Minorizados y migrantes
Las poblaciones en riesgo en los países de la región fueron la temática del III Simposio de la Sección de Estudios del Cono Sur, con abordajes a cargo de destacados especialistas.
15-07-2019
Los sectores minorizados y los movimientos poblacionales en Latinoamérica fueron tratados en más de 500 ponencias de investigadores y activistas de 20 países en el III Simposio de la Sección de Estudios del Cono Sur de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA por sus siglas en inglés), poniendo de relieve la vulnerabilidad de estos grupos en el contexto actual del capitalismo global. Titulado Cuerpos en peligro: minorías y migrantes, el simposio presentó una mirada interdisciplinaria, en la que confluyeron los estudios culturales, los enfoques de género y otros abordajes desde las ciencias sociales.
Organizado por la UNTREF, a través del Programa de Estudios Latinoamericanos Contemporáneos y Comparados (PELCC) y el Centro Interdisciplinario de Estudios y Políticas de Genero (CIEPOG), el evento desarrollado en el Centro Cultural Kirchner (CCK) fue inaugurado por el rector de la Universidad, Aníbal Jozami, quien subrayó el compromiso de la UNTREF como anfitriona.
"Cuando nos propusieron el proyecto, lo asumimos inmediatamente como propio", expresó, señalando que esa decisión se basó en la cercanía de la Universidad con los ejes temáticos del simposio, como ocurre con su espacio de arte MUNTREF Museo de la Inmigración y sus Maestrías en Políticas y Gestión de las Migraciones Internacionales y en Diversidad Cultural.
“Pero hay otra razón: nuestra vocación latinoamericanista que nos viene de la Reforma de Córdoba de 1918. Creemos en una Patria Grande, para nosotros la única forma en que nuestras sociedades pueden realizarse", completó el rector, que estuvo acompañado por Daniel Link, coordinador del simposio y director de las Maestrías en Estudios y Políticas de Género y en Estudios Literarios Latinoamericanos de la UNTREF, y Cristian Opazo, presidente de la Sección de Estudios del Cono Sur de LASA.
Migrantes en peligro
La hostilidad hacia los migrantes fue uno de los temas candentes de la reunión, analizado en detalle por el director del Instituto de Políticas de Migraciones y Asilo de la UNTREF, Lelio Mármora. “Lo que se está dando en este momento particular es una exclusión del migrante”, dijo el experto, precisando que esa tendencia se puede constatar en el crecimiento de muros, vallas y controles fronterizos. “Cuando cayó el Muro de Berlín había una decena de muros, hoy hay 70 en todo el planeta”, aseguró.
Mármora denunció “el negocio de la xenofobia”, planteando que esta exclusión mueve cifras millonarias. Así, reveló que el muro entre Estados Unidos y México está siendo ejecutado por compañías militares cuya ganancia se estima en 25 mil millones de dólares. “En Estados Unidos hay tres empresas que manejan los centros de retención de migrantes, propietarias de 200 instalaciones con más de 150 mil camas, y utilidades que rondan los 5 mil millones”, agregó.
De acuerdo al sociólogo, esta exclusión de migrantes comienza de antes, en su lugar de origen y en el proceso migratorio. El especialista comentó que muchos deciden migrar porque en sus países viven en la pobreza o son empujados por la violencia de las organizaciones criminales, las guerras internas o las condiciones climáticas. “Esto se da en el marco de una globalización asimétrica, donde por ejemplo en Mauritania una persona tiene que trabajar treinta horas para poder comprar lo que en España se puede comprar con una hora de trabajo”, graficó.
Sobre todo, Mármora se detuvo en un fenómeno reciente al que definió como “externalización de las migraciones”, consistente en interceptar al migrante antes de que cruce la frontera.
“Hay grupos de ultraderecha que tienen embarcaciones en el Mediterráneo para controlar a las ONG y bloquear los rescates, barcos italianos controlando las costas de Libia, casos como el de Dinamarca, que pretende frenar las migraciones desde África con el control de la natalidad, enviando anticonceptivos por el valor de 15 millones de euros”, ilustró.
En cuanto a los lugares de destino, destacó que es preocupante la cantidad de migrantes en situación irregular. “Nunca hubo tantos en la historia. Estados Unidos tiene 12 millones, Europa, 6 millones. Son personas que viven en la clandestinidad, desprovistas de cualquier tipo de protección y derechos”, afirmó.
A esto se debe agregar la intensificación de los discursos que construyen al migrante como posible terrorista y culpable de robos, asesinatos, transmisión de enfermedades, violaciones, de la falta de trabajo o del deterioro de los servicios públicos.
“En Europa asistimos a la consolidación y surgimiento de partidos políticos nacionalistas y xenófobos”, refirió Mámora y mencionó, entre otros, al Frente Nacional en Francia, la Liga del Norte en Italia, el Partido Nacionalista Suizo, el Partido Popular Danés y Alternativa por Alemania.
La mirada desde el arte
Los tránsitos y las migraciones también fueron pensados desde la crítica de arte, una perspectiva que tuvo como expositora principal a la directora del Departamento de Arte y Cultura de la UNTREF y directora artístico-académica de BIENALSUR, Diana Wechsler.
“Las imágenes desafían el pensamiento, pensar con imágenes supone situarse en otro régimen cognitivo”, indicó Wechsler en su presentación. Según ella, la mirada sobre las imágenes del presente organiza las del pasado y viceversa, y es ese poder de evocación el que le da a las artes visuales un fuerte componente crítico.
Wechsler analizó la obra del artista iraní Reza Aramesh, cuya exposición Siluetas se presenta actualmente en el Museo Nacional de Arte Decorativo como parte de BIENALSUR. “Al primer golpe de vista esas figuras son todas iguales, pero en una segunda mirada se van diferenciando y vemos asomar los paisajes de Vietnam”, argumentó, acotando que la intencionalidad del artista fue elegir un ámbito reconocido dentro de las imágenes de la alta cultura para generar un extrañamiento y tomar una posición ante el dolor de los demás.
La curadora y crítica también habló de los trabajos de Graciela Sacco, como su instalación Sin destino fijo, compuesta por una imagen histórica de un grupo de refugiados. “La ubicó en un espacio real de migrantes, la Terminal de Ómnibus de Retiro, poniendo en diálogo diferentes tiempos”, apuntó. Tras su recorrido, Wechsler evaluó que el arte contemporáneo se presenta como un espacio de pensamiento y de “intensificación de las experiencias del mundo”.
Lecturas feministas de la crisis
Integrantes del colectivo Ni Una Menos compartieron un panel en el que hablaron del modo feminista de abordar la explotación financiera. “Para nosotras no sólo es un problema de técnicos, donde las únicas voces autorizadas son las de los economistas varones”, remarcó Lucía Cavallero, añadiendo que lejos de ser algo alejado de la vida cotidiana, las finanzas tienen un impacto directo en los hogares.
“La toma de deuda del Estado está relacionada con el despojo de las economías domésticas, al proponer menos educación y salud”, siguió Cavallero, y puntualizó que “el endeudamiento está especialmente dirigido a las mujeres y a explotar trabajos no reconocidos”.
Su compañera Verónica Gago invitó a cuestionar esta idea de que para vivir se necesita deuda, y resaltó que, en esta naturalización de la crisis, las instituciones religiosas cumplen un rol central. “Disponen de recursos y tienen una presencia muy importante en los territorios, aportando comida, subsidios y un techo a cambio de una obediencia moral e ideológica, presionando a las mujeres a que se queden en sus casas y a dejar la discusión sobre el aborto”, opinó.
Por su parte, Cecilia Palmeiro se explayó sobre los modos de desobediencia financiera mediante acciones artísticas como Desendeudadas nos queremos y Mareadas en la Marea. “Apostamos a transformar, a través de los lenguajes sensibles, un conocimiento abstracto en pensamiento-acción y pensamiento-cuerpo, a vincular la poética y la política, y a construir una inteligencia colectiva capaz de trazar alianzas insólitas”, sintetizó.
Además, hubo otras conferencias magistrales a cargo de Marcia Ochoa (University of California, Santa Cruz, Estados Unidos) y Silviano Santiago (Universidad Federal Fluminense, Brasil), así como conciertos del Cuarteto de Cuerdas y de la Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías de la UNTREF.