El libro, instrumento de inclusión y equidad

En la Sede Caseros II se realizó la I Jornada de Historia y Cultura del Libro, una actividad abierta a la comunidad en la que se valoró el sentido que generan las publicaciones en la sociedad.

27-06-2024

Cuando ya no solo las elites gobernantes fueron las únicas capaces de escribir, leer y darle sentido al mundo en el que vivían, la historia se resignificó. Lo que era considerado natural se puso en discusión y nuevas voces surgieron para cuestionar el orden prestablecido. Libros y personas, personas y libros. La relación entre ellos fue analizada, debatida y comentada en la I Jornada de Historia y Cultura del Libro, realizada en la UNTREF.

Organizada por el Instituto de Estudios Históricos (IEH), la actividad contó con la exposición de los especialistas Alejandro Parada y Leandro De Sagastizábal de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Miguel de Asúa de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y Jaime Peire, Mariano Di Pasquale y Alejandro Archain de la UNTREF.

El primer bloque del evento estuvo orientado a la lectura, las bibliotecas y los libros de ciencias. Allí, Peire presentó un trabajo de investigación que abarcó el estudio de 100 bibliotecas establecidas entre 1767 y 1820, corpus que estuvo compuesto por entre cinco mil y diez mil libros. “En las bibliotecas se ve la práctica de la lectura extensiva. La lectura deja de ser una actividad exclusiva para algunos y pasa a ser parte de una masa crítica de personas que saben leer y que no eran tenidas en cuenta”, precisó el especialista del IEH y el CONICET.

A su vez, sostuvo que lo que los libros le daban –y aún hoy le dan- a la comunidad era el fomento de la imaginación, de la ilusión. “Las revoluciones no se hacen solamente con armas, también se realizan con imaginación y empezamos a percibir en estas bibliotecas que surgen críticas a los sistemas coloniales vigentes por entonces. Dejó de percibirse como natural, por ejemplo, que un país tuviese colonias que estuviesen más allá del mar”, explicó Peire.

Por su parte, Parada revisitó la historia de la lectura y explicó que reconstruir cómo se leía en cada época significa reconstruir, también, los imaginarios de los sujetos a lo largo del tiempo. “Rastrear las formas de leer para conocer el universo de las personas tiene que ver con decodificar los significados de los textos, allí, el lector emerge”, manifestó el docente de la UBA.

En este sentido, Asúa dio cuenta de la importancia de los libros y de la construcción de saberes durante las misiones jesuíticas. El especialista de la UNSAM remarcó que las publicaciones de ciencias eran tomadas como referencia por personas que no eran especialistas en la materia. “Se enseñaba trigonometría, aritmética y geometría, todas ramas de la matemática. Las bibliotecas se fueron construyendo con lo que las personas iban depositando en ellas y en un momento había muchos más libros que gente que pudiera usarlos”, dijo Asúa.

En el segundo bloque los expertos invitados dieron cuenta de la actualidad de las editoriales. En este aspecto, el director editorial de EDUNTREF Alejandro Archain hizo referencia a su experiencia de 45 años en el rubro. “Cuando comencé en esto no existía la Tecnicatura en Edición. Nos hacíamos trabajando, lo que antiguamente se llamaban las prácticas. Lo que puedo decir es que en estos últimos años se generaron muchísimas transformaciones dentro del mercado del libro y en el mundo vinculado con la edición del libro”, explicó Archain. Y señaló que estas transformaciones tienen que ver con formas de edición y con la aparición de nuevos soportes tecnológicos, aunque también con los elementos de comercialización, con los perfiles de las editoriales, con la formación de los grandes grupos y con la creación de editoriales más pequeñas. “De los ’90 para acá hubo transformaciones enormes en ese sentido”, sostuvo.

Por último, Archain indicó que las editoriales universitarias, como EDUNTREF, lograron un papel preponderante en la medida que las editoriales académicas sufrieron bajas en sus ventas debido a la irrupción de las fotocopias en la década de 1980. “Este espacio fue ocupado por las editoriales universitarias, que empezaron a editar esos libros que a las editoriales comerciales no les servía”, concluyó.

“La idea es que este ciclo sea parte de las actividades regulares que organiza la Universidad. Ya estamos pensando en una II Jornada que, quizás, sea de dos días y abarque diferentes espacios como, por ejemplo, el MUNTREF”, finalizó el director del Programa de Historia Cultural del IEH Mariano Di Pasquale.