Fortalecen acciones solidarias para jóvenes de barrios carenciados

Se trata de los talleres de El Casol, iniciativa impulsada por el Programa Abrigo que alcanzará a más de 200 jóvenes que viven situaciones de vulnerabilidad en barrios como San Martín, El Palomar y Derqui.

31-05-2022

Jóvenes de barrios carenciados de la provincia de Buenos Aires recibirán formación en ecología, reducción de basura tecnológica e industrial, generación de espacios públicos de integración cultural, soberanía alimentaria y oficios. Se trata de los talleres El Casol, una iniciativa del Programa Abrigo que fue seleccionada por la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) en el marco de los proyectos de voluntariado. “El proyecto está pensado para una franja etaria bien amplia y en esta versión 2022 esperamos alcanzar a muchos jóvenes con nuestros talleres en San Martín, Derqui y El Palomar. En estos lugares, los centros juveniles, la escuela técnica y el comedor o merendero serán los lugares de reunión para desarrollar nuestras actividades”, explicó la directora del Programa Abrigo Andrea Varela.

Ganadora de la convocatoria “Universidades Públicas Solidarias” de la SPU, El Casol es un proyecto que busca, a través de una serie de talleres abiertos a la comunidad, transmitir técnicas y estrategias para la reutilización y construcción de objetos útiles y artísticos, utilizando como principal material los descartes tecnológicos (RAEEs). Es una propuesta que promueve acciones sustentables en la comunidad y la conciencia ecológica entre niños, jóvenes y adultos. Los talleres proponen un recorrido entre diversas técnicas: desarme seguro y re-utilización de descartes tecnológicos, tejido con descartes, tejido en 2 agujas y telar, tejido de estructuras, mapeo textil y energías alternativas. Ya entre 2019 y 2021 se desarrolló la primera instancia de El Casol en el Centro Juvenil La Rana de San Martín. Allí, además de los talleres, se emplazó un pequeño parque-huerta, creado a partir de descartes tecnológicos.

Tras dos años de pandemia, Varela comentó que durante ese periodo “trabajamos constantemente y a la presencialidad le sumamos la virtualidad”. Además agregó: “Encontramos todas las maneras en que nos fue posible acercarnos con nuestras propuestas. Las diversidades en el territorio y su necesidad de recibir material sobre modos de producción para reducir el impacto ambiental, pensar el cuerpo en el ambiente y construir en red son nuestras políticas prioritarias en el desempeño afectivo en lo social”.

La directora del Proyecto manifestó que en cada encuentro se trabaja la importancia del trabajo colaborativo, el desarrollo de capacidades creativas y el potencial. También afirma que todos tenemos que crear nuestro propio abrigo y nuestras propias herramientas. Con un equipo integrado, además, por Natalia Pajariño, Patricia Sáenz, Yanina Viegas Mendonça y Facundo Suárez, el Programa ABRIGO funciona desde 2007 y se destina a la creación, producción, reciclado e investigación con fines benéficos. Además de El Casol, este Programa lleva a cabo otras seis líneas de trabajo, entre las que se encuentran: una campaña solidaria (Todos Somos ABRIGO), un taller abierto a la comunidad (Taller de investigación en tecnologías del tejido), un emprendimiento social (20 Yeguas), un espacio de investigación artística (Manifiesto), un proyecto de investigación académico (Texto, tejido y contexto) y un programa de reutilización de descartes industriales y tecnológicos (Magnetismo).  

Una de las acciones más fuertes que desarrolla ABRIGO está relacionada con la campaña Todos Somos ABRIGO. La misma convoca a la comunidad académica y al resto de los vecinos del distrito para realizar la donación de alimentos no perecederos, mantas, juguetes, ropas, zapatillas y útiles escolares para colaborar con comedores comunitarios de la región, hospitales, escuelas populares y asociaciones civiles. Tal como reza su eslogan: “Seguramente te pasó: alguna vez alguien te dio algo que te cambió la vida. Para quien está en la calle o perdió todo, un par de medias, un pulóver o un gorro le ayudan a pasar el invierno. Si nunca pasaste por eso, sabé que ese abrigo que se pasa los años quieto en tu ropero  podría estar amparando a alguien que lo necesita. ¡Vas a querer ser parte!”.

El Área de Neonatología del Hospital Posadas de Tres de Febrero, el Merendero Los Chiquis de Caseros y el Centro Juvenil La Rana de Villa Ballester son los destinatarios de esta acción benéfica. “Este año también nos dedicamos a juntar herramientas y materiales para enviar a nuestros artesanos de Corrientes”, agregó Varela.

Para obtener mayor información sobre el Programa Abrigo, los interesados pueden enviar un correo a programabrigo@untref.edu.ar.