UNTREF VIRTUAL, UNA OPORTUNIDAD PARA CRECER
Esta modalidad comenzó en la UNTREF en 2002, muchos años antes de que la pandemia impusiera ese formato en todos los niveles educativos. Actualmente cuenta con una amplia oferta educativa de casi 60 opciones.
18-04-2022
La modalidad virtual de la Universidad Nacional de Tres de Febrero comenzó en 2002. Actualmente cuenta con una amplia oferta educativa: 29 licenciaturas, 16 diplomaturas, 4 maestrías y 6 cursos de posgrado.
Mariana Vera Rossi, directora académica de UNTREF Virtual, recuerda que en el comienzo la mayor parte de los estudiantes eran adultos: “casi todas las carreras estaban destinadas a personas que trabajaban y que tomaban el estudio a distancia como posibilidad de cursar una carrera universitaria no presencial. En los últimos diez años el estudiantado fue cambiando y se incorporaron alumnos más jóvenes, muy familiarizados con el consumo de cultura, entretenimiento y, por supuesto, educación a través de medios tecnológicos”.
Hoy 16.700 alumnos cursan en UNTREF VIRTUAL y, si bien se corrobora este cambio en el perfil del alumnado, sigue siendo una excelente opción para adultos que desean acceder a la educación superior por primera vez o ampliar su formación con un posgrado, tecnicatura o diplomatura.
En esta nota, cuatro egresados comparten su experiencia, explican por qué eligieron la virtualidad para poder continuar con sus estudios y detallan cómo impactó en su vida laboral y, también, afectiva esa decisión.
Mónica tiene 67 años y hace dos se graduó de Licenciada en Resolución de Conflictos y Mediación. Gabriela tiene 44 y a los 42 se recibió de Licenciada en Protección Civil. Cecilia es Licenciada en Relaciones Públicas, tardó un poquito más en recibirse porque fue mamá. Pablo es maestro primario, había cursado algunos años de arquitectura en la UNR y, a los 47, egresó como Licenciado en Gestión de Políticas Públicas.
¿Por qué UNTREF Virtual?
G: _Si bien no es mi primera carrera universitaria, como trabajaba en Defensa Civil, buscaba ampliar mi formación académica en esa temática pero no podría haber cursado esta carrera sino hubiera tenido la posibilidad de hacerlo de manera virtual.
M: _Elegí la virtualidad por muchos motivos. La complicación del transporte, el ahorro de tiempo y dinero del viaje, acomodar los horarios a mi conveniencia. Pero, con el tiempo, fui descubriendo otras bondades de la virtualidad: contactarte con compañeros que están en otros lugares, con otra idiosincrasia, con otro ritmo de vida, otra cultura y así como derribas fronteras físicas, vas ampliando tu visión del mundo y de la realidad.
C: _Esta es mi primera carrera universitaria. Vivo en Chubut, en Epuyén, y la virtualidad fue una gran oportunidad para poder cursarla.
P: _Siempre me había quedado como deuda pendiente cursar estudios superiores. De hecho, cuando llegué a vivir a Buenos Aires en 2008, mi primera opción fue la carrera de Economía de la UBA, pero mis tiempos laborales y mis obligaciones familiares hacían imposible sostener una cursada presencial. Después de varios intentos, contacté con UNTREF y me pareció muy interesante la perspectiva desde la que estaba abordada y la modalidad de cursada virtual. Por eso, la posibilidad de congeniar obligaciones laborales y familiares con el deseo de completar mis estudios superiores, hizo que optara por esa modalidad.
¿Cómo fue la experiencia de cursar una carrera de varios años a distancia?
G: _Para mí fue una muy buena experiencia. La actividad interactiva favoreció la comunicación y el aprendizaje colaborativo. Me proporcionó autonomía y adquirí nuevos conocimientos con la posibilidad de optimizar el aprendizaje de manera remota, lo que me aportó una gran flexibilidad para continuar mis estudios. La carrera me mostró una nueva perspectiva y la motivación para seguir profesionalizándome.
M: _Siempre me interesó la mediación, había hecho algunos cursos, pero la licenciatura me abría otras puertas. Además, me estaba por jubilar y planificaba mi vida hacia el futuro. En la cursada conocí gente de varias provincias, hicimos amistades y afectos duraderos.
C: _Destaco principalmente el acompañamiento de la tutora y de cada uno de los profesores. Además, la carrera está diagramada de una manera en la que los temas se van desplegando, los conceptos se van profundizando. También está muy bueno el trabajo colaborativo entre compañeros. Estoy muy agradecida por esta modalidad de formación que anula distancias. Son oportunidades necesarias en estas localidades tan alejadas de las ciudades. Le agrega valor a la gente, le agrega valor al lugar.
M: _Valoro especialmente el tipo de formación, el ritmo de estudio, el vínculo con los docentes, el nivel académico que tiene una exigencia bastante alta, la enseñanza, la bibliografía. De todas las carreras que hice, esta fue la que más disfruté.
P: _La experiencia de la cursada fue altamente satisfactoria, me permitió poder articular horarios y responsabilidades. Al principio fue todo un esfuerzo. Yo venía de experiencias presenciales y, debo reconocer también, con algún prejuicio en ese sentido. Por eso me costó un poco establecer un ritmo y una sistematicidad en algunas materias pero, en dos cuatrimestres, ya estaba plenamente integrado a la modalidad.
¿Cómo influyó la carrera en tu campo laboral?
G: _Hoy yo trabajo como técnica en la Dirección Nacional de Emergencias. La carrera no sólo me formó para ser una profesional en la gestión de riesgos sino que, también, me permitió ampliar mi panorama laboral y acceder a herramientas útiles para el trabajo comunitario que realizo en la elaboración de planes de emergencia, contribuyendo a identificar riesgos y a desarrollar acciones de sensibilización para generar una cultura de prevención.
M: _Me permitió integrar mis saberes pero, además, con una compañera también egresada armamos nuestro Centro de Resolución de Conflictos. Ahí, si bien lo principal es la mediación privada, trabajamos para empresas y en asesoramientos. Estamos recién empezando, nos estamos haciendo camino. Es un propósito, una nueva puerta y, para mí, significa poder desarrollarme en esta etapa de la vida.
P: _Hace 15 años que trabajo en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. La carrera me permitió articular plenamente el diseño, desarrollo y ejecución de políticas públicas con un enfoque en DDHH. Por otro lado, la Universidad me ha dado la oportunidad de ejercer la docencia y de formar parte del equipo de coordinación de la Licenciatura en la modalidad virtual.
C: _Casi terminando la carrera presenté, un proyecto para brindar formación en cooperativas en el Municipio de El Hoyo, en Chubut. Este fue aceptado y empezamos a armar encuentros con cooperativas constituidas, o que querían constituirse, no solo para que pudieran formalizar sus trámites sino, también, para formarse en principios y valores del cooperativismo. Tiempo después, me ofrecieron coordinar el área de Asociativismo y Economía Social de esa Municipalidad. Allí, además de las capacitaciones, estoy trabajando en la elaboración de proyectos y acompañando a otro tipo de organizaciones sociales, como clubes, asociaciones y bibliotecas populares. También, gracias al contacto con una docente de la UNTREF, estoy participando de los cursos de cuidadores y cuidadoras domiciliarias en Río Mayo. Estoy súper agradecida con la apertura que se me dio en el campo laboral.
A diferencia del alumnado más joven, los adultos que acceden a la educación superior llegan con una trayectoria laboral y educativa formal o informal de años, con un conjunto de saberes adquiridos por la práctica y la experiencia que se enriquece con la formación académica.
Trabajar con educación virtual o a distancia con adultos –reflexiona Vera Rossi- implica reconocer que ese adulto tiene una historia educativa y laboral previa. “Tenemos una gran cantidad de estudiantes idóneos en diversas áreas que adquirieron sus saberes y sus competencias en espacios extracurriculares o en espacios educativos no formales”, relata. “La educación virtual y la educación en general” –continúa Vera Rossi- “reconoce esos saberes y competencias y brinda nuevos productos formativos. Por otro lado, posiblemente ese adulto tuvo algunos condicionantes que no le permitieron acceder o finalizar estudios superiores. Por eso” –enfatiza- “desde la Universidad se sostiene el concepto de educación como derecho y, en el caso de los adultos, un derecho a un estudio de calidad que le reconozca, también, sus competencias, sus saberes y sus distintos recorridos en espacios laborales”.