Esta exposición, que presentan la Universidad Nacional de Tres de Febrero y el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, es un viaje a través del grabado y de la génesis de la pintura de Seoane, en el marco del centenario de su nacimiento. Pintor, grabador, ilustrador, muralista, diseñador gráfico, escritor, editor, animador cultural y abogado, fue una personalidad carismática que en todas las áreas incursionó con curiosidad, un discreto perfil y un compromiso político constante y activo.

Es sabido que para ser un buen grabador antes hay que pensar dibujando; para este artista, sus grafismos son su escritura, que a menudo se confunde y se fusiona en un unívoco concepto a través de la imagen, con clara conciencia del valor narrativo que el grabado conlleva desde sus comienzos. Ya desde sus tempranos trabajos observamos una forma de construir y dibujar con rasgos incisivos, dislocados del plano de color, en las superficies texturadas como consecuencia del rastro del taco xilográfico de madera práctica que otorga una contundente expresividad a sus obras.
La obra gráfica y en especial la xilografía, por su naturaleza, pone de relieve una economía formal, rigurosa, que deviene de la dificultad técnica que ofrece la dureza de los tacos de madera. Esta austeridad expresiva se ve enriquecida en la práctica de sus xilocollages, la que le facilita incluir el espíritu vanguardista de su tiempo.
En síntesis, la condición movilizadora de compartir dos patrias le permitió a Seoane una cosmovisión libertaria de la vida interpretada en términos formales y de contenidos, abonada en la fertilidad de una tierra promisoria y permisiva a la experimentación, liberada del logocentrismo propio de la época.

LAURA BUCCELLATO
Curadora

Luis Seoane nace en Buenos Aires en 1910, y a temprana edad, vuelve con su familia a España, donde permanece durante su infancia y juventud.
A lo largo de su extensa trayectoria, el artista diseña e ilustra libros, edita y divulga a otros escritores y artistas. Realiza murales, tapices, escenografías; escribe poemas y obras teatrales. Sus inquietudes, pensamientos y convicciones se concretan en una caudalosa producción. En él, la idea de arte y vida son una ecuación indisoluble, y en ambos busca nuevos desafíos.
Provocador, su arte se alimenta de las tendencias de su tiempo, que lo estimulan hacia la experimentación formal.
Seoane valora tanto las tradiciones de sus dos tierras, Argentina y España, como también las distintas influencias artísticas de vanguardia. Logra así un mestizaje de lenguajes que fluye entre el expresionismo y la abstracción, con la autoridad de la línea y el color en una síntesis despojada.
En España, entre los años ´20 y los años ´30 participa activamente en movimientos estudiantiles y políticos republicanos. En ese período ilustra las tres publicaciones periódicas más interesantes del momento: Universitarios, dirigida por Fernández del Riego; Resol, conducida por Arturo Cuadrado y el semanario republicano Yunque. En 1933 funda y codirige el semanario Claridad.
Por sus ideas radicales a favor de la república se exilia en su Buenos Aires natal, al estallar la Guerra civil española, en 1936. A su retorno comienza a dibujar para medios gráficos como el Diario Crítica, de Natalio Botana en donde realizó dibujos satíricos.
Seoane poseía un especial espíritu solidario con el mundo intelectual de su época, del que fueron testigos figuras del arte como Manuel Colmeiro, Horacio Cóppola y Pablo Suárez, entre tantos otros.
En 1938 empieza a colaborar con la editorial Losada de Buenos Aires. Su vasta cultura le permite ilustrar libros de Aldous Huxley y Jean-Paul Sartre, entre otros.
Mantiene, durante 20 años, desde 1939, un intenso diálogo con La Coruña, a través de la dirección de la revista Galicia, del Centro Gallego de Buenos Aires.
Junto con Arturo Cuadrado, amigo y poeta exiliado en Buenos Aires, realiza varios emprendimientos editoriales, entre ellos la editorial de poesía Botella al Mar. La mayoría de las portadas de estas ediciones son confeccionadas por Seoane. Allí publican la obra de Alberto Girri y Jacobo Feldman entre otros, y traducen obras de William Blake, Yeats, Jean Cocteau y Luis Buñuel.