El déficit argentino para fomentar la inversión extranjera directa

En un contexto de incertidumbre mundial en materia económica, el director del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de Buenos Aires (IIEP), Andrés López, observó la carencia de estrategias para promover la inversión foránea.

05-08-2022

La Inversión Extranjera Directa (IED) representa solamente el 0.5% del PBI argentino, una cifra inferior al promedio de América Latina (2.5%). Ante ese escenario, el director del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de Buenos Aires (IIEP), Andrés López, destacó que la falta de estrategias para promover una política definida e independiente del gobierno de turno en relación con esta materia genera en nuestro país un efecto negativo en el crecimiento productivo. “El impacto de la IED en Argentina es muy bajo y cabe preguntarnos si esto es bueno o si es malo. Lo que podemos decir es que, para que se consolide un crecimiento productivo, es necesario definir una estrategia en relación con estas inversiones. Se trata de encarar un plan que va más allá del signo político de la coalición que gobierne en determinado momento. En este sentido, es prioritario integrar tres cuestiones: políticas de comercio, inversión extranjera directa y desarrollo productivo”, manifestó el experto en economía  durante el séptimo de los 10 encuentros del Seminario de Pensamiento Económico, ciclo organizado por el Centro de Investigación y Docencia en Economía para el Desarrollo (CIDED) y por el IIEP (CONICET-UBA). La actividad  fue transmitida en vivo por el Canal de YouTube de la UNTREF.

La IED se define como una operación que involucra una relación a largo plazo en la cual una persona física o jurídica residente en una economía (inversor directo) tiene el objetivo de obtener una participación duradera en una empresa o entidad residente en otra economía. Según el Informe sobre las inversiones en el mundo, que se publicó tras la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), los flujos entrantes de IED en Argentina, que ya se encontraban en una trayectoria descendente desde 2018, se desplomaron un 38% hasta los USD 4100 millones en 2020, frente a los USD 6700 millones de 2019. La inseguridad económica y las crisis recurrentes, explica este informe, conspiran contra la llegada de inversiones extranjeras al país. 

“La inversión extranjera se puede dividir en cuatro tipos: aquella que busca recursos naturales específicos, como por ejemplo los hidrocarburos; la que persigue la competencia en el mercado y genera preocupación en los empresarios locales; la que intenta la eficiencia y la racionalización de recursos y se especializa en ciertos productos y los activos estratégicos que apuntan a un determinado y exclusivo sector”, explicó López. Para el especialista, los países compiten por ingresar en sus mercados IED y las naciones en desarrollo son cada vez más protagonistas. Asimismo, sostuvo que hay nuevas tendencias en el plano mundial que se vinculan con la expansión de la producción internacional de bienes intangibles, como las plataformas digitales. “Se trata de bienes que no necesitan activos fijos en el exterior ni radicarse en zonas determinadas. Por ejemplo, Amazon no requiere de una planta industrial en Pilar o Zárate como sí la necesitan los bienes industriales”.

En esta diferenciación, López mencionó dos realidades contrapuestas para el continente americano. Por un lado, la situación que se vive en América del Sur, donde prevalecen inversiones con vistas a los recursos naturales (litio e hidrocarburos) y servicios (principalmente digitales), y la experiencia que ocurre en América Central y México, donde predomina la inversión de bienes industriales.

“También hay que tener en cuenta que el escenario mundial se ve afectado por la guerra Rusia-Ucrania y sus derivaciones en toda Europa. Ya resulta riesgoso importar bienes de países lejanos que pueden entrar en un conflicto bélico en cualquier momento. Lo vimos con el COVID, cuando se dificultó la importación de productos hechos en países geográficamente distantes”, resaltó el experto. Además destacó: “Actualmente importamos de países en los que confiamos y ya no de cualquier nación”.

En su exposición, titulada “Inversión extranjera, multinacionales y desarrollo”, López dio cuenta de los llamados derrames horizontales que genera la IED. “Provoca un crecimiento positivo en la productividad de los proveedores locales y acelera la movilidad de personal capacitado que puede trasladar sus nuevos conocimientos a empresas nacionales”, dijo. “Las filiales de las empresas multinacionales (Carrefour, por ejemplo) ofrecen resultados que se relacionan con un aumento en la producción de bienes, un incremento en la comercialización, una proyección salarial en crecimiento y un alza en la innovación”, sostuvo el director del IIED. Para concluir, Andrés López dijo: “No podemos dar una respuesta concreta sobre si es bueno o malo aumentar la IED. Lo que sí se puede decir es que es necesario estudiarlo, investigarlo, tratarlo y generar estrategias definidas y duraderas”.

El Seminario Pensamiento Económico es abierto a la comunidad y continuará hasta fines de agosto, martes de por medio, en el horario de 17:00 a 19:00 horas. En el Programa se encuentra disponible la información sobre los oradores y el título de cada ponencia. Ya participaron el economista Fernando Tohme de la Universidad Nacional del Sur, la profesora en Economía por la Universidad de Nueva York Raquel Fernández, la especialista en economía y en cambio climático de la Universidad de Columbia Graciela Chichilnisky, el economista de la Universidad de Chile Jorge Katz, el director del CIDED Luis Blaum, el economista de la Universidad de California Saúl Keifman y la consultora de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Roxana Maurizio.