El deber cívico del historiador frente a los cambios sociales

El investigador en Historia Mariano Ben Plotkin reflexionó sobre cómo la disciplina puede contribuir a entender los cambios sociales acelerados y a fomentar una sociedad más crítica y consciente.

08-08-2025

Para el investigador e integrante del Comité Académico del Doctorado y de la Maestría en Historia Mariano Ben Plotkin, vivimos en una época de cambios vertiginosos en la que las certezas que antes parecían sólidas hoy se desmoronan rápidamente. En este contexto, la Historia no solo es una disciplina académica, sino una herramienta esencial para entender el presente y fomentar un pensamiento crítico que desafíe el sentido común impuesto.

En el marco del ciclo #EnfoqueUNTREF, el investigador ofreció una profunda reflexión sobre el rol fundamental que tienen los historiadores para desentrañar los procesos sociales actuales y promover una mirada más consciente y crítica de la realidad. Ben Plotkin manifestó que estamos experimentando un cambio muy acelerado de lo pensable y de lo decible y que no existen aún categorías para dar cuenta de este fenómeno. “Debemos abocarnos todos los que nos dedicamos a la cultura a entender este fenómeno nuevo y rapidísimo que vuelve obsoletas nuestras categorías tradicionales de análisis”, destacó.

Para el docente, el papel del historiador trasciende la academia y se transforma en un deber cívico: fomentar el pensamiento crítico. Dijo que de la Historia hay que rescatar la contingencia y desnaturalizar, además de desmontar, el sentido común ya que es lo opuesto al pensamiento crítico.   

El entrevistado remarcó la necesidad de comprender el pasado desde las categorías de sus propios actores y no a partir de herramientas diseñadas para entender el presente. “No se puede entender el pasado usando las herramientas que utilizamos para entender el presente”, sostuvo.

En relación con la actualidad, Ben Plotkin señaló que aunque el gobierno actual elogia a la “Generación del ’80” por sus ideales, en la práctica sus políticas contradicen esos valores, ya que mientras aquellos políticos construían el Estado, con escuelas, hospitales y servicio militar, los actuales intentan reducirlo a su mínima expresión.

Finalmente, el historiador destacó el rol fundamental de las universidades en la sociedad argentina: “La universidad sigue siendo un símbolo de la posibilidad de ascenso social en la Argentina. Cuanta más gente vaya a la universidad, más se podrá acercar la sociedad a ese pensamiento crítico que nos saque de la barbarie”, concluyó.