Un estudio reveló los desafíos y buenos resultados de la virtualización de emergencia
El trabajo, realizado por el NIFEDE y publicado en Innovaciones Educativas, se centró en los docentes de posgrado de la UNTREF. El 84 % dijo que tuvo que modificar sus tareas y un 72 % que hubo un seguimiento más personalizado de los alumnos.
30-10-2020
Una investigación realizada por el Núcleo Interdisciplinario de Formación y Estudios para el Desarrollo de la Educación (NIFEDE) mostró que el 84 % de los docentes de posgrado de la UNTREF tuvo que cambiar sus tareas y su rol para poder adaptarse a la virtualidad impuesta por la pandemia durante el primer semestre de 2020, pero un 72 % de ellos aseguró que esto les permitió una comunicación más personalizada con los alumnos con relación a la modalidad presencial.
El trabajo se publicó en la revista costarricense Innnovaciones Educativas bajo el título “La docencia en el nivel de posgrado en el contexto de virtualización de emergencia. Aprendizajes y desafíos para el futuro en la experiencia de la Universidad Nacional de Tres de Febrero”. Participaron de su elaboración el director de Posgrados de la UNTREF, Norberto Fernández Lamarra, su coordinador de Posgrados, Cristian Pérez Centeno, y los investigadores Pablo Daniel García, Marisa Álvarez y María Eugenia Grandoli. El sondeo se hizo mediante una encuesta online que contestaron 67 docentes, el 50,7 % del total de los que virtualizaron sus actividades en la primera mitad del año.
Entre los beneficios de la virtualización, la investigación destaca la mejor interacción con los estudiantes. La gran mayoría de los docentes (90 %) consideró que esta relación fue positiva, un 43 % la calificó como buena y un 48 % como muy buena. Incluso, el 66 % señaló que los entornos digitales incrementaron la interacción, permitieron la expresión de opiniones (68 %) y el trabajo colaborativo entre los alumnos (66 %).
Sin embargo, esta mejora en el vínculo con el estudiantado implicó una mayor dedicación de parte del profesorado, que no solo debió desarrollar nuevos materiales, sino que se vio ante la necesidad de complementar la estrategia didáctica con tutorías para los foros o el contacto permanente con los estudiantes a través de correo electrónico y otras herramientas de comunicación grupal.
Así, el 84 % reconoció que la preparación de las clases les insumió más tiempo. Otro dato que reveló la encuesta es que el 37 % de los docentes no tenía experiencia previa en educación a distancia, contra el 43 % que sí manifestó tener antecedentes.
“Un punto a destacar es que gran parte del profesorado aprendió a utilizar herramientas que desconocía. Eso implicó un esfuerzo adicional. El segundo elemento es que la mayoría tuvo que recalcular su plan de trabajo. En general no se asumió que iba a ser la clase presencial a través de un medio tecnológico, sino que han tenido que producir materiales y redefinir contenidos y objetivos de trabajo a partir del nuevo contexto”, comentó Pérez Centeno.
En cuanto a los contenidos de las asignaturas, más del 92 % confirmó que las clases virtuales fueron iguales o más cortas que las presenciales, y casi todos pudieron dar los contenidos planificados totalmente (47,8 %) o en gran parte (49,2 %). Respecto a los dispositivos y herramientas utilizados, un 30 % de los encuestados optó por dictar clases mediante la modalidad sincrónica (interacción directa con los alumnos) y apenas un 9 % eligió continuar el dictado de manera asincrónica (interacción diferida), pero la mayor parte (61,2 %) se volcó a modalidades mixtas de enseñanza, aprovechando lo mejor de ambos formatos.
A pesar de las mayores demandas en la preparación de las clases y la disponibilidad para responder consultas de los estudiantes, el 97 % de los docentes evaluó positivamente su desempeño en las clases virtuales: el 66 % dijo estar conforme y el 32 % muy conforme. En general, esa conformidad respondió al cumplimiento de los contenidos previstos, la capacidad de contención y acompañamiento de los estudiantes y la alta asistencia y participación que estos tuvieron.
“Aunque la modalidad sea presencial, el soporte que permitieron las aulas virtuales es muy probable que quede, porque ha sido un organizador muy fuerte para los dictados de distintas asignaturas y para la comunicación entre docentes y alumnos en un entorno acotado y específicamente dedicado a eso”, ponderó el coordinador de Posgrados.
Por último, Pérez Centeno destacó la labor especial que realizaron los docentes de la UNTREF. “Todo lo bueno que tuvo esta experiencia se soportó en sus hombros. Frente a la adversidad, intentaron modos y caminos de llevar las clases adelante. En general es un grupo que tuvo que replanificar lo que había planificado, aprender lo que no sabía y ocuparse de los alumnos. Lo que hemos tenido fue un altísimo compromiso”, concluyó.