Cómo conocer las claves para interpretar las encuestas electorales
La Maestría en Generación y Análisis de Información Estadística brindó una jornada para comprender cómo leer los resultados que surgen de los sondeos previos a los comicios.
28-05-2021
A la hora de leer los resultados de las encuestas electorales hay que tener en cuenta una serie de cuestiones prácticas, técnicas y metodologías que influyen en las conclusiones a las que arriban los encuestadores de turno, abarcando éstas desde la fecha de la toma del dato, hasta los métodos de recolección de respuestas, pasando por la representatividad del universo encuestado. Con esta premisa, el consultor en Opinión Pública y analista político, Lucas Klobovs, inauguró la Jornada sobre Herramientas Estadísticas, actividad organizada por la Maestría en Análisis y Generación de Información Estadística.
Para Klobovs, quien forma parte de la consultora Poliarquía, es fundamental que los profesionales en estadística, así como también el público en general, estén al tanto de la forma en la que se desarrolla todo proceso de encuesta, a la vez que consideró que es preciso que los medios de comunicación informen de qué manera se llevó a cabo un determinado estudio de opinión pública y qué variables se tuvieron en cuenta para acceder a las conclusiones finales. “Muchas veces la gente se queda con el resultado final de un sondeo que divulgan los medios, pero no sabe en concreto cómo se accedió a ese resultado”, indicó.
Bajo el título Encuestas electorales: ¿cómo se interpretan y qué hay que tener en cuenta? la jornada, realizada de manera online, reunió a docentes, estudiantes y graduados de la Maestría, y recorrió aspectos centrales de una actividad que, desde hace varias elecciones, expone fallas en la mayoría de quienes están encargados de realizar este tipo de estudios. Tal es así que según un relevamiento del sitio web Chequeado, en los últimos comicios para presidente una sola encuestadora vaticinó que la diferencia entre Alberto Fernández y Mauricio Macri en las elecciones generales iba a ser menor a la obtenida en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), y ninguna logró estimar que Macri sacaría más del 40 % de los votos. Asimismo, en las PASO, ninguna consultora previó que Fernández lograría más del 45 %.
Para Klobovs hay que contemplar varias cuestiones: quién envió a hacer el estudio que se publica en los medios; cuál es el universo encuestado; cuál es el tamaño de la muestra (cantidad de casos); en qué fecha se realizó el trabajo de campo; cuál fue el instrumento utilizado (si la encuesta fue telefónica, presencial, por internet); qué tipo de preguntas contiene el cuestionario, etcétera.
“Tenemos que tener en cuenta si la encuesta se hizo a personas de todas las edades, si se hizo en únicamente una provincia o si tuvo una cobertura nacional, cuál es el nivel socioeconómico de quienes respondieron, si las preguntas del cuestionario eran abiertas o cerradas, o si tenían una opción única o varias posibilidades de respuestas”, expresó el especialista y agregó que cuando leemos los resultados de un estudio de opinión pública hay que saber que detrás de los números finales que éste muestra hay un montón de variables que influyen en las conclusiones finales.
Egresada de la Maestría, licenciada en Sociología e investigadora permanente desde hace más de 15 años en el Centro de Investigación en Estadística Aplicada (CINEA), Cintia Díaz expresó que muchas veces los errores a los que llegan las consultoras tienen que ver con la fecha en la que se hace la encuesta –ya que las personas cambian de opinión de un mes a otro–, con el conjunto de personas que participan del estudio y con el hecho de que muchas veces que una persona declare que tienen la intención de votar a tal candidato no significa que en última instancia lo realice.
“Las encuestas electorales sirven y ayudan un montón para conocer cuál es la voluntad y el clima social y político que impera en ese momento, pero nosotros, como encuestadores, no sabemos si la persona que nos dijo que iba a votar a tal candidato cuando entra al cuarto oscuro confirma esa acción”, reconoció Díaz, y enfatizó que “pensar que las encuestadoras se equivocan a propósito o son funcionales a ciertos partidos políticos es un error, así como también es equivocado creer que los resultados de las encuestas llegan sin tener en cuenta variables tales como la metodología, la muestra y el universo encuestado”.
Con el avance de la tecnología poco a poco las encuestas en papel fueron quedando en desuso y comenzaron a convivir y hasta, en algunos casos, fueron reemplazadas por dispositivos como tablets y sistemas de telecomunicaciones como el CATI (entrevistas telefónicas vía computadora en las que un encuestador dirige la llamada); y el IVR (respuesta de voz interactiva en la que la que se comunica es una máquina sin presencia de un ser humano). Asimismo, en los últimos años comenzaron a ganar lugar las encuestas online.
“Tanto la encuesta telefónica, en sus variables CATI o IVR, como las presenciales tienen sus ventajas y desventajas. En las telefónicas podemos tener un sesgo de cobertura ya que no todas las personas tienen teléfono, pero a su vez nos permite una mayor amplitud horaria para comunicarnos con los encuestados. En las presenciales tenemos la ventaja de la relación cara a cara con el entrevistado, pero a veces se dificulta el acceso a ciertas zonas geográficas, impidiendo llegar a la totalidad del territorio”, explicó Klobovs.
Finalmente, el especialista se ilusionó con que en las próximas elecciones se tengan en cuenta estas cuestiones cuando se lean los resultados de los sondeos y pidió “no sacar conclusiones anticipadas”.