. “Un feminismo transexcluyente no es feminismo”, aseguró en el evento organizado por la Maestría en Estudios y Políticas de Género y el Centro Interdisciplinario de Estudios y Políticas de Genero de la UNTREF.

Por otro lado, se refirió a la amplitud que el movimiento tiene que tener para consolidarse como alternativa política a la globalización neoliberal. Butler indicó que los feminismos están luchando por diversas causas en el mundo: en Palestina contra el colonialismo, en India contra el sistema de castas, en Kurdistán por la autodeterminación territorial. “El feminismo está en posición de ser el mejor movimiento que se opone al fascismo”, aseguró, y suscitó los aplausos de su auditorio.  

En ese sentido, Verónica Gago planteó que hay una internacionalización del movimiento, y que esa expansión ha llegado a espacios nuevos, como los territorios domésticos y las comunidades indígenas.

Neoliberalismo e iglesia

Butler denunció la estrecha relación entre neoliberalismo e iglesia. “Una característica muy importante del neoliberalismo es que retira el apoyo estatal en los servicios sociales, familiares y médicos, privatiza casi todo”, expresó y puntualizó que eso lleva a que la gente contraiga deudas inmensas que no puede pagar. “Esto genera una situación de desesperanza e inseguridad muy grande en las personas, que terminan recurriendo a la iglesia tratando de tener algo donde apoyarse”, aclaró y se detuvo en el caso de Brasil. “Los evangélicos dicen: ‘No vayan a fiestas, no tengan relaciones homosexuales, no tomen, solo trabajen, cuiden a la familia’, la familia tradicional vista como unidad económica, como parte de la operación neoliberal”,  continuó la pensadora. 

Butler apuntó que hay que aportar una solución que vaya más allá de la familia obligatoria, “producir sistemas de cuidado e interdependencia, nodos de apoyo diferentes”. La iglesia de derecha, manifestó Butler, “criminaliza el deseo, restringe el género, está en contra de las madres solteras, sostiene la idea patriarcal de familia y crea fantasmas alrededor de los géneros diferentes”. 

Marta Dillon trajo al debate la histórica Ley de Identidad de Género sancionada en Argentina en 2012, y sobre ella Butler destacó la lucha colectiva que hubo detrás. “Los derechos del feminismo y del colectivo LGBTTIQ tienen sus demandas políticas enmarcadas en la libertad individual”, reconoció, pero añadió que si “yo quiero cambiar de género puedo hacerlo porque detrás hay un movimiento social que impulsó una ley” y que “esta capacidad del individuo se basa en luchas grupales”. 

Cecilia Palmeiro preguntó por la justicia feminista. En respuesta, Butler elogió el trabajo del colectivo Ni Una Menos y de las militantes indígenas por la diversidad de temáticas que incluyen desde el aborto y la sexualidad hasta el movimiento entre fronteras y las tierras que son sagradas. 

“Todos estos temas representan a comunidades enteras, son grupos que forman poder con sus modos de resistencia, de autodefinirse y de estar en el mundo”, enfatizó y confesó que desde el Norte miran con mucha admiración los feminismos generados en Latinoamérica. “Me gusta la figura de la marea, porque es dinámica, resiste y tiene un futuro impredecible”, concluyó. 

Además de las cerca de 1500 personas que colmaron el Microestadio de la UNTREF durante la mesa redonda de Butler, otras 700 siguieron la charla desde una pantalla gigante ubicada en el parque del campus y unas 1500, incluyendo espectadores de ciudades del interior del país y hasta del exterior, lo hicieron desde sus casas vía streaming.

Fue un evento multitudinario del que participaron el rector Aníbal Jozami, el vicerrector Martín Kaufmann y otras autoridades de la UNTREF. Jozami agradeció la segunda visita de Butler (la primera había sido en 2015, cuando se creó la Red Interdisciplinaria de Estudios de Género) y aseguró que más allá de los recortes presupuestarios para la educación pública era crucial que este encuentro tuviera lugar. 

“Dijimos que la educación pública es el nuevo nombre de la justicia social; cuando abrimos nuestros museos dijimos que eso también es nombre de la justicia social y hoy la agenda de género y el feminismo son un arma de la justicia social”, concluyó. 

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