Terror rojo en Latinoamérica
La influencia de los movimientos revolucionarios y antidemocráticos gestados en Europa al calor de la Primera Guerra Mundial bajo el análisis de especialistas.
25-04-2019
Los historiadores reunidos en el ciclo de conferencias El mundo de entreguerras 1919-1929-1939 relativizaron el peso del armisticio firmado en 1918 y postularon la continuidad de una violencia de tipo paramilitar que se extendió mucho más allá de Europa. Daniel Lvovich (Universidad Nacional de General Sarmiento) abordó el caso de la Semana Trágica, nombre con el que se conoció la brutal represión sufrida por el movimiento obrero argentino en enero de 1919 durante una huelga bajo el gobierno de Hipólito Yrigoyen, en la que murieron entre 500 y 1500 personas en 5 días. “Un saldo escalofriante”, observó Lvovich, opinando que hay que entender esa masacre por el terror colectivo al complot maximalista, en un contexto internacional signado por las revoluciones sociales europeas.
“Es un caso testigo para demostrar la potencia que la representación del enemigo tiene sobre las prácticas, una vez que la convicción sobre la peligrosidad de sus intenciones se apodera de los sectores dominantes de la sociedad”, evaluó. Su colega de la UNTREF, Emiliano Sánchez, dijo que se debe inscribir este capítulo en un ciclo de violencia global dominado por “las revoluciones, contrarevoluciones, guerras civiles, luchas étnicas, pogromos antisemitas y guerras de independencia”, y al igual que Lvovich destacó la enorme repercusión que tuvo la Revolución Bolchevique en la prensa y la opinión pública argentinas, así como en otras de sus manifestaciones de la cultura popular.
“Las noticias falsas sobre los bolcheviques circulaban con la idea de desvirtuar la revolución, como por ejemplo la concesión de las mujeres organizadas por el Soviet que se refleja en la letra del tango ‘Se viene la Maroma’, donde un pasaje dice que hay que entregar a la hermana para la comunidad”, detalló Sánchez en el evento organizado por el Instituto de Estudios Históricos de la Universidad realizado en la Sede Rectorado Centro.
Otro de los ejemplos que mostró fue una portada de la revista Fray Mocho en la cual la alegoría de la república enfrenta, con una constitución en la mano y recitando su preámbulo, a un barco maximalista cargado de hambre y miseria. “La revolución era vista como un golpe de estado perpetrado por los bolcheviques”, agregó. Sánchez enfatizó que estas caracterizaciones del bolchevismo deben ser vistas a la luz del incremento de la actividad huelguística y la violencia social en América Latina durante los tres últimos años de la guerra.
El historiador observó que “en Argentina, los obreros ocupados pasaron de 340 mil en 1914 a 290 mil en 1917, se congelaron los salarios y aumentaron los precios de los artículos de consumo provocando una caída del 30% del salario real”. Sánchez dijo que esta conflictividad se esparció sobre gran parte del subcontinente: en Brasil, a pesar de una ley marcial, los sindicatos protagonizaron una gigantesca manifestación bajo el pedido de paz y revolución social; en Chile las huelgas obreras aumentaron un 140% entre 1914 y 1919 en repudio al aumento del costo de vida; y en Perú y México hubo otras manifestaciones ferozmente reprimidas.
El escenario europeo
"La guerra generó la aparición traumática del primer Estado socialista que desafió el matrimonio entre capitalismo y democracia liberal, al igual que otros movimientos de extrema derecha como el fascismo y el nacional socialismo”, comentó Patricio Geli (UNTREF), acotando que el rasgo más saliente de 1919 fue “la pérdida del viejo equilibrio entre imperios y la reconfiguración del mapa europeo y el mundo colonial”.
Como puntualizó Geli, se trató de un período de aventuras bélicas protagonizadas por países como Rusia y Polonia, Grecia y Turquía, Hungría y Rumania, y también de nuevos sistemas políticos que reemplazaron a las monarquías en el Centro y Este de Europa.
“Es la República de Weimar la que descolla en este conjunto, un gobierno republicano democrático que consagró los derechos sociales con rango constitucional”, señaló, acotando que además surgen otros experimentos socialistas de breve duración como la República Soviética Húngara, la República Consejista de Baviera y el Proyecto Consejista Alemán.
En su disertación, Geli aseguró que los primeros años de entreguerras estuvieron marcados por las convulsiones políticas y sociales y una fuerte escalada de la violencia. “Estos años traen la emergencia de una nueva derecha antidemocrática y antisocialista de carácter plebeyo conformada por ex combatientes, como los Freikorps en Alemania y los Fasci di combattimento en Italia”, ejemplificó.
Pero sobre todo, planteó la importancia de pensar las consecuencias de la Primera Guerra en el mundo no europeo. Así, remarcó el surgimiento de fenómenos políticos transnacionales como la Internacional Comunista, la Sociedad de las Naciones y la Organización Internacional del Trabajo. “En 1919 también hay tres fenómenos que condicionan las políticas públicas: una oleada de huelgas a nivel mundial, las emigraciones masivas de minorías étnicas y exiliados políticos, y finalmente la gripe española, que se cobró más de 100 millones de vidas”, añadió sobre los estragos de la Gran Guerra.