Personas en situación de calle: una problemática por el momento invisibilizada
En el marco del ciclo de charlas "Sociedad y Pandemia", académicos y funcionarios se explayaron sobre la necesidad de asegurar derechos a los hombres, mujeres y niños en vulnerabilidad.
10-09-2021
La irrupción de la pandemia le proporcionó a los Estados nacionales la oportunidad de saldar deudas habitacionales y sanitarias con las personas en situación de calle. Sin embargo, las soluciones fueron remiendos que no se constituyeron como políticas de salud efectivas, y la ausencia de registros certeros sobre la realidad que atraviesa esta población demuestra que se trata de un sector social totalmente invisibilizado. En este reclamo coincidieron los especialistas en un nuevo encuentro del Ciclo de Charlas Sociedad y Pandemia, organizada por el Centro de Estudios e Investigación sobre Políticas Sociales Urbanas (CEIPSU).
La charla intentó responder cómo afectó la pandemia a la población en situación de calle y cómo respondieron los organismos gubernamentales y la sociedad civil a esta complejidad. Para ello, se tomaron los casos específicos de Argentina, Chile y España a través de la disertación de Federico Fagioli y Jorgelina Di Iorio; Ignacio Eissmann, y Pedro Cabrera, respectivamente.
El diputado nacional por la provincia de Buenos Aires y referente de movimientos populares, Federico Fagioli, es el coautor del Proyecto de Ley Nacional de Personas en Situación de Calle. En su exposición manifestó que en nuestro país no existe un registro concreto sobre la cantidad de personas que viven en situación de calle y recordó que el Censo Nacional no toma en cuenta este indicador. "Se trata de una política totalmente invisibilizada, por ello creemos conveniente promulgar una ley que nos permita saber cuántas personas hay en esta condición y entender cómo fue que llegaron a esa situación de vulnerabilidad", sostuvo.
Para Fagioli, es necesario no quedarse solamente con el hecho de que "esta población carece de viviendas, ya que en realidad vive en una marginalidad extrema producto de la falta de trabajo y de políticas que privilegiaron al mercado por sobre las personas". El diputado, a su vez, declaró que inicialmente hay que promover la visibilización, y luego, implementar políticas tendientes a la capacitación en oficios, la terminalidad educativa y a la formación de funcionarios que intervienen en esta problemática para evitar la recurrencia de violencia institucional. "En definitiva, trabajar para otorgarles derechos", recalcó.
Por su parte, y siguiendo la misma línea que Fagioli, la doctora en Psicología por la UBA e investigadora del CONICET, Jorgelina Di Iorio, indicó que "es indispensable que las personas en situación de calle puedan acceder a cuestiones que hacen a la salud pública integral". En este sentido consideró que para ello es necesario la implementación de políticas que planteen un registro unificado de las características demográficas de esta población, es decir, cuántas personas atraviesan esa realidad, qué edades tienen, cuánto hace que viven en tales condiciones, etcétera.
En otro pasaje de su exposición, Di Iorio tomó los datos ofrecidos por el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En los mismos se lee que en 2017 vivían en la vía pública de la ciudad un total de 1047 personas. Sin embargo y en palabras de la investigadora, contradiciendo todos los indicadores económicos, en 2021 esa población bajó a 918 individuos. "Ante esta situación consideramos que es preciso que se habilite el acceso público a la información y que los relevamientos sean claros y pongan a disposición de la gente todas las variables", aclaró.
Si bien el slogan con el que el Gobierno Nacional interpeló a la sociedad durante los primeros meses del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) era "quedate en casa", este grupo vulnerable no pudo seguir tales recomendaciones. Di Iorio reconoció que organizaciones de la sociedad civil fueron quienescontribuyeron a que los efectos de la pandemia fueran lo menos fuerte posible sobre la población en situación de calle. Basándose en las políticas aplicadas en CABA, la especialista enumeró los dispositivos de emergencia, como una red de alojamiento para albergar a estos individuos, o un bono económico. Sin embargo, según su opinión, "esto no disminuyó los riesgos de contagio y por otro lado, las personas que no acudían a estos albergues quedaron aisladas en el espacio público sin lograr su subsistencia económica".
En otros países, como España y Chile, la situación es similar a la vivida en Argentina. El doctor en Sociología por la Universidad Autónoma de Madrid, Pedro Cabrera, resaltó que en su país no hay una política de vivienda pública y dijo que "el impacto delacovid-19 en España fue letal, incrementándose la demanda de alojamiento en un 25% en relación conla prepandemia, lo que generó un déficit habitacional para cerca de 40 mil personas".
Cabrera hizo hincapié en la desigualdad social que se evidencia en las casi un millón y medio de viviendas deshabitadas, en la decisión política de no hacer uso social de las viviendas vacías y en el hecho de que miles de personas "viven en una indignidad absoluta en situación de calle, siendo responsabilizadas por la proliferación de contagios ya que siempre está presente ese temor al pobre".
Finalmente, el sociólogo y doctor en Trabajo Social y Políticas de Bienestar por el Boston College y la Universidad Alberto Hurtado, Ignacio Eissmann, detalló las políticas y los programas sociales que se aplican en Chile para esta población vulnerable. A diferencia de lo que ocurre en Argentina, Eissmann dijo que hay un conocimiento sobre la cantidad de individuos que atraviesan esta situación, llegando en la región metropolitana a las 16 mil personas. Sin embargo, el especialista chileno recalcó que la ayuda a veces resulta insuficiente ya que, por ejemplo, los programas de alojamiento contemplan 3800 camas para esas 16 mil personas, dejando fuera a casi 12 mil ciudadanos.
Por otro lado, al igual que en Argentina y España, en Chile la pandemia complicó y agudizó la ya de por sí dramática realidad. "En aislamiento, los albergues cerraron las puertas y muchas personas en situación de calle no fueron aceptadas", dijo Eissmann, quien indicó que los Programas no abordan situaciones de discapacidad, salud mental o consumos problemáticos, lo que deja al margen a un número importante de individuos.
Con anterioridad y en el marco de las charlas Sociedad y Pandemia, el CEIPSU trató las temáticas de la violencia de género, la estructura social y política de América Latina, y el desafío de promover la inclusión social con políticas que generen igualdad.