Salud y género: las asimetrías a la hora de recibir cuidados

Especialistas en medicina y en feminismo se reunieron para debatir sobre la incidencia que tiene el género tanto a la hora de recibir cuidados sanitarios como en la profesionalización de la institución médica.

04-04-2024

¿Cuánto incide el género a la hora de recibir cuidados sanitarios? ¿Es la medicina un campo de igualdad tanto para pacientes como para profesionales? ¿En qué medida la violencia gineco-obstétrica se convirtió en una práctica habitual? Estas y otras preguntas se abordaron en Una bioética feminista y decolonial para una formación en ciencias de la salud basada en derechos, actividad organizada por la  Especialización en Educación y Promoción de la Salud.

La jornada, realizada en la Sede de Posgrados, tuvo como elemento central la exposición de Ana Martínez Pérez, profesora titular de Sociología en la Universidad Rey Juan Carlos de España, y Pilar Serrano Gallardo, licenciada en Enfermería y profesora en la Universidad Autónoma de Madrid. Ambas especialistas españolas presentaron el Proyecto CIMES. Cartografías, mecanismos e itinerarios de expulsión/exclusión del sistema sanitario.

“La propuesta fue abierta a la comunidad educativa. Nos llevó a la reflexión sobre la presentación de los resultados de la investigación de las invitadas y al intercambio con reconocidos especialistas del ámbito sanitario, como Víctor Penchaszadeh, Juan Canela y Rodolfo Kaufmann”, manifestó María Andrea Dakessian, co-directora de la Especialización en Educación y Promoción de la Salud.

La exposición de Martínez Pérez y Serrano Gallardo consistió en una cartografía que demostró la exclusión y la expulsión vigente en el sistema público sanitario que imposibilitan, actualmente, la atención integral de la salud. Asimismo, desde una perspectiva feminista develó las inequidades de género en la atención sanitaria y expuso cómo éstas se articulan con otro tipo de condicionantes estructurales como, por ejemplo, la clase social, la raza, la discapacidad o la edad.

A partir de diferentes entrevistas las especialistas europeas detectaron dos tipos de indicadores de violencia: al nacer y al morir. Entre los indicadores de violencia al nacer en la atención obstétrica advirtieron situaciones en las se impidió el apego del bebé con su madre, la interferencia en la lactancia materna, la atención sin consentimiento, los malos tratos físicos y verbales hacia las mujeres y la imposibilidad de estar acompañadas por familiares cercanos, entre otras cuestiones. Por otro lado, en lo que consideraron como “violencia al morir” descubrieron indicadores de ensañamiento terapéutico como la prolongación innecesaria del sufrimiento de una persona con una enfermedad terminal.

En estas experiencias vinculadas con lo ginecológico y la obstetricia, Martínez Pérez y Serrano Gallardo rescataron algunas frases de las personas entrevistadas como: “No grites que pierdes la fuerza”; “Abre las piernas como las abriste antes”; “Tu marido no puede estar aquí, esto es un hospital y no un hotel” y “No lo estás haciendo bien, puja cuando yo te diga”.

Finalmente las expertas españolas se hicieron eco de las recomendaciones de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés). Algunas de ellas son: proporcionar reparación plena a la víctima; asegurar acceso a recursos efectivos en casos de vulneración de la salud reproductiva de la mujer y proveer capacitación especializada al personal judicial y encargado del cumplimiento de la ley; realizar estudios y estadísticas sobre la violencia obstétrica en el Estado y fomentar un diálogo público sobre la violencia por razón de género contra las mujeres y, en particular, sobre la violencia obstétrica.

Dakessian comentó: “Los objetivos de este encuentro fueron varios: desde dar a conocer nuestra carrera y poner en agenda las temáticas presentadas para comparar la situación española con la argentina, hasta elaborar canales colaborativos con otras instituciones en el marco de lo que es la Red de Universidades Promotoras de la Salud”.

Para concluir, Dakessian llamó a incorporar en las currículas de las carreras de grado y posgrado las perspectivas de la bioética como parte del proceso formativo universitario. “Esto es fundamental en la práctica estudiantil pero, también y principalmente, en la profesional”, cerró la docente de la UNTREF.

Quienes deseen obtener más información sobre esta actividad pueden enviar un correo a promocionsalud@yuntref.edu.ar.