Los desafíos del espacio urbano en Latinoamérica
El investigador ecuatoriano Fernando Carrión dio una conferencia donde presentó los problemas de las políticas urbanas en ciudades cada vez más desiguales.
09-04-2018
Para Fernando Carrión, Latinoamérica ostenta tres récords: es el continente más urbano del mundo, el más desigual y el más violento. Invitado por el Centro de Estudios e Investigación en Políticas Sociales Urbanas (CEIPSU) y la Maestría en Políticas Sociales Urbanas, el especialista de la Universidad Central del Ecuador brindó una charla en la Sede Rectorado Centro donde evaluó los problemas que afronta actualmente la región en materia de políticas urbanas.
Para un auditorio que contó con la presencia del presidente del Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires, Juan Ignacio Maquieyra, y del embajador de Ecuador en Argentina, Fernando Yépez Lasso, Carrión explicó que hasta la década del 90 la urbanización en Latinoamérica se fue configurando por el gran flujo de personas que migraban del campo a la ciudad y se instalaban mayormente en la periferia. “Fue una etapa donde se negaba la ciudad y que estuvo fuertemente marcada por el tema de la ilegalidad”, indicó.
La ocupación de terrenos, la no observancia de las normas de construcción y otros aspectos ubicaban esos procesos fuera de la ley. “Las políticas estaban enfocadas en los sin techo”, afirmó. Pero de acuerdo a su diagnóstico, hoy el panorama es muy distinto. Según sus cifras, el 82% de la población de los países latinoamericanos vive en ciudades, con lo cual esa presión demográfica cedió. “El problema ya no es el crecimiento, sino la desigualdad”, dijo.
Una desigualdad que hoy aparece en un territorio fragmentado. “Antes la mancha urbana se expandía hacia la periferia, ahora lo que hay es una constelación de espacios discontinuos”. Enclaves en los que viven los más castigados por el sistema y otros donde se abroquelan los sectores más pudientes, que tal como ponderó, abren una etapa de urbanización sin ciudad.
Actualmente se presentan otros dilemas, como el despoblamiento de las zonas centrales por el crecimiento de las actividades comerciales y financieras, la construcción en las periferias de viviendas privadas y lo que ocurre con los techos sin gente. “En México hay cinco millones de viviendas desocupadas”, ilustró Carrión. Otro de los temas es la sostenibilidad. “Tenemos que incorporar el derecho a la naturaleza para impulsar la justicia ambiental”, agregó.
Además mencionó la importancia de afianzar la descentralización para que los municipios adquieran más poder, y alertó sobre la incidencia de las bandas criminales en los gobiernos locales. “No solo financian las campañas electorales, sino que también comienzan a representarse por sí mismos. El 10% de los municipios en Colombia están en manos de estas mafias, que eligen lugares estratégicos, de producción y fácil acceso a rutas”, informó.
Finalmente habló de la necesidad de recuperar la planificación urbana a través de la reurbanización y del urbanismo ciudadano, que implica la producción social del hábitat con un presupuesto participativo, como ocurre en México y Porto Alegre. En relación a esto último, Juan Ignacio Maquieyra contó algunas de las iniciativas que viene llevando adelante el Gobierno de la Ciudad con los habitantes de las villas. “Nuestra idea es que quienes viven en esos barrios puedan desarrollarse en su propio lugar, darles participación en la toma de decisiones sobre las obras a encarar y mantener y respetar su identidad”, indicó.
El investigador ecuatoriano señaló que en esta nueva etapa hay que devolverle la política a la ciudad, y que la desigualdad tiene varias dimensiones. No se trata solo de aumentar los salarios, el tema es producir otra ciudad, una que sea “una comunidad política conformada en el espacio público con participación de todos los ciudadanos”.