“La precarización laboral no puede ser el destino inevitable”

La especialista en economía digital, comercio, desarrollo y empleo Sofía Scasserra reflexionó sobre el impacto de la tecnología en el mundo del trabajo y abogó por un futuro laboral en el que los jóvenes se sientan incluidos.

06-05-2022

¿El avance tecnológico trajo beneficios o, por el contrario, se caracterizó por socavar los derechos de los trabajadores? Con esta pregunta, la docente e investigadora del Instituto del Mundo del Trabajo Julio Godio (IMT) y directora del Observatorio de Impactos Sociales de la Inteligencia Artificial (OISIA) Sofía Scasserra inició su reflexión y respondió: “necesitamos de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC´s) para ordenar el contexto y reconquistar los derechos laborales perdidos”. “Si bien podemos reconocer muchos aspectos positivos de la tecnología en relación con lo laboral –como lo experimentamos durante la pandemia- advertimos que hoy existe una fusión del espacio y del tiempo del trabajo a través de las TIC´s”, dijo la especialista. Scasserra explicó que el avance tecnológico generó que se diluya la jornada laboral de ocho horas y cuestionó: “¿Cuán certera es esta jornada si vos un domingo estás pasando tiempo con tu familia y te llega un mensaje de tu jefe para que recuerdes hacer tal o cual cosa al día siguiente?”. Para la investigadora, este tipo de mensajes es el que hay que empezar a ordenar para reconquistar los derechos de trabajadores y trabajadoras.

El impacto de las tecnologías en el contexto laboral trajo aparejada, también, la incorporación de leyes y normas para regular los derechos de los trabajadores y las obligaciones de los empleadores. El “derecho a la desconexión digital” es el que tienen los empleados a no contestar mensajes, llamadas, mails, Whatsapps y otro tipo de comunicaciones fuera de su horario laboral, licencia o vacaciones. El primer país en reconocer esto fue Francia en 2016 y luego España lo contempló en la Ley de Teletrabajo de 2020. Después de la pandemia y con el avance del home office, varios países siguieron estos pasos e implementaron diferentes normativas que apuntan a regular el uso de las tecnologías de la comunicación a fin de garantizar el respeto por el tiempo de descanso y las vacaciones de los trabajadores. Específicamente en Argentina, está avalado por la Ley 27.555. En su Artículo 5  dictamina que “el empleador no podrá exigir a la persona que trabaja la realización de tareas, ni remitirle comunicaciones, por ningún medio, fuera de la jornada laboral”.  Para Scassera, “es más que no responder los mensajes, porque por más que yo no los responda, en algún punto me afectan y me alejan de mi tiempo de ocio”. La experta opinó que es importante redefinir las prioridades: qué es lo urgente y qué no e indicó que las tecnologías pueden ayudar en este aspecto como, por ejemplo, a través de la utilización de algoritmos que permitan enviar mensajes en diferido. “El debate debería ir por ahí, por aplicar la tecnología a favor de los trabajadores y en contra de la precarización”, agregó.

Con el término “Capitalismo Digital”, la especialista mencionó al sistema por el cual se adquieren una gran cantidad de datos conductuales de las personas y se acciona tecnológicamente en consecuencia. El primer paso fue el de los consumidores, ennumeró: “Buscabas un producto y rápidamente se te aparecían en la web una serie de opciones. El segundo fue el que nos interpeló como ciudadanos y utilizó nuestras decisiones a la hora de elegir candidatos políticos. Y por último accedemos a esta tercera fase como trabajadores mediante los software de vigilancia que permitenver cuán conectado estás y qué es lo que hacés”, explicó.

Scasserra consideró que uno de los grupos más perjudicados en lo referente al acceso laboral en la actualidad es el de los jóvenes que recientemente egresan de la secundaria. La especialista agregó que los medios de comunicación influyen negativamente en esta situación ya que tienden a informar que la tecnología será la que deje sin empleo a los adolescentes. La investigadora evaluó que el mundo del trabajo no está enfermo por la tecnología sino por la precarización. Por eso, opinó que es necesaria una intervención estatal y una regulación que limite los abusos de los empleadores. Además manifestó: “Si vos escuchás que los robots nos van a reemplazar, aceptás trabajos en condiciones espantosas”.

Finalmente, la entrevistada hizo referencia a la Inteligencia Artificial (IA) y a la Diplomatura Superior en Inteligencia Artificial y Sociedad de la UNTREF. Scasserra reconoció en este aspecto dos tipos de grupos: los “tecnófilos”, que consideran que todo se resuelve con tecnología, aplicaciones e inteligencia artificial, y los “tecnófobos”, que señalan conspiraciones y tratan de evitar a toda costa la injerencia de la tecnología en sus actividades cotidianas. “La tecnología tiene un montón de aspectos para beneficiarnos. Solamente tenemos que saber usarla y aplicar sus nociones para cuestiones favorables a la sociedad”, dijo.

Asimismo, desterró el concepto de “neutralidad” en la tecnología ya que, subrayó, esta se diseña con una intención y es necesario preguntarnos quién la diseña y con qué propósito. Además explicó que las luchas por las reivindicaciones de género forman parte de esta temática. “Así como debemos utilizar la tecnología para nuestro beneficio, también requerimos una agenda feminista tecnológica y tecnologías feministas ya que quienes la diseñan hoy en día son hombres, de países dominantes y heterosexuales. Lo que ellos esperan de vos es todo lo que cae dentro de su órbita como ´lo normal´ y ´lo que debería ser una mujer´”, concluyó.