Gadano: la guerra ayudará a una mirada más positiva sobre la energía nuclear

El director del Programa de Estudios sobre Energía Nuclear e Innovación (PROGENI), Julián Gadano, analiza el impacto del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania en el desarrollo de la energía nuclear en la Argentina y en el mundo.

22-03-2022

Desde que las fuerzas militares rusas invadieron Ucrania el pasado 24 de febrero y comenzaron los ataques en regiones cercanas a grandes ciudades y sobre la infraestructura militar ucraniana, el mundo entró en estado de alerta por el temor a un posible enfrentamiento nuclear entre ambos países. En este contexto, consultamos a Julián Gadano, experto desde hace más de 20 años en materia de energía nuclear. “Obviamente un conflicto militar en un territorio donde hay centrales nucleares es un riesgo adicional a la actividad nuclear que puede producir cierto miedo pero, al final de esta historia, como las probabilidades de que ocurra un accidente son bajas porque las centrales tienen protección, esto va a contribuir a impulsar una mirada más positiva sobre la energía nuclear”, asegura el director del Programa de Estudios sobre Energía Nuclear e Innovación (PROGENI) del Centro Interdisciplinario de Estudios Avanzados (CIEA) de la UNTREF.

Para Gadano esta situación tiene que ver, por un lado, con la cuestión del cambio climático, dado que la nuclear es una energía limpia y, por el otro, porque “va a terminar desnudando la dependencia o la vulnerabilidad frente al gas importado de Rusia que tienen algunos países del continente europeo”.

En este sentido, el experto señala que uno de los incentivos para la energía nuclear es la convicción que existe en el mundo de que hay que salir de los combustibles fósiles. Esta hoja de ruta hacia lo que se denomina una agenda de transición energética “es favorable para la energía nuclear porque no emite gases de efecto invernadero y, además, está en la base, a diferencia de las renovables no requiere que haya viento, sol, etc.”, dijo.

“Si el mundo no logra limitar el aumento de la temperatura global en un grado y medio respecto de la época preindustrial, vamos a tener un problema serio. El 50% de la contribución al calentamiento proviene de la energía, entonces es ahí donde hay que hacer algo principalmente. Con las energías renovables hay un paso hecho pero no alcanza porque son intermitentes. Es el caso de las dos más difundidas: la eólica y solar fotovoltaica. Las tenés sólo cuando hay viento y sol porque todavía no existe una tecnología a precios competitivos que pueda almacenar energía”, explica Julián Gadano.

“La guerra se monta y acelera este proceso porque los combustibles fósiles en Europa, además de generar gases de efecto invernadero, generan dependencia de Rusia y hoy la agenda de romper o limitar esta dependencia va a ser muy fuerte, ya lo es y lo va a ser en el futuro cercano. Entonces ahí me parece que la energía nuclear se enmarca en un escenario favorable”, amplió Gadano.

Además, el director del PROGENI explica que en el plano internacional los accidentes de Chernóbil en la década del 80 del siglo pasado y de Fukushima en 2011 produjeron una retracción del negocio, provocando una crisis muy fuerte para la industria nuclear de la que se está saliendo de a poco.

De acuerdo con Gadano, en el mundo occidental, sobre todo después del accidente de Japón, hubo una corriente fuerte antinuclear de algunos grupos políticos –especialmente aquellos ligados con los partidos verdes y con los grupos ambientalistas en Europa- con cierto consenso social producto del temor ocasionado por las explosiones. Frente a esto, el especialista resalta que la tasa de accidentes relacionados con la energía nuclear es muy baja: se produjeron tres en 70 años en todo el mundo. “En la medida en que estas tecnologías son intermitentes, tenés que acompañarlas para cuando no tenés energía firme y si no usás nuclear, lo que tenés son fósiles”, continuó. “Tenemos una ventana de unos 40 años en los que debemos ir saliendo de los combustibles fósiles de manera gradual. En ese proceso, el mejor indicador es que varios países que habían abandonado la energía nuclear están volviendo a retomarla, como Francia, República Checa, Canadá, Estados Unidos, Suecia. Es un mundo que dice que tenemos que volver a la energía nuclear pidiéndole que sea más eficiente, que tenga reactores más seguros, más amigables con la sociedad, más chicos y eso es lo que está pasando”, remarca el experto.

 

Argentina: energía nuclear y gas caros

En el caso de Argentina, el mayor problema para la expansión de esta energía es que “se ha vuelto muy cara y requiere de gran inversión de capital inicial”. Sin embargo, aclara que “las nuevas tecnologías, los reactores pequeños, requieren menos capital inicial y quizá ahí hay una oportunidad. La Argentina podría buscar asociaciones con capital extranjero, abrirse a la inversión extranjera y basar el desarrollo no tanto en enormes deudas para grandes reactores sino en desarrollo de pequeños reactores financiados sobre todo por el capital privado”.

En cuanto al impacto de la guerra, Gadano estima que en nuestro país será negativo a  corto plazo ya que “la Argentina lamentablemente en los picos, en invierno, tiene que importar gas natural licuado (GNL). En la medida en que uno de los grandes proveedores del mundo, que es Rusia, está en guerra, va a aumentar muchísimo el precio”, asegura.

De todas formas, para el experto la Argentina como país nuclear tiene una oportunidad enorme para insertarse de manera positiva en este cambio tecnológico que está teniendo el sector energético. “Tenemos que tener una mirada que entienda cómo ha cambiado la generación de energía, el rol que han jugado las energías renovables, cómo se inserta la energía nuclear en eso y qué rol puede jugar nuestro país. Mirando hacia adelante, tenemos oportunidad de desarrollar mucho una industria con altísimo valor agregado que ha tenido un desarrollo muy exitoso en la Argentina en los últimos sesenta años”, agregó Gadano.

“Nosotros desde el Programa de la Universidad lo que estamos queriendo aportar, desde nuestro pequeño lugar, son miradas, aportes que puedan ayudar a la Argentina a insertarse de manera positiva en ese mundo tan activo que hay hoy en materia de energía y tecnología nuclear”, concluyó Julián Gadano.

Creado en 2020, el PROGENI es un ámbito dedicado a abordar el extenso campo de la energía nuclear desde todas sus aristas problemáticas, tanto desde un abordaje de investigación, como buscando incidir en las políticas públicas.