Minorías en Argentina y Rumania

El seminario analizó las experiencias de apertura hacia los migrantes en los dos países, los procesos de segregación y las políticas públicas para combatirlos.

12-11-2018

En la actualidad hay 250 millones de personas en el planeta que están migrando, de las cuales 10 millones son asiáticos, 65 millones intraeuropeos, 37 millones latinoamericanos y 34 millones africanos. Muchas de ellas han elegido como destino -entre varios otros-  Argentina y Rumania, dos países que comparten una trayectoria de lucha por los derechos de las minorías. “Esta es una universidad pública con especial interés por temáticas como las relaciones internacionales y los problemas migratorios, que lamentablemente están muy candentes en este momento en todo el mundo”, expresó el rector de la Universidad,  Aníbal Jozami, en la apertura del seminario Minorías en Europa Central y Argentina realizado en la Sede Rectorado Centro.

El filósofo y escritor Tomás Abraham aseguró que si bien Rumania y Argentina son sociedades multiculturales, los procesos históricos que atravesaron han sido distintos y también su acercamiento a las diferentes etnias. “Hoy en Europa los extranjeros conforman solo el 3,86% de la población. En Argentina, desde el 2016, han entrado cerca de 500 mil migrantes provenientes de los países limítrofes”, mencionó Abraham, afirmando que los que llegan a la Argentina tienen papeles en forma inmediata para trabajar, además de educación y sanidad gratis. 

“Somos un país de una hospitalidad absolutamente sin límites para todas las tradiciones”, remarcó. Además dijo que esta apertura se da hasta en un contexto de “empobrecimiento” y “bancarrota del Estado”, que muchas veces alienta los brotes de xenofobia. Haciendo un repaso histórico, comentó que hacia finales del siglo XIX y principios del XX, “nuestro país sufrió una mutación cultural que no tiene precedentes en el mundo”. Así, indicó que en 1914 la cantidad de inmigrantes en suelo argentino llegaba al 30%. “Había que inventar la argentinidad, construir una memoria común, y el gobierno se puso a trabajar”, continuó el filósofo. Según dijo, fueron la conscripción y la escolaridad los elementos aglutinadores, junto al castellano, los que les permitió a los extranjeros comunicarse entre sí. 

Por su parte, el historiador y profesor de la Universidad del Oeste en Timisoara, Víctor Neumann,  expresó que en Europa Central y del Este la cuestión de las minorías “comenzó con la construcción del Estado cultural”. A diferencia de Europa Occidental, que concibe al Estado desde el punto de vista cívico, del otro lado del continente la nación se define por la cultura y la etnia. “Es por eso que hablamos de minorías, de extranjeros internos”, señaló. Como ejemplificó, los rumanos conviven con varios grupos: gitanos, judíos, húngaros, búlgaros, alemanes, ucranianos, serbios, italianos y turcos.

Acerca de los rom o gitanos, disertó la Embajadora de Rumania en Argentina,  Carmen Podgorean. “Desde la Asamblea Nacional de 1918 y la reintegración de Rumania que se promueve el respeto a las minorías”, afirmó. Pero según ella, el caso de los gitanos -actualmente la segunda minoría más importante de ese país- es especial. Se trata de una población que llegó de la India alrededor del año 1000, marginalizados económicamente. 

“En Rumania fueron esclavos en los latifundios y monasterios hasta 1854, y después fueron perseguidos y asesinados por el régimen nazi”, subrayó.  De acuerdo a su análisis, se trata de un grupo vulnerable que “tiene más una necesidad de integración que de diferenciación”. Como compartió con los asistentes, el gobierno rumano viene desarrollando políticas públicas para garantizarles una mejor inserción en el sistema educativo, de salud y en el mercado laboral, y recientemente se han impulsado leyes que imponen multas y penas por las actitudes discriminatorias hacia ese colectivo o a quienes hagan una apología del nazismo.

En sintonía con este planteo, la presidenta de la Comisión Timisoara Capital Cultural Europea 2021, Simona Neumann, se refirió a la gran diversidad que existe en la ciudad rumana elegida para representar la riqueza cultural de Europa en los próximos años. Como contó, Timisoara tiene 19 grupos culturales y 18 confesiones religiosas. También posee teatros con tres idiomas (rumano, húngaro y alemán), una arquitectura acorde al eclecticismo de su gente y una fuerte tradición por la experimentación. “Lo que estamos impulsando son programas culturales para transformar el espacio público y cambiar las vidas de las personas, buscando siempre la interacción de las diferentes costumbres”, concluyó. 

El seminario fue organizado por el área de Relaciones Internacionales e Institucionales de la UNTREF en conjunto con la Secretaría de Cultura de la Nación, la Biblioteca Nacional Mariano Moreno y la Embajada de Rumania en Argentina. 

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