Los retos sociales del envejecimiento poblacional

Expertos en desigualdad social y antropología de la Argentina, Uruguay, Chile y España presentaron el dosier número 13 de Ciudadanías. Revista de Políticas Sociales Urbanas: “Los cuidados de las personas mayores en América Latina”.

21-05-2024

En un conversatorio virtual se presentó el 13er dosier de Ciudadanías. Revista de Políticas Sociales Urbanas, una publicación que bajo el título “Los cuidados de las personas mayores en América Latina”  reclama la reformulación de la atención en salud y de la protección de los derechos de los adultos mayores y llama a modificar su percepción social basada, muchas veces, en la discriminación de la vejez.

Dolors Comas D ´Argemir, catedrática emérita de Antropología Social de la Universidad Rovira i Virgili de España,  y Herminia González Torralbo, Doctora en Antropología Social y Diversidad Cultural por la Universidad Central de Chile,  coincidieron en que en la actualidad el incremento de la  esperanza  de  vida se une a una drástica  disminución  de  la natalidad que modifica la composición de las familias y de las sociedades. Al mismo tiempo, las mujeres –que son las que principalmente realizan las tareas de cuidado- cada vez tienen menos disponibilidad debido a su importante participación social y laboral.

La investigadora española habló de cambios en la composición familiar y sostuvo que ya no se establecen familias tradicionales bajo el concepto de pirámide, es decir, con pocas personas mayores y una base compuesta por jóvenes e individuos de mediana edad. Asimismo, observó que si bien en el siglo XX los tiempos de cuidado para adultos mayores eran reducidos, ya que a la enfermedad le seguía el fallecimiento en un período corto, hoy en día esto cambió y los adultos mayores viven más tiempo. “La  crisis  de  los  cuidados  se  hace  realidad en la región con  toda  su  crudeza  pues  las familias,  como  principales  instituciones  cuidadoras,  van  perdiendo  su  capacidad  para cuidar  de  personas  mayores  que  pueden  vivir  muchos  años  con  importantes deterioros  físicos  o  cognitivos”, expresó en un encuentro que se transmitió por el Canal de YouTube de la UNTREF.

González Torralbo, por su parte, mencionó la femenización de la sobrecarga en los trabajos de cuidado, algo que quedó expuesto en la pandemia de Covid-19. Para ella, la pandemia permitió que muchos varones tuvieran que vivenciar de primera mano lo que implica llevar a cabo tareas de cuidado, algo que siempre estuvo reservado a las mujeres. “Además, las mujeres que logran obtener un trabajo remunerado cuidan a su vez a sus padres o madres, generándose una sobrecarga, lo que nos hace ver injusticias de género que quedan plasmadas en la vida cotidiana”, destacó.

En este sentido, las investigadoras resaltaron que las mujeres viven más años pero su vejez se  caracteriza por tener peores condiciones de  salud  que  su pares  masculinos, un predominio de hogares unipersonales por su mayor probabilidad de viudez y la experimentación de situaciones de discriminación no sólo por ser mujeres mayores sino, también, por orientación sexual e identidad de género, nacionalidad o situación de discapacidad.

La profesora titular de Sociología de la Vejez y el Envejecimiento de la Universidad de Buenos Aires (UBA) María Julieta Oddone fue más allá e indicó que la teoría actual menciona a las adultas mayores como merecedoras de cuidado pero no las observan como  cuidadoras. “Por lo general se consideran cuidadoras a las mujeres de mediana edad pero no a las adultas mayores. Sin embargo hay mujeres mayores de 80 años que tienen a cargo su autocuidado y parte del cuidado de otros, sobre todo de nietos, parejas, hermanos o hijos con discapacidad”, afirmó Oddone. A su vez, la especialista de la UBA remarcó que los cambios en la composición familiar y el hecho de que ya muchos miembros de las familias no tengan parientes colaterales (por ejemplo, que los hijos de una familia no tengan descendencia pero, tampoco, tengan vástagos sus primos) hacen que los cuidados recaigan en pocas personas. Esto genera una “crisis del cuidado”. “El Estado deja en la familia el costo del cuidado. No existe en nuestros países un programa de cuidado a largo plazo que pueda resolver la problemática de las personas mayores”, sostuvo.

La importancia de la generación y publicación de este dosier fue mencionada por Karina Batthyany, directora ejecutiva del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y profesora titular en la Universidad de la República de Uruguay,  que manifestó: “Este trabajo nos muestra, efectivamente, las dificultades que existen para incorporar la dimensión del cuidado en el campo de las políticas públicas”. “En un contexto latinoamericano post pandémico el cuidado se hizo visible y se impuso a aquellos que no estaban participando de estas cuestiones. Se produjo una aceleración de las discusiones políticas sobre el tema y se estableció una multiplicación de estudios e investigaciones sobre la temática”, explicó Batthyany. Además consideró que el “cuidado es un concepto en permanente construcción”.

La revista Ciudadanías es semanal, abierta y de libre circulación. Fue pensada como un espacio de reflexión, producción y debate sobre los profundos cambios que caracterizan el devenir de la sociedad, la economía y la cultura en las últimas décadas, así como los desafíos que esas transformaciones imponen al diseño de políticas destinadas a contribuir a la construcción de sociedades donde se garantizan el pleno ejercicio de los derechos ciudadanos a todos sus miembros. Cada número  presenta un dosier dedicado a abordar en profundidad una temática específica con contribuciones de especialistas que la desarrollan desde diferentes disciplinas y orientaciones.

Este número 13 expone que las familias ya no pueden resolver cuidados que cada vez son más largos, intensos y complejos, lo que se acrecentará en los próximos años. Aunque en América Latina y el Caribe el cuidado se ha incorporado en la agenda política y son muchos los países que han optado por abordar sistemas nacionales de cuidados, queda mucho por avanzar  en  el derecho a cuidar y a ser cuidado y para conseguir que los cuidados no sigan siendo en la práctica un asunto privado de las familias y, en particular, de las mujeres. Asimismo, explica que el envejecimiento de la población es una realidad y debe interpretarse como un éxito social, no como una carga. Invertir en cuidados tiene efectos positivos en el bienestar de las  personas mayores  que  requieren apoyos, evita la salida de las mujeres del mercado de trabajo y es  un  potencial  para  la creación de empleo.