• Memoria colectiva

    Del 14 de marzo al 31 de octubre

     

     

  • Palabras del rector

    MUNTREF, fundado en 2002, es un proyecto de extensión social y política de la UNTREF desde la perspectiva artística y cultural. Como tal, se hace eco en cada momento de las problemáticas que lo definen, como es hoy la cuestión de género, con el propósito de contribuir afirmativamente en el proceso de acelerar la igualdad. Por esto, una vez más iniciamos el año dedicándonos a poner en escena el trabajo de artistas mujeres que no han tenido aún una muestra monográfica en nuestro país. Así lo hicimos con la brasileña Anna Bella Geiger (2018), la franco-marroquí Leila Alaoui (2018), la polaca Angelika Markul (2018), la argentina Marina De Caro (2018), la peruana Claudia Coca (2018), la argentino-brasileña Carla Zaccagnini (2019) y la norteamericana Martha Rosler (2019), por ejemplo.

    También dedicamos nuestros esfuerzos a poner en foco la obra de artistas a quienes no se les hubiera dedicado una exposición, o que hubieran estado ausentes durante muchos años, como fue el caso de las muestras antológicas de Gertrudis Chale (2007), Marcia Schwarz (2008), Raquel Forner (2013), Graciela Sacco (2014 y homenaje en 2018) y Annemarie Heinrich (2014). Todas ellas fueron el resultado de largos proyectos de investigación y gestión.

    Por otra parte, la investigación y la producción de exposiciones colectivas como Migraciones (en el) arte contemporáneo (2015), entre otras, nos llevaron a reforzar este camino presentando mayoritariamente obras de artistas mujeres.

    Hoy, en 2020, elegimos continuar esta tradición presentando en el MUNTREF Museo de Artes Visuales Constelaciones, una selección de obras de las colecciones de los FRAC. Un proyecto organizado a partir de una serie de micronarraciones ligadas a estéticas y problemáticas contemporáneas integrado, entre otras, por obras de Estefanía Peñafiel, Ymane Fakir y Kapwani Kiwanga. Entre tanto, en el MUNTREF Centro de Arte y Naturaleza, presentamos trabajos de Bruna Esposito, artista italiana cuya obra está centrada en los cuatro elementos; además, en el MUNTREF Centro de Arte Contemporáneo, ocupan las salas la artista conceptual italiana precursora del arte relacional Maria Lai, la destacada fotógrafa chilena Julia Toro y la potente artista tucumana Carlota Beltrame. En todos los casos –y continuando con nuestro lema “arte para todos”– es la primera vez que se pone ante el variado público de Buenos Aires una exposición dedicada a cada una de ellas.

    Deseo agradecer el esfuerzo conjunto llevado a cabo con el MAXXIMuseo Nazionale delle Arti del XXI Secolo de Roma y el apoyo del Italian Council, así como el de la Embajada de Italia en la Argentina. También agradezco la colaboración de los FRAC, el Instituto Francés y la Embajada de Francia en la Argentina y la colaboración de la Casa de la Provincia de Tucumán en Buenos Aires. Finalmente, deseo reconocer el enorme trabajo del equipo del MUNTREF dirigido por la doctora Diana Wechsler, directora artística del MUNTREF y BIENALSUR, que permite llevar adelante estos ambiciosos proyectos. Esta suma de esfuerzos nos permite gozar de la experiencia que estas maravillosas artistas proponen.


    Aníbal Y. Jozami
    Rector UNTREF
    Director General MUNTREF

  • Texto curatorial

    Entre los cuatrocientos dibujos de la Nueva crónica y buen gobierno (1615) del cronista Felipe Guamán Poma de Ayala hay uno de la ciudad de Tucumán. El manuscrito se conserva en la Biblioteca Real de Copenhague y no se sabe a ciencia cierta cómo llegó hasta ahí. Los ancestros de Carlota Beltrame son daneses y ella habita desde hace años la ciudad mencionada. No solo la habita, también la padece, la disfruta, la explora y la comunica. Carlota transmuta temas locales en universales, y para ello utiliza todos los medios expresivos a su alcance, desde la artesanía popular hasta la tecnología. ¿Cómo caracterizar una producción que incluye talla de piedras, grabado láser, textiles, sonido y luz, entre otros tantos medios? Quizá la clave esté en una frase que nuestra artista citó alguna vez y que pertenece al teórico Kevin Power: “El poema es un hecho político, del mismo modo que una revuelta popular o una huelga son acontecimientos poéticos”. En efecto, si uno examina cada una de sus obras comprobará que poesía y política van de la mano, se potencian,

    se abisman y se elevan. El rescate de la memoria es una de sus piedras angulares, ya sea la randa (un encaje tradicional), las baldosas modelo “vainilla” que cubren las veredas de su ciudad, el nombre de Hilda Guerrero de Molina (mujer que resistió las dictaduras de Lonardi y Onganía), el humilde papel sulfito que envuelve los sándwiches de milanesa de los vendedores callejeros o los sonidos de un pueblo (desde el bombo peronista en una marcha, perros que ladran, risas infantiles, hasta la cumbia La burrita). Carlota registra los horizontes culturales de su entorno y logra traducirlos en objetos exquisitos y aguerridos. Su mirada es poética, la carga es política. Así como aquel cronista peruano fue la voz cantante de un pueblo que sufría la opresión de un imperio colonizador, Carlota es la narradora visual de la historia de su propia provincia, sabe captar la esencia del saber popular, de sus artesanías y de sus costumbres, como también de sus luchas y resistencias.


    Julio Sánchez
  • Biografía

    Tucumán, 1960. Es artista, docente e investigadora. Obtuvo numerosas becas entre las que se destacan la de la Fundación Antorchas para trabajar en el Taller de Barracas (1994-1995) y la de la DAAD para estudiar en la Kunstakademie Düsseldorf, Alemania (1996-1997). Desde los años noventa, en una escena artística contemporánea incipiente como la de su provincia, ha desempeñado diferentes roles participando y creando redes de análisis, producción y gestión con colegas de casi todo el país. En 2018 obtuvo el primer premio del Salón Nacional de Artes Visuales. Sus obras pueden verse en colecciones públicas y privadas como las del Museo Nacional de Bellas Artes y Bruzzone.