La ciencia ficción como herramienta para pensar el presente y el futuro
En el cuarto y último encuentro de esta serie, el Seminario Filosofía de la Innovación se enfocó en las obras del género fantástico para reflexionar sobre las tecnologías y el papel que tienen en la evolución humana.
30-11-2020
La potencia de la ciencia ficción para pensar la realidad que nos rodea y el futuro próximo fue el eje del último encuentro del Seminario Filosofía de la Innovación, en el que expositores como Juan Ruocco, Soledad Venesio, Alejandro Piscitelli y otros especialistas analizaron los imaginarios tecnológicos que recorren algunas de sus obras más emblemáticas.
La Licenciada en Ciencias de la Comunicación de la UBA y periodista especializada en series de televisión, Soledad Venesio, comentó que durante mucho tiempo el género tuvo que luchar contra un estigma. “Ese estigma es el escapismo, la idea de que las historias de ciencia ficción solo servían para evitar la realidad y el día a día”, explicó, asegurando que hoy hay otra mirada. “Cada vez más nos encontramos con una valoración de la ciencia ficción como plataforma para hacer críticas sociales y políticas, para hablar desde otras perspectivas de los problemas del aquí y ahora”, afirmó en el evento organizado por el Departamento de Ciencia y Tecnología de la UNTREF.
En su disertación, Venesio se enfocó en las representaciones de la tecnología que aparecen en las series de televisión y películas del género, identificando tres variantes que se fueron sucediendo a lo largo del tiempo. Según Venesio, el primer paradigma es el que se centra en la tecnología como salvadora de la humanidad y facilitadora de un mundo ideal. “Un ejemplo son Los Supersónicos, la tecnología ahí facilita la movilidad, ¿quién no sueña con tener a Robotina y olvidarse de todas las tareas del hogar? Cuando una veía esa secuencia dibujada de la ciudad, veía una ciudad superfuturista, con muchísima vida y búsquedas, el futuro en el que una quería estar”, ejemplificó.
Luego vendría otro paradigma que antagoniza con el primero. En esta versión, la tecnología se presenta como responsable de la destrucción de la humanidad y con un poder propio. “Dentro de este paradigma está Terminator. Ahí nos encontramos la tecnología como agente destructor del ser humano, que son los que se escapan, los que se tienen que ocultar y defender los pocos espacios que tienen. Estos robots terminan siendo los líderes”, ilustró la especialista.
Para Venesio, actualmente hay un tercer enfoque que plantea que la tecnología no es ni buena ni mala, sino que es lo que el ser humano desea que sea, y en esa la línea mencionó la serie de televisión Tales From the Loop. “Nos encontramos con episodios en los que la tecnología es usada para frenar el tiempo y disfrutar el día haciendo lo que uno quiera, para cambiar de cuerpo con la persona que se admira pudiendo tener esa vida, y hay exploraciones en cuanto a viajes en el tiempo. Es cúlmine en mostrarnos cómo la tecnología siempre tuvo la capacidad de ser constructora o destructora, pero solo a través de la mano del hombre”, reflexionó.
Para ella, lo destacable de estas series actuales, entre las que también incluyó Black Mirror y Devs, es que hablan más del ser humano que de la tecnología en sí. “Cada vez más nos encontramos con historias de ciencia ficción que vuelven a poner al humano en el centro, y esto es interesante porque nos vuelve a dar responsabilidad. Hoy más que nunca estamos parados en este tercer paradigma, donde la atención vuelve a nosotros como seres humanos, en esa explicación de quiénes somos y de una definición existencial de nuestra identidad”, sintetizó.
Por su parte, el filósofo de la UBA y columnista del programa Sexy People de Radio Congo, Juan Ruocco, abordó los fronteras siempre porosas entre humanos y máquinas, refiriéndose especialmente al cambio que significó la aparición de Internet. “Textos como Neuromante, de William Gibson, o películas de animación japonesa como Ghost in the Shell abrevan en la misma pregunta: ¿qué pasa a partir de la existencia de una red de información como es Internet?, ¿puede emerger algún tipo de mente en este mar de información?, ¿la red en algún momento puede generar su propia conciencia?”, apuntó.
Ruocco señaló que la ficción especulativa hoy está plagada de estos interrogantes. “El transhumanismo es uno de los temas que empiezan a introducirse en estas obras y está también en los llamados estudios del futuro, en el que varias corrientes académicas buscan pensar ese umbral en el que lo humano deja de ser humano para convertirse en algo más. La pregunta del transhumanismo es muy fuerte, es la pregunta acerca de si el ser humano a través de la tecnología va a pasar a un siguiente nivel evolutivo”, continuó.
El filósofo señaló que esta idea de la tecnología como posibilitadora de un futuro perfecto está muy conectada con la religión. “Me parece que la idea de un humano trascendiéndose a sí mismo a través de la tecnología y de un futuro sin problemas tiene que ver con la teología cristiana. En el libro del Apocalipsis hay un momento en el cual Dios, para redimir a los humanos y pagar su deuda con la humanidad, les da mil años de paz y prosperidad antes del juicio final. Esa idea de milenio, si la pasamos por el tamiz de lo secular, nos vuelve a nosotros en forma de ciencia ficción, sobre todo en la forma de tecnooptimismo”, argumentó
Finalmente, Ruocco resaltó la importancia del género para agudizar el pensamiento sobre la tecnología. “Creo que la tecnología es un campo de batalla, se presenta siempre como una solucionadora de problemas, y ya la veo más como una herramienta que desplaza los problemas hacia otro lugar. Los problemas son una constante, nunca se van a ir, y la tecnología genera la ilusión de que en un futuro van a ser más fáciles de resolver”, concluyó.
Uno de los coordinadores del seminario, Alejandro Piscitelli, aportó algunas consideraciones finales sobre la relación entre ficción y realidad, aludiendo a algunos objetos como el videófono. “El teléfono con pantalla lo vemos en los libros y las películas de la década del 30, y recién se convirtió en algo real con Skype, casi cincuenta años más tarde. Hay algo muy interesante en esto y es hasta qué punto la ficción se anticipa a la realidad y hasta qué punto la realidad condice con la ficción”, estimó.
Desde su punto de vista, nos encontramos en un momento único en el que los grandes temas filosóficos que antes estaban reservados a pequeños grupos hoy tienen un alcance masivo gracias a la televisión. “La ficción tiene el potencial de crear mundos alternativos en la cabeza y después eventualmente en el comportamiento y la realidad. En series como Westworld aparecen preguntas metafísicas maravillosas que trascienden la academia para llegar a millones de personas, preguntas fundamentales que nos importan a todos y que tienen ese alcance gracias a la reverberación que poseen las series de televisión”, concluyó.
Acompañándolo en el cierre del seminario estuvieron sus otros coordinadores, el director del Departamento de Ciencia y Tecnología de la UNTREF, Pablo Fontdevila, y el docente e investigador Julio Alonso, quienes agradecieron a los 140 inscriptos que tuvo el curso y a los más de mil espectadores que siguieron las transmisiones por el canal de YouTube de la Universidad. En total fueron cuatro encuentros por los que también pasaron el director del Departamento de Salud y Seguridad Social de la UNTREF, Carlos Torres; la directora nacional de Economía y Género, Mercedes D’Alessandro; el urbanista y director del FabLab de Barcelona, Tomás Diez; el docente de la Universidad Nacional de José C. Paz, Gustavo Badía; y la directora ejecutiva del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), Julia Pomares.