La distancia entre lo que uno observa y lo que plasma en su obra
En un nuevo encuentro de la Serie de Lecturas Frost, el reconocido artista Eduardo Stupía relató sus experiencias y dejó en claro la capacidad que tienen las pinturas de desmaterializar los relatos.
18-10-2022
Para el artista plástico Eduardo Stupía, los dibujos y las pinturas tienen más que ver con lo que el creativo “quiere” ver que con lo que efectivamente observa y, además, cuanto más fuerte es la escena que uno experimenta, menos posibilidades tiene de representarla en una hoja o lienzo. Bajo este eje se llevó a cabo el segundo encuentro del año de la Serie de Lecturas Frost.
“Yo tengo recuerdos y experiencias muy nítidas y significativas para mi vida con las tormentas y los rayos. Una de ellas ocurrió en la que era la casa de mi madre, cuando un rayo globular impactó en el domicilio, y otra sucedió en una ruta, cuando pude observar cómo el conductor de un camión se salvó de milagro de ser alcanzado por un rayo”, explicó el artista invitado al ciclo de charlas organizado por la Maestría en Escritura Creativa. Pese al impacto de estas experiencias, Stupía manifestó que fue prácticamente imposible para él reflejarlas en una obra. “Yo creo que podemos entenderlo como la parálisis de lo irrepresentable. Es el relato de un hecho que indefectiblemente no puede trasladarse a una imagen. El dibujo, la pintura, debe desmaterializar el hecho narrado”, sostuvo el especialista en el encuentro que tuvo lugar en el auditorio de la sede Rectorado Centro y que se tituló El dibujo quemado.
Asimismo, Stupía definió como “imposible” el intento que a veces realizan los artistas de volver a dibujar algo que ya fue dibujado con anterioridad, ya que cada obra tiene su contexto. Para él, además, no tiene demasiado sentido encasillar a los artistas en determinados estilos, sino que existe cierta movilidad e inestabilidad de quienes generan obras. “Los modos de hacer son consecuencia de una vinculación directa, empírica y fenoménica con los materiales, formatos y herramientas. Muchas veces el material es el que manda e impone los cambios”, sostuvo.
Stupía estuvo acompañado por David Oubiña, periodista, crítico y guionista de cine, y por la graduada de la Maestría María Aranguren. Por su parte, la directora de la carrera, María Negroni, fue quien presentó el evento.
Consolidado como ciclo estable dentro de los eventos que realiza la UNTREF, la Serie de Lecturas Frost es una plataforma de diálogo entre escritores y escritoras nacionales con autores y autoras del extranjero. Ya participaron referentes nacionales de la talla de Leopoldo Castilla, Edgardo Cozarinsky, Nicolás Peyceré, Arturo Carrera, Sylvia Molloy, y Alejandro Chitarroni. Entre los invitados foráneos se encuentran Pierre Michon de Francia, Edward Hirsch de Estados Unidos, Erri de Luca de Italia, Menchu Gutiérrez de España y Gloria Gervitz de México.
Stupía relató uno de sus dibujos, producido en la década del ’70, y que él mismo definió como “un símbolo de la obsesión por los rayos”. En su explicación, el artista explicó que se trató de una obra en la cual representó la caída de rayos en medio de una tormenta y la descarga eléctrica que provocaban los mismos en los pararrayos. Este dibujo fue titulado Gracias Benjamín Franklin, en honor al inventor de este instrumento. “En un encuentro con el dueño de un taller en el que se guardaban pinturas y se hacían marcos, éste me comenta que una mujer le acercó un dibujo cuya autoría me correspondía y que había sido dañado por un incendio. Cuando me lo muestra me percato de que era Gracias Benjamín Franklin y la parte quemada era exactamente la sección en la que yo había representado la negrura de la tormenta y su descarga en los pararrayos”, contó Stupía ante el asombro del público que se dio cita en la sede Rectorado Centro.
De esta forma, el artista culminó su presentación no sin antes indicar que, gracias a que su madre era docente, él pudo iniciar la escuela primaria antes de tiempo, cuando tenía apenas cinco años. “Recuerdo que la maestra finalizó un dictado y nos pidió que trazáramos una línea. Ahí, con cinco años, me sentí hundirme en el pupitre y quedé estupefacto. De la misma manera que permanecí ante la presencia del dibujo quemado”, cerró el invitado y dio pie al aplauso del auditorio.
Eduardo Stupía expone local e internacionalmente en muestras grupales e individuales desde 1973. En el año 2012, fue invitado a exhibir una muestra individual en la 30ª Bienal de San Pablo. Obtuvo el Gran Premio del Salón Nacional y Gran Premio del Salón Municipal Manuel Belgrano en la especialidad Dibujo. Entre otras distinciones, también ha sido galardonado con el Premio Leonardo al “Artista del año”, Primer Premio de Dibujo en la Fundación de Arte ARAWAK, Primer Premio EXXON Foundation Award y el Premio KONEX de Platino.