La Universidad Nacional de Tres de Febrero recuperó y es continuadora de este museo fundado en 1974, situado en el espacio del viejo Hotel de Inmigrantes, para el desarrollo de un ámbito permanente de memoria y homenaje destinado tanto a quienes vinieron desde Europa, Asia y África a compartir este suelo con intensidad, desde la segunda mitad del siglo XIX, como a nuestros hermanos sudamericanos que concretan la permeabilidad que impulsa nuestra legislación.
De esta manera, la UNTREF retoma un espacio tanto para la construcción de la memoria histórica como para la reflexión de las condiciones actuales de las migraciones; respetando a los inmigrantes que se afincaron y encontraron una patria y reivindicando al mismo tiempo a los pueblos originarios que están en la base de nuestra nacionalidad. Este Museo de la Inmigración, tiene como rasgo diferencial el presentar al público la experiencia del migrar en sus tramos del viaje, la llegada, la inserción y el legado, procurando que el espectador indague en las condiciones del migrante del pasado tanto como en las actuales, con la inclusión de documentación histórica, fotografías, films, y testimonios contemporáneos. Todos estos materiales conviven, a su vez, con algunas intervenciones artísticas como las de Carlos Trilick, Graciela Sacco, Gabriela Golder, Mariano Sardón y Annemarie Heinrich, con la convicción de que las producciones simbólicas contribuyen en la expansión de sentidos y la reflexión histórica.
Con el advenimiento de la Revolución Industrial y los cambios sociales, económicos y políticos que trajo aparejada miles de personas se vieron impulsadas a emigrar en busca de mejores horizontes. Hasta la década de 1870 los viajes transoceánicos eran muy largos pero las mejoras tecnológicas lograron acortarlos a un par de semanas. A partir de ese momento los contingentes de inmigrantes se fueron acrecentando año tras año. Esta situación obligó a las autoridades nacionales a brindar un auxilio efectivo a los recién llegados. Distintos inmuebles fueron utilizados para este fin hasta que a fines del siglo XIX se hace imprescindible encarar la construcción de un complejo que tuviera todas las comodidades y servicios necesarios para la atención adecuada de los recién llegados.
En 1905 comienza la construcción del complejo, la primera obra fue el Desembarcadero con todas las comodidades para atender a los pasajeros de 1º, 2ª y 3ª clase y las oficinas de Aduana, Prefectura y Dirección Nacional de Higiene terminada a fines de 1907. Al año siguiente se construyó el edificio de la Administración y de la Dirección. En 1909 se levantaron la Enfermería, Lavaderos y Baños. Por último se construyó el edificio donde estarían el comedor y los dormitorios que fue inaugurado en 1911. En la planta baja funcionaban el comedor, la cocina, la panadería y la carnicería, en los tres pisos superiores estaban los dormitorios, cuatro por piso con capacidad para 250 personas cada uno. Este edificio fue uno de los primeros construidos en hormigón armado de la ciudad y respetaba todas las normas del Higienismo de la época: paredes azulejadas, grandes ventanales para ventilar, amplios corredores y escaleras de fácil limpieza.
La rutina de los que se alojaban era muy estricta, a las seis de la mañana las celadoras despertaban a los huéspedes y se organizaba el desayuno por turnos de mil personas. Luego las mujeres se ocupaban del lavado de la ropa y los niños mientras los hombres tramitaban su colocación en la oficina de trabajo. Todos podían entrar y salir libremente del Hotel. Al mediodía se servía el almuerzo, cuyos menús variaban entre sopa, guiso con carne, puchero, pastas, arroz o estofado, y a las tres de la tarde la merienda para los niños. A partir de las seis comenzaban los turnos de la cena y a las siete se abrían los dormitorios. A lo largo del día se ofrecían cursos sobre el uso de maquinaria agrícola, labores domésticas, también había conferencias y proyecciones sobre historia, geografía y legislación argentina. El período de alojamiento estaba estipulado en cinco días según la ley, pero muchas personas pudieron permanecer por más tiempo.
El Hotel funcionó hasta el año 1953, y a lo largo de su historia se alojaron alrededor de un millón de personas. En 1990, mediante el Decreto Nro. 2402, fue declarado Monumento Histórico Nacional.
Ver másEl viejo Hotel de Inmigrantes que había sido inaugurado en 1911 y en 1953 se registra el paso de los últimos migrantes allí acogidos, fue posteriormente abandonado a distintas suertes de tal forma que con el paso del tiempo y los usos diversos entró en un proceso de deterioro creciente.
Cuando en 2010 desde MUNTREF comenzamos a desarrollar lo que fue el Proyecto: BOLTANSKI BUENOS AIRES, realizamos una búsqueda de sitios que por su historia pudieran resultar de interés para que el artista francés cuyo centro de interés es develar las capas de la memoria como parte constitutiva de la experiencia humana contemporánea, realizara allí una instalación sitio específico. En 2011 realizamos con él un recorrido “curado” por la ciudad de Buenos Aires partiendo de Caseros, la sede de MUNTREF en el campus de la Universidad donde se llevó a cabo parte de este vasto proyecto expositivo y desde allí transitamos por varios sitios entre los que estaba el HOTEL DE INMIGRANTES.
Ese fue uno de los sitios elegidos para una de las mayores intervenciones que realizó Christian Boltanski. MIGRANTES es el título de esta instalación que ocupó toda la tercera planta del Hotel recuperándolo para el circuito cultural de la ciudad. La acción de la UNTREF en esta primera etapa fue la de limpieza, estabilización de mamposterías, ventanas, cajas de escaleras y saneamiento general del acceso sur, desde la Planta Baja hasta el tercer piso incluyendo las escaleras y los rellanos de pisos respectivos. Entre estas tareas de estabilización del edificio se llevó a cabo, además la fijación de algunas zonas de la fachada.
Al término de MIGRANTES, el espacio había sido reinstalado, y empezaba a operar dentro del circuito cultural. Fue entonces cuando el rectorado de UNTREF a cargo de Aníbal Jozami (Rector) y Martín Kaufmann (Vicerrector) decidió llevar adelante un programa de recuperación más ambicioso. Esto implicó por un lado la firma de un comodato entre la UNTREF y la Dirección Nacional de Migraciones – institución que ocupa parte del edificio para oficinas y archivo- para llevar adelante la tarea de recuperación de parte del edificio y sobre todo, para desarrollar el hasta entonces postergado MUSEO DE LA INMIGRACIÓN. A éste, se sumó como contrapunto el desarrollo del CENTRO DE ARTE CONTEMPORÁNEO para la diversidad cultural. Ambos museos fueron pensados por el rectorado en colaboración con Diana Wechsler, subdirectora de investigación y curaduría, como parte del complejo de museos de la UNTREF: el MUNTREF.
A partir de entonces la UNTREF inició, en etapas sucesivas que fueron permitiendo hacer uso de los espacios, el proceso de recuperación del HOTEL DE INMIGRANTES. Los criterios usados para la restauración fueron aquellos más actuales, que permiten no sólo la recuperación de la arquitectura histórica sino su refuncionalización teniendo en cuenta la reversibilidad de las acciones que se lleven a cabo sobre el edificio en cuestión. En este sentido, fueron rescatados los azulejos y pisos originales, la planta original (al desmontar construcciones posteriores que la desvirtuaban y ponían en riesgo la estabilidad de la tercera planta dada la sobrecarga de peso que estas construcciones espurias de hormigón suponían para la antigua estructura original).
Asimismo, se eliminaron tabiques que interrumpían la espacialidad de las salas e instalaciones sanitarias que tampoco se correspondían con la planta original. De esta forma, quedó recuperado integralmente el tercer piso, con su distribución espacial de origen: un extenso corredor, atravesado por un amplio crucero con una mesa de mármol y dos hileras de bancos del mismo material a sus lados, más dos hileras de bancos de madera y hormigón revestido con azulejos en el perímetro del lado oeste del crucero y dos largos piletones con sus vertederos de agua en los muros laterales del lado este del crucero. Esta cruz neta planteada por corredor y crucero delimita las cuatro grandes habitaciones que en su época albergaban unas 250 personas cada una, lo que hacía que por cada piso se pudiera albergar 1000 inmigrantes.
De estas cuatro habitaciones las dos que miran a la ciudad se destinaron para el MUNTREF MUSEO DE LA INMIGRACIÓN y las dos que miran al río para el MUNTREF CENTRO DE ARTE CONTEMPORÁNEO. Las zonas de tránsito (corredor, crucero, Planta Baja, accesos, escaleras, rellanos) se recuperaron integralmente respetando los materiales y la configuración original, con el criterio de evocar en ellas la “memoria del sitio”.
Las tareas de recuperación fueron llevadas adelante por el departamento de arquitectura de UNTREF, dirigido por el Arquitecto Gonzalo Garay con asesoramiento de ingenieros y arquitectos especializados en edificios histórico-patrimoniales. Al cabo de un tiempo, ya se encontraba la Planta Baja reocupada: con la recepción del Museo donde el público puede consultar la base de datos de migración e investigar sobre sus orígenes, consultar bibliografía y ver las publicaciones de EDUNTREF, así como tomar un café en un espacio reconstruido evocando el antiguo comedor, se instaló además a un lado la Sala de Usos Múltiples y al otro el Centro de investigación de materiales y conservación preventiva de la UNTREF, utilizando las pequeñas salas laterales.
Se encaró entonces la tarea de diseñar y llevar a cabo la construcción de la columna externa de circulación integrada por dos ascensores y una escalera de emergencia inscriptos dentro de una moderna estructura de hierro y vidrio y conectada por un puente en PB y otro en la tercera planta de los mismos materiales con el edificio original. Esta obra fue diseñada con un concepto contemporáneo para diferenciarse del edificio original, por el Estudio Lama-Soler y evaluada y aprobada por la Comisión Nacional de Monumentos y Patrimonio Histórico de la Nación, dado que el edificio del HOTEL DE INMIGRANTES había sido declarado ya en 1992 Monumento Histórico Nacional.
La tarea representó un gran desafío dado que el estudio de suelos reveló la necesidad de basamentos de gran profundidad. Al cabo de un año, esta estructura transparente no sólo cumple con la funcionalidad de facilitar el acceso a los museos que funcionan en la tercera planta sino además ofrece al público la posibilidad de tener unas vistas de la ciudad y el río de acceso totalmente público y gratuito como no se tiene en ningún otro punto de nuestra costanera.
En suma, la tarea de rehabilitación del HOTEL DE INMIGRANTES, llevada a cabo por UNTREF repuso en el circuito turístico-cultural e histórico de la ciudad de Buenos Aires la presencia activa de un edificio emblemático para nuestra memoria histórico-cultural. Los estándares de los trabajos llevados a cabo así como la calidad de los proyectos planteados en sus salas ponen a MUNTREF a la altura de otros espacios de sus características a nivel global.
Dr. Diana B. Wechsler
Investigador Principal CONICET
Dir. Instituto de investigaciones en Arte y Cultura UNTREF
Sub.Dir. Invest. y curaduría MUNTREF
Buenos Aires - Argentina