NFT y el desafío de eludir la brecha digital

La maestranda en Tecnología y Estética de las Artes Electrónicas María Sol Verniers habló sobre las innovaciones tecnológicas vinculadas con los bienes digitales y el modo en que estos impactan en los diferentes sectores de la sociedad.

11-08-2022

Así como las criptomonedas fueron la respuesta de la tecnología digital al mundo de las divisas, los NFT son la respuesta digital no solo al arte sino a toda pieza plausible de ser coleccionable. Los NFT (siglas en inglés de “non-fungible token”, es decir, vales no fungibles) pueden ser cualquier activo digital como documentos, música, obras de arte, elementos para juegos o, incluso, tramos de jugadas deportivas, entre otros. Estos token pueden ser comprendidos como certificados de propiedad de activos virtuales o físicos que se encuentran autenticados dentro del Blockchain. ¿Pero cuán accesible es para gran parte de la sociedad? ¿La brecha digital es determinante a la hora de impulsar o frenar estas innovaciones tecnológicas? Como ocurre con las criptomonedas, ¿existen preocupaciones sobre el impacto medioambiental de mantener el Blockchain? La maestranda en la Maestría en Tecnología y Estética de las Artes Electrónicas María Sol Verniers responde estas inquietudes y abre a nuevas reflexiones.

“La escasa alfabetización digital y la amplia brecha tecnológica que separa a la sociedad nos hacen tomar ciertos recaudos a la hora de hablar de una consolidación absoluta de los NFTs”, explicó la experta. Verniers expresó que “la distancia de alfabetización digital es muy amplia. Tener el hardware, el software, la billetera digital, el conocimiento para advertir cuál producto se hace con utilidad y cuál representa una estafa y hasta disponer del tiempo para hacerlo son cosas que no están al alcance de todos”.

El arte fue uno de los primeros campos en utilizar NFT debido a su capacidad de proporcionar una prueba de autenticidad y propiedad de la obra. “Muchos artistas hacían esculturas físicas y también NFT de esas esculturas. Luego vendían las dos cosas (lo físico y lo digital) o se limitaban únicamente a vender lo virtual, de modo tal que podías llevarte a tu casa en ese formato una postal de la Mona Lisa”, explicó Verniers. El crecimiento de estos token hizo que se diversificara su utilización y prácticamente abarcara todos los campos. “Acá nos preguntamos si es necesario registrar absolutamente todo, sin un camino en particular. Yo creo que, a partir de ahora, se viene una nueva etapa en la que va a prevalecer la usabilidad, lo útil del NFT”, indicó la entrevistada. Verniers afirma que el impacto de esta modalidad se dio principalmente en el aspecto económico ya que generó ingresos para muchas personas en lo que concierne al arte, el cine y la música.

Verniers habló, también, sobre el metaverso. Se trata –básicamente- de entornos en donde los humanos interactúan e intercambian experiencias virtuales mediante el uso de avatares a través de un soporte lógico en un ciberespacio. Arte, entretenimiento, educación, economía y salud son algunos de los campos en los que los metaversos marcan su presencia. Las características del metaverso son: interactividad (el usuario puede comunicarse con el resto de los usuarios), corporeidad (el entorno al que se accede está sometido a leyes de la física y tiene recursos limitados) y persistencia (aunque no esté conectado ningún usuario, el sistema continúa y las sesiones se inician donde las dejó el usuario la última vez que lo utilizó). Entre los mundos posibles se pueden identificar cuatro: juegos y mundos virtuales (entornos totalmente inmersivos que son una experiencia para el usuario), mundos espejo (representaciones virtuales detalladas, como Google Earth), realidad aumentada (solucionan ciertas situaciones de nuestra vida cotidiana) y lifelogging (recogen datos sobre la vida cotidiana con el fin de aplicarlos mediante estadísticas).

Más allá de la complejidad que presenta este universo a la hora de incluir a la totalidad de la sociedad, Verniers destacó la importancia de que una universidad pública refiera e indague en esta temática. “Es interesante que todas las universidades publicas estén en vistas de lo tecnológico y que adviertan las potencialidades de los futuros graduados. Además, es una tecnología de exploración para ver qué es lo que está sucediendo”, dijo. “En este momento estamos atravesando una etapa exploratoria de posibilidades, tanto para personas usuarias y marcas como, también, para las mismas empresas que los producen”, concluyó.

María Sol Verniers es Licenciada en Artes con orientación en Artes Combinadas. También es docente universitaria, maestranda en Tecnología y Estética de las Artes Electrónicas, líder de proyectos y coordinadora del Observatorio Tecnológico e integrante del Consejo Directivo en Unión Informática y Art-Tech Hackivista. Además, fue vicedirectora de un proyecto de investigación PRIG-UBA y Directora de Ámbar. Revista de arte.