La consolidación de la psicomotricidad como disciplina promotora del bienestar integral de las personas
Con casi 1200 estudiantes y más de 300 egresados, la UNTREF fue la primera Universidad Nacional en asignarle grado de licenciatura a la formación en psicomotricidad. ¿Cuáles son las aplicaciones de la disciplina que celebra su día todos los 28 de julio?
27-07-2021
Un total de 1180 personas eligieron, a lo largo de las últimas dos décadas, estudiar la Licenciatura en Psicomotricidad en la UNTREF, única universidad pública que ofrece formación académica en esta disciplina y que ya aportó a la sociedad más de 300 graduadas y graduados que desempeñan su rol profesional en el campo de la salud, la educación y el ámbito sociocomunitario.
"Se observa un creciente interés en estudiar psicomotricidad. Estamos dentro de las cinco carreras con mayor cantidad de inscriptos cada año –ingresa un promedio de entre 90 y 110 alumnos por año– y creo que fue clave la instalación y consolidación de esta disciplina en el ámbito profesional dentro del campo de la educación, en la salud y en lo comunitario", explicó la coordinadora de la licenciatura, Noelia Caggiano, quien además resaltó el hecho de que muchos de los alumnos son primera generación de universitarios en sus familias. "No solo es importante que se dicte en una universidad pública, sino que también es muy bueno que sea una universidad del conurbano ya que brinda una mayor accesibilidad", manifestó.
En el año 2017 la Legislatura Bonaerense aprobó la Ley 14.996, que reconoce y regula el ejercicio profesional de esta especialidad. Este hecho contribuyó a que otras provincias del país regulen la práctica profesional en su propia jurisdicción, lo que abrió variadas posibilidades de colaboración entre instituciones educativas de diferentes zonas geográficas.
"La Ley jerarquizó el trabajo de los profesionales y fue un logro muy importante para el colectivo de psicomotricistas. Actualmente tenemos por delante el desafío de lograr la aprobación de una Ley Nacional del ejercicio profesional de la psicomotricidad. Para ello, la UNTREF colabora con otras instituciones, como la Asociación Argentina de Psicomotricidad (AAP), en el armado de proyectos que van en esa dirección", sostuvo Caggiano.
La psicomotricidad es una disciplina cuyo objeto de estudio es el cuerpo del sujeto, entendido como una construcción en y para la relación con el otro y ubicado en el entrecruzamiento del equipamiento neurobiológico y la estructura psíquica. Es gracias a esta disciplina que entran en contacto cuerpo, mente y emociones. Cuando un niño, un adolescente o un adulto presentan dificultades tanto en la construcción del cuerpo como en el hacer con él, estas dificultades se expresan en perturbaciones de la organización tónico-postural, del movimiento, del espacio, del tiempo y de la imagen del cuerpo. Es el psicomotricista, entonces, quien promueve el desarrollo global del individuo.
Dentro de las funciones más importantes que tiene la psicomotricidad está la de favorecer y promover el desarrollo psicomotor de los niños y niñas como también acompañar a las familias. Acerca de la experiencia de esta disciplina durante la pandemia, la coordinadora dijo que en el ejercicio profesional –tanto en salud como en educación– el cambio fue significativo y sustancial por el pasaje de la presencialidad a la virtualidad.
"La virtualidad es un territorio inusual para pensar nuestra práctica profesional y la formación universitaria del psicomotricista. Es por ello que se hace necesario investigar, interrogarnos sobre la atención de los niños y sus familias, sobre la intervención educativa y comunitaria y sobre la formación del psicomotricista, valorando las condiciones y medidas oportunas para continuar llevando adelante nuestras prácticas habituales en la virtualidad", indicó la coordinadora, quien calificó a la experiencia actual como "inédita y compleja".
Fernanda Falco egresó como Licenciada en Psicomotricidad por la UNTREF. Actualmente pertenece a un Centro de Primera Infancia (CPI), espacio al que asisten mayoritariamente personas en situación de vulneración de derechos, bajos recursos habitacionales y laborales. Falco comentó que si bien en tiempos de pandemia se recurrió a la virtualidad, el contacto presencial en el CPI se mantuvo, y se procuró realizar un seguimiento más continuo con aquellas familias con escasos o nulos recursos o redes de contención. "Poner el cuerpo, estar cara a cara aliviaba la angustia de las familias", indicó la psicomotricista.
"Escuchar sus problemas, acompañar el desarrollo de los niños en aislamiento y en espacios reducidos hacía que el contexto no les fuera tan avasallante", recordó Falco y explicó que ante los nuevos miedos que surgieron por la pandemia y la interrupción de la sociabilización, desde su práctica profesional se ofrecieron talleres virtuales y videollamadas para que existiera un espacio de contacto para hablar de los problemas más apremiantes. "La presencia del cuerpo del otro tuvo que trasladarse a la palabra y dar cuenta de lo que le sucedía a ese cuerpo", agregó.
Cambios a nivel emocional, anímico y corporal por la limitación de los movimientos y la sobrexcitación a estímulos constantes de pantallas son algunas de las consecuencias que, según Falco, la cuarentena generó en los niños, a la vez que la dinámica de las familias en los hogares trajo aparejada dependencia, demanda de los niños a sus padres y una sobrecarga de tareas de éstos ante la demanda de sus hijos.
"Ante estas situaciones busqué estrategias para organizar la dinámica, los tiempos y ritmos que se estaban presentando en las familias. Armé esquemas organizativos de las rutinas diarias y espacios de intercambios entre los niños y adultos para charlar sobre las emociones y sentimientos que les generaba el aislamiento y la no concurrencia a las escuelas", aseguró la graduada, quien también ejerce profesionalmente en los ámbitos educativo, sociocomunitario y clínico.
En estos últimos años, la Psicomotricidad ha logrado instalarse y consolidarse como disciplina en los ámbitos de salud, comunitario y educación, y como carrera universitaria. El 28 de julio se celebra su día en Argentina. La fecha conmemora la entrega de la certificación de la especialidad a Dalila Molina de Costallat, primera psicomotricista de la historia de Argentina y que recibió su formación en el Hospital Henri Rousselle de París, uno de los primeros centros en reconocer la psicomotricidad, de manos de uno de los principales referentes de la psicomotricidad en el mundo, el Doctor Julián de Ajuriaguerra.