Pensar con imágenes, pensar con los otros
Diana Wechsler es Historiadora del Arte, subdirectora del MUNTREF y directora del Instituto de Investigaciones en Arte y Cultura de la UNTREF.
06-08-2019
Diana Wechsler recuerda de su infancia que la música estaba presente todo el tiempo de distintas maneras y que las cosas siempre sucedían con alguna canción que las animaba. Algo similar pasaba con el arte:
“El arte era algo que ocurría. Nuestros juegos tenían que ver con mirar, oír, detectar imágenes en otras. No había pantallas y había un modo de habitar el día a día que era bastante distinto”.
Sus estudios secundarios y la elección de su carrera universitaria estuvieron marcados por la dictadura: “estaba entre Bellas Artes e Historia pero en ese momento era más conveniente estudiar Historia y eso hice”. Si bien le gustaba, en el camino se dio cuenta que quería dedicarse a Historia del Arte.
En su vida paralela a la universitaria, se mezclaban talleres de arte y escultura, teatros alternativos y programas de investigación. Al finalizar Historia recibió una beca para hacer un doctorado y se fue a vivir a Granada, España.
Wechsler caracterizó esta experiencia como una migración y un desafìo que le permitió pensar tanto el lugar de lo latinoamericano, como los lugares del centro y plasmar una foto del arte moderno donde todos los que estaban fuera de foco empezaron a tener una imagen. “Ese lugar de extrañamiento que yo misma experimenté viviendo en el exterior me permitió ensayar algunas hipótesis originales que, creo, arrojaron luz sobre los lugares de los otros en esta escena moderna”.
La Historiadora del Arte destacó el trabajo de la argentina Raquel Forner: “fue una pieza clave para reconstruir una secuencia histórica y ciertos itinerarios. A través de su mirada y de su biblioteca pude recuperar elementos de época que de otra manera no hubiese podido”.
Wechsler señaló la importancia de encontrar espacios de trabajo donde uno pueda hacer lo que le gusta, dialogar, discutir ideas, sentirse respetado y trabajar por un propósito. “Yo ese espacio lo encuentro en la UNTREF”.
Descubrió que a través de la curaduría podía llegar a muchas personas de distintas características, podía interpelarlas de diferente manera e ir más allá del estricto espacio académico.
“Me parecía una combinación virtuosa que toda la experiencia académica tuviera un canal que permitiera, además, conectar con el resto del mundo”.