La innovación se dice de muchos modos
En cuatros sesiones con invitados especiales, el seminario coordinado por Alejandro Piscitelli, Pablo Fontdevilla y Julio Alonso profundizó en la innovación aplicada a los procesos educativos, los medios de comunicación y el campo del trabajo.
28-08-2019
La enseñanza inspirada en las series de televisión, la redefinición de los medios frente a un público cada vez más descreído y los desafíos del trabajo en un mundo donde el movimiento feminista aporta una nueva mirada fueron algunos de los temas tratados en el seminario Filosofía de la Innovación, coordinado por los docentes de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Alejandro Piscitelli y Julio Alonso, y el director del Departamento de Ciencia y Tecnología de la UNTREF, Pablo Fontdevilla.
“La innovación puede querer decir cosas fascinantes desde el punto de vista tecnológico, pero lo que es mucho más complejo es la innovación social, política e institucional”, señaló Piscitelli respecto a los ejes de este curso que se desarrolló, de manera gratuita, en la Sede Rectorado Centro de la UNTREF.
Sobre la pertinencia de pensar estos temas, agregó que “son tiempos confusos que demandan sintonizarnos con el presente, proyectarnos hacia el pasado y diseñar el futuro”. Además, explicó que el concepto dejó de ser algo asociado a lo que hace un genio solitario y que “estamos en la era de la profesionalización de la innovación”.
En la apertura de la serie de encuentros, el rector de la UNTREF, Aníbal Jozami, afirmó que la Universidad viene produciendo innovaciones en diferentes terrenos, desde el aspecto estrictamente académico con carreras como Ingeniería de Sonido y la Licenciatura en Artes Electrónicas, hasta sus propuestas en arte y cultura vinculadas a sus museos MUNTREF, su señal UN3 y sus agrupaciones musicales como la Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías.
“Creemos que este sistema universitario que nos apasionamos tanto en defender tiene que ser totalmente innovador, y que ese es el mejor homenaje que podemos hacerles a los reformistas de 1918”, expresó el rector, que estuvo acompañado por el secretario de Investigación y Desarrollo de la Universidad, Pablo Jacovkis. Por su parte, Fontdevilla acotó que la UNTREF “nos inspira porque tiene numerosos grupos que están trabajando en las fronteras del conocimiento”.
Créditos y pedagogía televisiva
Para abordar los desafíos de la educación participaron el secretario académico de la UNTREF, Carlos Mundt, y la directora de la Maestría en Tecnología de la Educación de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, Mariana Maggio.
“Lo único que uno aprende de verdad es aquello que tiene que ver con un profundo deseo personal”, expuso Mundt, y se refirió al nuevo sistema de créditos que la Universidad viene implementando en esa línea. “Queríamos romper un pedazo de pared para que entre luz de afuera”, metaforizó el secretario académico, indicando que el diseño de esta propuesta estuvo fundamentado en las cambiantes realidades sociales –caracterizadas por la revolución científico-tecnológica y la complejidad sociocultural y productiva– y los nuevos modos de comunicar e informarse.
“Históricamente las universidades han trasvasado sus conocimientos y profesionales hacia la sociedad. Para nosotros, invertir esa direccionalidad tiene que ver con una innovación institucional”, continuó. El sistema de créditos, que busca ampliar el grado de autonomía de los estudiantes y apoyarlos en recorridos más personalizados, implica que puedan avanzar en su graduación tomando cursos ajenos a sus carreras o realizando prácticas laborales y actividades comunitarias afines a sus intereses.
Además, Mundt dijo estar contra “la docencia que da explicaciones”, insistiendo en que hay que pensar los procesos formativos “en diferentes espacios, de diferentes maneras y con diferentes recursos”. En ese sentido, Mariana Maggio citó al filósofo francés Michel Serres y destacó que los estudiantes “no quieren escuchar el libro dicho” porque “pueden ir a buscar eso que necesitan cuando quieran, donde quieran y con quien quieran a través de su celular”. Según ella, por eso es fundamental inventar conocimiento original en clase, “aquel que no está en YouTube”.
La pedagoga aseguró que estamos transitando una “revolución mental”, donde la realidad no es solo aquella que vivimos aquí sino la que estamos viviendo simultáneamente en la web. Maggio contó que desde el ámbito educativo que coordina hacen pedagogía con las series de televisión. “Las formas alteradas son una de las categorías que les arrancamos”, contó, detallando que el método consiste en proponerles a los estudiantes diferentes caminos para acercarse al conocimiento.
Para Maggio, las series son una gran fuente de inspiración para pensar los nuevos modelos pedagógicos. “Cuando uno termina un capítulo lo único que quiere hacer es ir a la web a hablar con otros. Se hacen construcciones colectivas para sostener los esfuerzos de comprensión de conocimientos totalmente complejos, que además dan lugar a la generación de contenidos nuevos”, graficó.
Escuchá el podcast del primer encuentro:
Datos en cuestión y negatividad informativa
De acuerdo a un estudio realizado por la Escuela de Berkeley presentado por Piscitelli, toda la producción humana de información llegaba en 2003 a cinco exabytes. “Hoy producimos decenas de exabytes por año”, dijo sobre su crecimiento exponencial, indicando que esa ganancia en volumen y velocidad puso en el centro del debate el tema de las fake news. “La variedad de noticias trae aparejado el problema de su validez”, resumió el filósofo sobre esta nueva era.
Daniel Schteingart, investigador del CONICET y docente en la Universidad Nacional de San Martín, habló de la importancia que tienen los datos en este nuevo régimen. “En lugar de tirarnos sillas nos revoleamos datos”, dijo el experto sobre el protagonismo que tienen en cualquier discusión, destacando que “son una herramienta de manipulación muy grande”.
Schteingart aseguró que detrás de todo dato hay “una cocina” y una metodología para crearlo. Sobre su capacidad para distorsionar, mostró una noticia en la que se comparaba el nivel de pobreza de Argentina con otros países de la región como Bolivia, Republica Dominicana, el Salvador y Nicaragua.
“Esto está mal, es información falsa”, comentó Schteingart sobre este tipo de titulares que proliferan en los medios. “La cifra de pobreza no es una cifra que existe de por sí, es una construcción que siempre es arbitraria, porque hay que ponerse de acuerdo sobre lo que es una necesidad básica, y cada país mide la pobreza de una manera distinta”, reveló. Por ejemplo, en su canasta básica Argentina incluye vino y cerveza. “Nuestro país tiene una de las canastas de pobreza más amplias de la región”, afirmó.
Carlos Guyot, primer director de Innovación que tuvo el diario La Nación y miembro fundador del Foro de Periodismo Argentino, se explayó sobre los “evitadores de noticias”. De acuerdo a una estadística producida por el Instituto Reuters de la Universidad de Oxford, Argentina está dentro de los cinco países con mayores evitadores de noticias. El estudio señala que “45 de cada 100 de los que están en el universo digital evaden las noticias, fundamentalmente por el impacto negativo que tienen en su ánimo”.
El periodista dijo que esto tiene que ver con un sesgo de “extrema negatividad” presente en el ecosistema de medios, y que también se advierte un desfasaje entre la realidad y lo que los diarios relevan. Guyot dedicó un momento a reflexionar sobre la manera en que los medios tratan las principales causas de muerte. “En Estados Unidos, las muertes por motivos relacionadas con el terrorismo representan un 0,2% del total, pero se llevan cerca del 40% de los espacios noticias”, explicó sobre un informe de 2016.
Quienes evitan noticias, sobre todo en el segmento más joven, también lo hacen porque no se sienten identificados con el modelo de broadcasting. “Es un modelo unilateral, donde lo que importa es el tamaño, el volumen y la cantidad, y donde hay una enorme incapacidad para interactuar, en una era marcada por la participación”, puntualizó.
Otro de los capítulos estuvo dedicado al trabajo y a su redefinición en el contexto actual. “Nos interesa pensar en el buen trabajo y en las futuras profesiones”, introdujo Piscitelli, planteando que en los próximos años vamos a poder conocer ocupaciones tan extrañas como tutor de curiosidades, especialista en desintoxicación digital, consultor de carreras vía Skype y conductor de drones.
Escuchá el podcast del segundo encuentro:
Trabajo no remunerado
Pero sin duda algo que está redefiniendo el mundo social es el avance del feminismo, y el campo del trabajo no es ajeno a las transformaciones que este movimiento viene generando. Lucía Martellote, directora ejecutiva adjunta del Equipo Latinoamericano de Justica y Género (ELA), habló de la nueva perspectiva de la economía feminista.
“Vengo a hablar de un trabajo que lleva siglos y que no ha sido conceptualizado como tal”, dijo para referirse a las tareas de cuidado no remuneradas que realizan las mujeres al interior de sus hogares. Para ella, estas labores deben ser consideradas trabajo porque implican tiempo, esfuerzo y competencias. Como explicó, un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hizo una estimación tomando el valor económico de estas actividades. “Casi el 10% de la riqueza del mundo estaría dada por el trabajo doméstico invisibilizado”, compartió.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), las mujeres consagran diariamente un promedio de 6,4 horas a las tareas de cuidado, contra 3,4 horas de los varones. “Eso explica también la dificultad que tenemos para incorporarnos al mercado laboral. Si se toman las tasas de actividad, la diferencia entre hombres y mujeres es de 20 puntos”, ilustró.
La politóloga advirtió sobre la necesidad de desarticular los roles y estereotipos de género desde la primera infancia, un patrón que se sigue replicando en las nuevas generaciones. “Es importante que los varones jueguen con muñecas y a la cocinita, a las cosas que jugamos las mujeres, para que entiendan que estas tareas domésticas pueden ser repartidas igualitariamente”, recomendó.
Por último, la especialista aseguró que el cuidado debería ser una responsabilidad social colectiva, no de las familias y de las mujeres en particular. “El cuidado es una cuestión que tiene que ver con los derechos y la sostenibilidad de la vida”, concluyó.
Escuchá los podcast del tercer y cuarto encuentro:
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