Referentes del feminismo negro presentaron nuevas nociones para revertir las violencias

El debate giró alrededor del concepto de doloridad, donde el dolor causado por el machismo y agravado por el racismo puede transformarse en un medio de lucha y resistencia.

05-08-2021

La reciente aparición en español del libro Doloridad de la investigadora de la Universidad Federal de Río de Janeiro y activista Vilma Piedade, publicado por Mandacaru Editorial, fue la excusa perfecta para que su autora y otras representantes del feminismo negro se reunieran a discutir la potencialidad de este concepto y sus posibles aportes al movimiento en Argentina.

En la charla online, organizada por la Red Interdisciplinaria de Estudios de Género del CIEA-UNTREF, Mandacaru Editorial y Asociación TeMA, Piedade señaló que el concepto surgió pensando en la realidad particular de las mujeres negras en Brasil y en cómo la idea tan extendida de la sororidad no era del todo aplicable a ellas.

“La sororidad parece no contemplar nuestra negritud. Fue partiendo de esa percepción que pensé en otra dirección, un nuevo concepto que aunque muy nuevo conlleva una carga antigua conocida de las mujeres: el dolor. Pero en este caso específicamente el dolor que solo se puede sentir dependiendo del color de la piel. Cuanto más negra, más racismo, más dolor”, definió. 

La autora, que también integra el Colectivo Pretaria, aclaró que el concepto tiene una doble cara. Por un lado dijo que “puede contener sombra, vacío, ausencia, la voz silenciada, el dolor causado por el racismo”, pero también enfatizó que en él la opresión se traduce en emprendedurismo, arte y escrituras, con acciones que al tiempo que unen a las mujeres negras les dan visibilidad a sus luchas puntuales.

Sin embargo, Piedade destacó que el concepto puede ser reapropiado y que en ese sentido puede encontrar un campo fértil en tierras argentinas. “Todo concepto abre consigo un mundo de significados, de reflexiones y multiplicidades. Doloridad es un concepto no acabado, que está ahí y es circular. Un concepto que nunca está listo, que va mutando”, aseguró.

Por su parte, su compatriota Fabiana Pinho, del Instituto Federal de Educación Tecnológica de Río de Janeiro, también denunció el racismo que estructura a la sociedad brasilera e hizo un llamado a los intelectuales blancos. “Es urgente que los intelectuales blancos antiracistas y privilegiados también emprendan un viaje en sus trayectorias racistas y miren esta estructura con mucha implicación. Si eso genera un dolor enorme, sepan que no es una décima parte de lo que hemos pasado todos los días nosotras las mujeres negras”, expresó.

Asimismo, indicó el papel clave que tienen la literatura y las artes en el proceso de cura y mantenimiento de la vida de las personas afro. “Las artes negras son esos terrenos en los cuales las mujeres negras desarrollan sus poderes, combaten los racismos inclusive cuando eligen cómo quieren ser representadas”,  ponderó, comentando que en Argentina existen iniciativas muy valiosas como el Teatro en Sepia de Alejandra Ejido y los talleres de la Tertulia de Mujeres Afrolatinoamericanas.

Pinho aseveró que la traducción al español del libro de Piedade “se suma fuertemente a la luchas de las mujeres negras en los países de la región”, y planteó que el concepto puede “llevarnos a más terrenos epistemológicos de cómo pensar la doloridad en lugares tan distintos como Colombia, Chile, Argentina y Uruguay”.

La investigadora de la UNTREF, Anny Occoró Loango, opinó que la doloridad es una conversación abierta con muchos temas, sobre todo el de la diáspora. “Leer el libro es volver a sentirse negra, es vivenciar ese dolor, visibilizar las marcas de esa violencia colonial, pero también es percibir esa dignidad negra, esa esperanza. Es un libro que tiene al dolor como pretexto para introducirnos en una serie de problemas y de experiencias que marcan la historia de las mujeres negras, aunque tiene palabras para todas las mujeres”, consideró.

Según Occoró Loango, el concepto doloridad no se opone al de sororidad, sino que de alguna manera lo completa. “Es un concepto que viene a cubrir un espacio vacío que la sororidad deja, no para borrar la sororidad sino para hacer mucho más fuerte ese hermanamiento que propone. Nos hermanamos también porque reconocemos las diferencias, las desigualdades que tienen los otros, su lugar de enunciación y su historia”, concluyó.

 

Descargar galería de imágenes: