Por Judith Butler más de dos mil personas rompieron la rutina de Villa Lynch
Un público heterogéneo y proveniente de diferentes lugares compartió una única motivación: escuchar a una de las referentes mundiales del feminismo.
10-04-2019
El barrio de Sáenz Peña, en el partido de Tres de Febrero, puede dividirse en dos áreas: residencial, donde se encuentra ubicado el rectorado de la UNTREF –espacio en el que anteriormente se dictaban algunas carreras y hoy cumple funciones únicamente administrativas– e industrial, sector en el que se sitúa la Sede Villa Lynch, con su campus, aulas y el Microestadio en el que el equipo profesional de vóley es local. Es esta porción del barrio, acostumbrada a la regularidad de los horarios que marcan las fábricas de la zona, la que se vio conmocionada por la llegada de Judith Butler y la convocatoria que despertó esta referente del feminismo.
Cuatro horas antes de que la filósofa estadounidense hiciera su presentación, cientos de personas –muchas con pañuelos verdes e insignias feministas en sus vestimentas– rodearon las inmediaciones de la sede y formaron extensas filas a lo largo de tres cuadras, las imágenes recordaban a las que se pueden encontrar en un recital o en la previa de algún importante partido de fútbol.
La mayoría eran mujeres. Algunas llegaban preparadas y, como si estuviesen en la playa, desplegaban sus reposeras, mientras que otras tiraban lonas en el suelo y las más despreocupadas decidían sentarse directamente sobre las veredas irregulares y sin baldosas fijas que rodean el campus. Entre estas últimas, se encontraban Bruna Mirandes y Paola "Pola" Saverio, dos amigas que se enteraron del evento "gracias al Facebook de la UNTREF". Bruna reside en la Ciudad de Buenos Aires y solo tuvo que tomarse un colectivo, pero Paola vive en Temperley y las dos horas de viaje no dinamitaron sus ganas de ver a Butler en un momento al que definió como "de tremendo impacto feminista".
"Es muy importante escucharla, más en esta época de elecciones en donde se abren muchos interrogantes. Me interesa su mirada sobre Latinoamérica pero entendiendo que todo este movimiento ya alcanza dimensiones globales", agregó Paola, quien se mostró interesada por el vínculo entre género y clases sociales.
Al pasar los minutos, hubo quien previó que el público podía llegar a tener hambre. Así, comenzaron a aparecer puestos que vendían bizcochos orgánicos –de zanahoria, vainilla y marmolados–, sándwiches, papas fritas y hasta panchos. Pero los comerciantes del barrio también vieron su oportunidad. "Hoy tenemos bondiola, choripán, empanadas y opciones veganas, vegetarianas y para celíacos", rezaba el cartel de un quiosco ubicado frente a la sede, que en jornadas habituales únicamente vende golosinas y cigarrillos. Aunque no todo fue gastronomía. También hubo puestos de venta de libros, como el del Colectivo Editorial La Discográfica, atendido por Siria y Azul, quien dijo que fue a trabajar pero que la charla de Butler no se la iba a perder "por nada del mundo".
A la hora señalada las puertas se abrieron y miles de personas entraron acompañadas por la música de Camila Cabello, primero, y Black Eyed Peas, después. El Microestadio se llenó en cuestión de minutos pero en el campus había dos pantallas para transmitir la mesa redonda, integrada también por las activistas del colectivo Ni Una Menos: Marta Dillon, Verónica Gago y Cecilia Palmeiro. Quienes no pudieron ingresar, se sentaron directamente sobre el pasto y siguieron la disertación en vivo al igual que las casi 1500 personas que lo vieron por streaming.
El público también fue heterogéneo en el conocimiento sobre el tema. Mientras que Mariana Palermo, egresada de Trabajo Social de la UBA, dijo que se enteró del evento el año pasado y que participa de "cuanto movimiento y encuentro feminista haya", Agustina Siffredi recién terminó el secundario y reconoció que tiene información muy superficial sobre cuestiones de género por lo que quiere conocer más para poder difundir el feminismo y el empoderamiento de las mujeres en la organización cultural a la que pertenece.
Si bien las mujeres predominaban, también los hombres dijeron presente. Tal es el caso de Gabriel Torres, docente de sociología en una escuela de Quilmes. Para él, el feminismo "es una reivindicación social que trasciende la lucha de las mujeres. Nosotros los varones tenemos que estar más comprometidos porque es necesario un cambio de paradigma. Me enteré de este evento a través de un colega y me parece muy saludable ver cómo los y las jóvenes se movilizan para defender sus derechos. Esto es algo que hace cinco años atrás era totalmente impensado".
Butler se llevó una ovación cuando ingresó, pero los aplausos continuaron cuando el rector Aníbal Jozami dijo que el género es un arma contra la desigualdad social y que la universidad pública es una herramienta fundamental para democratizar la cultura. Durante casi una hora, quienes integraron la mesa dialogaron entre sí, sin interrupciones, salvo las que se dieron cuando la filósofa invitada ofreció definiciones que hicieron levantar a un público ya más numeroso, debido a que incorporó a estudiantes que, con autorización de sus docentes, dejaron su cursada de lado para escucharla.
Pasadas las nueve de la noche y tras el espacio destinado a las preguntas del público, el campus empezó a vaciarse. Alejandro Lombardi contó que acompañó a su mujer, estudiante de la Licenciatura en Administración de Empresas. "Ella tiene varios libros de Butler. Es genial que haya estado acá. No tenemos auto y si se hubiera hecho en otro lado no hubiésemos podido ir". En la misma dirección contestó Sasa Testa, estudiante de la Maestría en Estudios y Políticas de Género: "Es muy importante que el evento haya salido de la Ciudad de Buenos Aires y que la UNTREF haya roto esa hegemonía que tiene el centro como capital cultural. Aplaudo que este encuentro tan importante se haya corrido a las periferias en donde hay otras, en palabras de Butler, precariedades de vida".