Acceder y transformar los archivos: núcleo central para visibilizar la diversidad sexual
Especialistas en activismo y archivística discutieron los usos disidentes de los registros históricos de la diversidad sexogenérica y analizaron en qué medida la digitalización beneficia el acceso público a los mismos.
19-11-2020
El pasado, presente y futuro de la archivística relacionada con la disidencia sexual fue analizado por académicos nacionales e internacionales reunidos en la charla intitulada Archivos en disidencia. Lecturas y usos desde el desacato. Para ellos, las identidades de las minorías no entran en los archivos y sus voces son las traducciones que hacen de ellas los representantes de las mayorías, quienes avalados por una sociedad que define qué es lo normal y qué no lo es los condenan al olvido o, peor aún, a su ridiculización. Para romper esta lógica, los grupos no hegemónicos deben acceder a los archivos y transformarlos mediante elaboraciones propias, registrando su espíritu e impronta.
Organizado por el Centro Interdisciplinario en Estudios y Políticas de Género (CIEPOG), y con el apoyo de la Maestría en Estudios y Políticas de Género y del Doctorado en Estudios y Políticas de Género, el evento contó con la participación del activista creador del archivo digital de la disidencia sexual Moléculas Malucas, Marcelo Ferreyra; los mexicanos del archivo y plataforma artística El Insulto, Michelle Davó y Adolfo Vega; y el investigador sobre género y sexualidad de la Universidad de Nueva York, Zeb Tortorici, quienes expusieron y analizaron de qué forma los archivos tradicionales, basados en una concepción machista y hegemónica hablan de los grupos disidentes y cómo estas comunidades pueden modificar las convenciones vigentes.
"Los archivos cuentan historias. En Moléculas Malucas impulsamos la diversidad, ya que construimos registros sobre grupos minoritarios, recopilando recortes de diarios, fotografías, elementos físicos y textos sobre actividades que estas minorías desarrollan, dándoles una visibilidad", explicó Ferreyra, quien además instó al rescate de archivos personales, dada su fragilidad: "Hemos visto desaparecer registros valiosísimos que se perdieron cuando las personas se mudaban o cuando fallecía el dueño de los mismos. Es fundamental difundir la importancia de su rescate y conservación", aclaró.
Ferreyra, fundador de Gays por los Derechos Civiles (Gays DC), también valoró al activismo y comentó que gracias a él es que se puede lograr enriquecer el archivo sobre las disidencias y la preservación de la historia.
Para Michelle Davó y Adolfo Vega es necesario pensar paralelamente en dos procesos: los de conservación archivística y los de difusión. "La difusión debe ser paralela a la conservación y hay que tener en cuenta la importancia de socialización del archivo", sostuvieron. Asimismo, los mexicanos de El Insulto, plataforma que contiene 3 mil publicaciones y más de 500 fotografías, aseguraron que los archivos nos permiten entender de qué forma una sociedad concibe la diversidad sexual y nos ofrece el intercambio de memorias y un diálogo necesario para lograr las transformación de los registros.
Por su parte, Tortorici analizó de qué forma se registraba a los homosexuales en la época colonial. Tras una larga investigación, el académico de la Universidad de Nueva York descubrió que en todos los archivos coloniales analizados la homosexualidad estaba archivada bajo la conceptualización de los términos "pecado", "pecado contranatura" y "sodomía". "Se trata de clasificaciones que muchas veces llegan al presente, en donde el deseo sexual disidente está visto desde la óptica de la criminalización", sostuvo, y concluyó que es preciso intervenir los archivos institucionales para darles visibilidad a los deseos de las minorías.
Con la moderación del director del Doctorado en Estudios y Políticas de Género, Daniel Link, y el de la Maestría en Estudios y Políticas de Género e integrante del CIEPOG, Mariano López Seoane, la actividad también abordó la digitalización de los archivos. En este aspecto, tanto Ferreyra como Davó, Vega y Tortorici coincidieron en que si bien las herramientas digitales son importantes ya que garantizan el acceso a los archivos para toda la población, también les quitan cierta neutralidad, ya que forman parte de un recorte realizado por el interesado en que el registro se difunda.
"Hay una inestabilidad en lo digital que en ocasiones impide el acceso. Si bien abre nuevos canales y oportunidades para la sociedad, a veces descontextualiza al archivo y lo deja a merced del enfoque de quien lo digitaliza", argumentó Tortorici, a la vez que para Vega "solamente es una herramienta útil para quienes tienen posibilidades de conexión".
Para concluir, los especialistas también coincidieron en que si los archivos cuentan historias y son fundamentales para la memoria de un pueblo, es fundamental que los mismos contengan las voces y prácticas de todos los sectores que componen una sociedad. "Los archivos traen del pasado historias que tienen que ver con el presente. Defender el registro de la diversidad sexogenérica y el desarrollo histórico de esta diversidad es importante para la preservación de la historia", finalizó Ferreyra.