Los problemas de las restricciones a la exportación de carne
Especialistas en economía y seguridad alimentaria analizaron el impacto de las medidas oficiales en el sector y plantearon la necesidad de revisar toda la cadena para ensayar nuevos caminos.
14-07-2021
El complejo entramado del sector ganadero argentino fue tema de análisis por parte de los especialistas en la materia, el economista Roberto Bisang y el exsecretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Ricardo Negri, durante el seminario Tensiones en la cadena de ganado. Para ambos, las limitaciones a la exportación de la carne vacuna que adoptó el Gobierno Nacional con el objetivo de bajar los precios en el mercado interno no pudieron aliviar el bolsillo de los argentinos y generaron problemas de rentabilidad y de empleo en el sector ganadero y de los frigoríficos.
En el evento organizado por el Centro de Investigación y Docencia en Economía para el Desarrollo de la UNTREF y el Instituto Interdisciplinario de Economía Política del CONICET y la UBA, Bisang señaló que en las medidas de la resolución 75/2021, que dispuso el cierre total de las exportaciones por un mes, y del Decreto 408/2021, que las abrió parcialmente y seguirá vigente hasta diciembre, el énfasis está puesto en el abastecimiento interno omitiendo otras dimensiones centrales.
“No hay mayores consideraciones sobre el aspecto fiscal, el empleo y el sector exportador, lo cual me parece que es una inconsistencia analítica severa, en el marco de una cadena que opera con economías de variedad y múltiples enfoques y que además tiene una temporalidad como la de los bosques: se destruyen rápidamente y tardan mucho en rehacerse”, graficó. El experto insistió en que hay que ver a los productores agropecuarios en toda su diversidad. Según él, entre el 75 y 78 % de ellos tienen menos de 500 cabezas y conforman PyMEs al borde de la supervivencia. “El mito de los grandes productores está acotado a un número muy selecto de gente que tiene más de 10 mil cabezas”, aseguró.
El especialista destacó que no se puede hablar de un mercado de carnes sino de todo un complejo que incluye, además de una gran variedad de cortes, la industrialización de lo que se conoce como quinto cuarto, del que salen más de 100 subproductos como el cuero, el cebo, la sangre y las menudencias. “Tenemos que analizar cómo valorizar ese otro pedazo, si ese pedazo no es valorizado todo el precio de la hacienda recae sobre carnes y todos los juegos que se quieran hacer de regulación van a girar en falso”, sostuvo.
También se refirió a los diferentes jugadores del mundo de los frigoríficos y cómo se vieron perjudicados por las medidas. “Hay un impacto en el empleo muy directo, empezaron de vuelta los Programas de Recuperación Productiva de manera masiva, particularmente en aquellos frigoríficos subcontratados por productores agropecuarios que ahora no pueden exportar si no tienen planta propia”, describió, agregando que el efecto de eso es la concentración del mercado exportador en “un núcleo mas reducido que achica el negocio completo”.
Bisang planteó que la clave está en conseguir la mejor colocación para el peor producto y ejemplificó con el caso del bofe, que en algunos mercados no tiene ningún valor y en otros es altamente apreciado. “Esa es la lógica de la competitividad, tenemos que tratar de ampliar la base de utilización de todo lo que sale del novillo y la vaca”, continuó.
Por su parte, Negri opinó que en los últimos 45 días “hemos tomado decisiones que no tienen mucho sentido y hemos generado deseconomía de escala, antieconomías y aumento de presión ambiental”. El ingeniero agropecuario detalló cómo se compone el precio de la carne: un 28 % corresponde a impuestos, el 9 % le queda al carnicero, el 6 % es para la industria frigorífica, el 27 % para el feedlot y el 30 % para el tenedor de la vaca o la cría.
“El tenedor del animal es la parte más ineficiente de todo el proceso por la relación entre el flujo y el stock”, apuntó, especificando que en nuestro país de cada 100 vacas salen anualmente 62 terneros. Negri dijo que tanto la productividad como la tasa de extracción (los kilos que se sacan a la venta sobre los kilos de stock) son bajos en Argentina, y que su mejora representa dos desafíos importantes de cara al futuro.
Asimismo, remarcó que otro de los temas urgentes es resolver la informalidad y seguir trabajando en la inocuidad de los productos. “Con la inocuidad en estas cadenas no se joroba porque las enfermedades son serias y graves. Cuando hay informalidad fiscal la de la inocuidad está muy cerca, no podemos separar una de otra”, concluyó.