Cooperadoras Escolares: nueva línea de trabajo para el Centro de Estudios de la Economía Social
En un encuentro virtual, especialistas en Economía Social y representantes de cooperadoras de distintas provincias reflexionaron sobre la importancia de las mismas para impulsar el desarrollo de la comunidad.
22-10-2020
El Centro de Estudios de la Economía Social (CEES) de la UNTREF inició una nueva línea de trabajo en la que integrará a las cooperadoras escolares en su área de exploración, análisis, estudio y difusión. Durante un encuentro online, los especialistas concluyeron que aunque en las cooperadoras escolares el aspecto financiero suele ubicarse en un segundo plano, la economía debe estar al servicio de la educación, la cultura y el rol social de ellas, siendo estas entidades imprescindibles como espacio de participación familiar en el ámbito educativo.
Organizado por el Posgrado en Economía Social y Dirección de Entidades sin Fines de Lucro, que se realizó en el marco del Día de las Cooperadoras Escolares, del evento participaron representantes de organizaciones de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Rosario y Córdoba, quienes dieron cuenta de la importancia de estas entidades en cada comunidad así como también de las estrategias utilizadas para recaudar fondos, brindar asistencia social a los estudiantes y generar la integración y equidad educativa de los alumnos. Por otro lado, expusieron las problemáticas políticas que deben enfrentar, y la necesidad de desarrollar una correcta administración financiera para que su contribución a la comunidad perdure en el tiempo.
El director del Posgrado y uno de los organizadores del evento titulado Cooperadoras Escolares: actoras sociales, educativas y económicas, Jorge Bragulat dijo que esta actividad permite analizar las realidades de estas cooperadoras en diferentes regiones del país, al tiempo que "nos permite abrir con mayor solidez esta nueva línea de trabajo para el CEES, incluyendo a las cooperadoras como entidades pertenecientes a la economía social pero priorizando en ellas su rol social, cultural y educativo".
"Las cooperadoras son un espacio integrador de la familia en la escuela pública y una de sus metas es que todos reciban la misma intensidad de educación, es por eso que las considero como escuelas de ciudadanía, porque nos enseñan a respetar y a promover la equidad entre las personas", indicó Jorge Bragulat, quien también destacó el trabajo realizado por los padres en las escuelas –como por ejemplo en labores de mantenimiento–, lo que genera un ahorro público ya que "se trata de gastos que el Estado no tiene en cuenta en sus balances destinados a la educación y que son cubiertos por las propias entidades".
La presidenta de la cooperadora de la Escuela Normal Nº1 de CABA, Betina Silveiro, expuso sobre la realidad de la organización que dirige y de los estudiantes y familias que asisten a esa institución e indicó que "sin el rol activo de la cooperadora no sería posible cubrir las necesidades básicas". En este aspecto y principalmente en contexto de pandemia Silveiro mencionó las redes solidarias que se tejen en la comunidad educativa y enumeró acciones tales como entrega de bolsones de comida, recolección y reacomodamiento solidario de computadoras para sostener la virtualidad de los estudiantes y las donaciones de útiles e indumentaria realizadas por la red de familias voluntarias.
Asimismo, el ex presidente de la Federación de Cooperadoras Escolares de Rosario, Gustavo Mogues, destacó el rol de las cooperadoras para generar igualdad de oportunidades entre las familias y consideró que ser cooperador es "una pasión y una satisfacción propia de sentirse bien y útil para la comunidad", por lo que abogó por la "imperiosa necesidad de que las familias participen y se sumen a las actividades de las escuelas públicas".
Por su parte, Paula Insaurralde, de la cooperadora del colegio Álvarez Thomas de CABA, hizo referencia a los conflictos políticos que afectan a las organizaciones sin fines de lucro y relató que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) intentó recortar el Plan de Natación de la escuela. "Cuando un fallo judicial se lo impidió, desde el GCBA decidieron intervenir la cooperadora y auditarla arbitrariamente. De esta forma, las familias quedaron afuera de la toma de decisiones de la escuela, perdiéndose el sistema democrático y nuestro rol fundamental como espacio de participación comunitaria", expresó Insaurralde, quien también desde su espacio gestiona un comedor al que asistían diariamente, antes de la pandemia, más de 600 estudiantes.
Sobre este tipo de conflictos políticos, Sonia Lizondo, que coordina el funcionamiento de casi 300 cooperadoras escolares de Córdoba, se solidarizó con aquellas entidades que sufren "estas acciones desgastantes y estresantes" y remarcó como fundamental que "todos nos acerquemos y nos apoyemos entre sí, ya que las realidades son muy distintas en cada institución".
Para concluir, Bragulat indicó que la importancia del evento y de fomentar el contacto entre los integrantes de las cooperadoras reside en que, según él, los cambios profundos en las decisiones políticas siempre se hacen de abajo hacia arriba. En su opinión, a medida que se enfatice sobre las necesidades y se reclame públicamente para que la economía esté al servicio de la educación y la cultura, principalmente, habrá más posibilidades de generar modificaciones de parte de aquellos que integran los espacios de toma de decisiones.