El desafío de promover la inclusión social con políticas que generen igualdad
Especialistas en educación y políticas públicas debatieron los impactos sociales que se experimentaron en Latinoamérica tras la irrupción de gobiernos progresistas, a la vez que analizaron los resabios dejados por la pandemia.
15-06-2021
Los beneficios sociales mediante la inversión en vivienda, salud, educación y trabajo adoptada por gobiernos progresistas en la región no eliminaron la desigualdad social, que se hizo cada vez más notoria en tiempos de pandemia. Por ello, es prioritario generar un consenso para que la sociedad exija a sus gobernantes la aplicación de políticas que tiendan a la igualdad de los individuos. Este fue el eje que recorrieron los expertos en un nuevo encuentro del ciclo Charlas Sociedad y Pandemia, organizado por el Centro de Estudios e Investigación en Políticas Sociales Urbanas (CEIPSU).
La actividad se transmitió vía streaming por el Canal de Youtube de la UNTREF y se desarrolló en el marco de la presentación del último libro de la docente de la Universidad e investigadora del CEIPSU, Gabriela Benza, y del docente de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) e investigador del CONICET, Gabriel Kessler. En la publicación titulada La ¿nueva? estructura social de América Latina, los autores recorren las consecuencias sociales que generaron las políticas públicas implementadas por gobiernos posneoliberales y la relación entre ellas y la pretensión de eliminar las inequidades características de la región.
Tras más de diez años bajo la órbita de gobiernos neoliberales -durante toda la década de 1990 hasta los primeros años del Siglo XXI- la sociedad latinoamericana experimentó la llegada de Estados progresistas que gobernaron desde comienzos de ese siglo hasta mediados de la década de 2010. Son ejemplos de ellos las presidencias de Evo Morales en Bolivia, José Mujica en Uruguay, Luiz Inácio Lula Da Silva en Brasil, Hugo Chávez en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador, y Néstor Kirchner y Cristina Fernández en Argentina.
Luego del mandato de estos gobiernos posneoliberales, se produjo un giro hacia Estados conservadores, siendo actualmente Argentina y México las opciones más progresistas en la región y recuperando Bolivia ese estatus tras la interrupción democrática del interinato de Jeanine Áñez.
“Gracias a políticas en educación, salud y vivienda, el ciclo progresista en Latinoamérica generó mayor inclusión social que en décadas precedentes, aunque no modificó de raíz la problemática de la desigualdad”, explicó Benza. La especialista afirmó que “el Estado tuvo un papel crucial en tejer una red básica para las comunidades más desprotegidas, pero en términos concretos la concentración de la riqueza se incrementó aún más y las élites fueron cada vez más ricas en detrimento del resto de la sociedad”.
En este avance de los grupos hegemónicos sobre los más vulnerables, Benza considera que hay que tener en cuenta la inexistencia de un consenso social que pugne por la reducción de la desigualdad, lo que la limita a quedar excluida de la agenda de políticas públicas.
Por su parte, Kessler introdujo el contexto de pandemia y aseguró que los indicadores sociales que demostraban un retroceso antes de la covid-19 –por ejemplo, el empleo– con la pandemia incrementaron su caída, ampliando las brechas en el interior de las comunidades. Según él, el coronavirus intensificó la flexibilización laboral y aumentó la pobreza, ya que “los pobres se convirtieron en más pobres que antes”.
Asimismo, sobre la desigualdad que mencionaba Benza, Kessler indicó que ésta es la responsable de miles de muertes debido al colapso de los sistemas de salud y por la precariedad en la calidad de vida de los habitantes. “Lo que sucede en Latinoamérica no es lo mismo a lo que ocurre en Europa. Acá los adultos de edad intermedia tienen mayores posibilidades de morir ya que deben salir a trabajar en condiciones desfavorables y además por la presencia de comorbilidades que son el resultado de las malas condiciones de vida”, explicó.
En la actividad impulsada por el CEIPSU participaron también el asesor del Ministerio del Interior de la Nación y Profesor Asociado del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de San Andrés (UDESA), Marcelo Linares; y la exviceministra del Ministerio de Educación de la Nación y profesora de la Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE), Adriana Puiggrós.
Mientras que Linares se preocupó por la vulnerabilidad del sistema democrático en Latinoamérica, tomando como ejemplo el golpe de Estado ocurrido en Bolivia y la destitución a Dilma Rousseff en Brasil, Puiggrós advirtió sobre los perjuicios que generan en el sistema educativo los regímenes neoliberales, aumentando la precarización laboral de los docentes y el perjuicio a los sectores más vulnerables, quienes padecen la desigualdad en el ámbito de la enseñanza.
“Ante esta inestabilidad democrática, Latinoamérica necesita de actores políticos robustos que establezcan acuerdos con la sociedad y que hagan cumplir dichos contratos, de modo tal que sea posible la aplicación de políticas públicas ambiciosas”, expresó Linares, quien además elogió las campañas de vacunación implementadas en Argentina, Uruguay y Chile y aseguró que éstas “demuestran las capacidades de infraestructura de los Estados”.
Por su parte, Puiggrós sostuvo que existe un avance empresarial sobre la educación pública en el que se privilegia la enseñanza privada (instituciones a las que se refirió como escuelas PyME). A su vez, llamó a repensar el sistema educativo retomando la categoría de inclusión. “Hay que pensar en la inclusión y entender las bases profundas de la exclusión, teniendo en cuenta también el tema generacional”, manifestó y concluyó que “las políticas públicas generan mejores sociedades”.
Para el director del CEIPSU, Jorge Carpio, este tipo de encuentros entre especialistas es fundamental para analizar las transformaciones globales e instalar en el debate público temas que la pandemia puso al desnudo pero que ya estaban presentes desde antes, como la desigualdad, la pobreza y la vulnerabilidad.
“La pandemia puso en evidencia la fragilidad de nuestros sistemas económicos, sociales y políticos. Se asemeja a esos castillos de arena que se derrumban cuando el mar los moja. Por eso creemos que este tipo de actividades son muy importantes para entender los avances y retrocesos que vivimos en nuestra región”, concluyó Carpio.