Franco Berardi: “Necesitamos una subjetivación solidaria”
El filósofo italiano habló de los desafíos que el coronavirus le plantea a la humanidad y advirtió que el distanciamiento social genera una sensibilización fóbica que hay que combatir.
10-09-2020
El reconocido pensador italiano Franco "Bifo" Berardi brindó una videoconferencia a través del canal de YouTube de la UNTREF y manifestó su preocupación por el tipo de sensibilidades fóbicas que se están construyendo alrededor de la pandemia y del distanciamiento social, apuntando que “necesitamos una subjetivación solidaria, colectiva, feliz, para enfrentar los efectos del apocalipsis y sin miedo ante los cuerpos”.
En su charla titulada Respiración umbral: virus y literatura, se refirió a las declaraciones de la asesora médica jefe del Gobierno de Canadá, Theresa Tam, que llamó a no besarse y usar mascarilla al tener relaciones sexuales. “¿Qué pasa en el imaginario de una generación que entra en el mundo de la afectividad con la interdicción de acercar los labios a los labios? Esta es mi obsesión”, expresó el filósofo.
Berardi se apoyó en algunas obras literarias para explicar sus perspectivas, entre ellas Parábola del sembrador, de la escritora afroamericana Olivia Butler. “Bifo” contó que en la novela hay una niña a la que los médicos tratan de curar porque tiene una disfunción empática. “Cada vez que ve en la calle a alguien que sufre o muere, ella también sufre”, agregó, y dijo que es una historia que ilustra muy bien lo que puede ocurrir con las subjetividades.
“La multiplicación del sufrimiento y el miedo puede generar un efecto autista. El autismo me parece la condición psíquica más probable para la salida de este proceso, pero cuando digo probable no digo que estamos yendo en esta dirección, sino que tenemos que reflexionar y actuar anticipadamente sobre esta posibilidad, antes que nada reconociéndola y analizándola”, insistió.
El intelectual italiano definió la situación de pandemia como un umbral. “El umbral es el pasaje en el cual nos trasladamos de la luz a la oscuridad, pero tal vez también de la oscuridad a la luz”, dijo, agregando que lo primero que debemos hacer es “mirar a la bestia en los ojos” y “ponernos al nivel de la tragedia que estamos viviendo”.
Para el autor de La fábrica de la infelicidad el virus no es la causa de la catástrofe sino que es un catalizador. “Es un elemento de precipitación de otros procesos catastróficos que se estaban desarrollando, antes que nada el proceso de catástrofe ambiental”, opinó.
En segundo término, Berardi mencionó las consecuencias del capitalismo global durante los últimos 10 o 15 años. “La única manera para recuperar la acumulación capitalista ha sido empobrecer la vida social en todos sus aspectos, comenzando por el empobrecimiento del sistema sanitario, como ha ocurrido en Italia, Inglaterra y España. La recuperación financiera capitalista ha producido un empobrecimiento de la vida y de la infraestructura que hace la vida posible”, consideró.
Asimismo, habló de las protestas que tomaron las calles de Santiago de Chile, Hong Kong, Quito, Beirut, París y Barcelona en 2019. “Ha sido un otoño de convulsión, como si el cuerpo sofocado de la sociedad y sobre todo de los jóvenes hicieran una revuelta sin una estrategia ni una línea de unificación posible pero con un mismo rechazo de la asfixia neoliberal. Después vino el contagio que ha producido una explosión de estos procesos”, graficó.
Por otro lado, dijo que la atrofia emocional que hoy se hace patente con la pandemia también tiene sus precedentes. “Una parálisis de la subjetividad se ha manifestado de manera escandalosa en el distanciamiento social, pero esta tendencia hacia la virtualización, la digitalización y la descorporalización de la relación social y erótica ya existía desde hace décadas”, describió.
Berardi remarcó que frente a esta precipitación cada vez más peligrosa a nivel económico, geopolítico y subjetivo hay que pensar en nuevas dimensiones de la solidaridad que no estén ancladas en la política. “La política está muerta, la política hoy es una política capaz de aceptar la disciplina de los científicos y los médicos, pero no es invención de una transformación posible. La política como capacidad de gobernar el conjunto social desde un punto de vista de la racionalidad progresiva me parece que no tiene mucha fuerza y credibilidad. La invención de una transformación posible depende, hoy y mañana, del imaginario social”, continuó.
También planteó que en la postpandemia habrá un crecimiento de las comunidades autónomas capaces de cooperar entre sí. “Creo que el trabajo principal para hacer es esencialmente desvincular, liberar y emancipar comunidades que se dan una regla, un ritmo, una forma de vida, un horizonte que es diferente, en relación armónica con la naturaleza y los cuerpos de los otros. Las redes de comunidades, el abandono de la dimensión metropolitana es una tendencia que ya vemos en Europa”, indicó.
En esa línea, Berardi enfatizó que “tenemos que defender nuestra posibilidad de abandonar el cadáver del capitalismo”. Por último, se detuvo en el caso de Estados Unidos y aseguró que se encuentra frente a un abismo. “Lo que se está verificando de un lado es el desencadenamiento de una verdadera guerra contra los pobres, los negros, una guerra civil unilateral criminal de la mayoría blanca. Segundo, y más catastrófico en el largo plazo, el armamento masivo del pueblo americano, y el desmoronamiento de la unidad del sistema militar y los servicios de seguridad”, estimó, y sugirió que para entender el fin del mundo americano es indispensable leer Quijote, de Salman Rushdie.
El encuentro estuvo organizado por el Programa de Estudios Latinoamericanos Contemporáneos y Comparados (PELCC) de la UNTREF, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y el Proyecto UBACyT Archivo y Diagrama de lo Viviente (Siglo XX). Acompañando la exposición de “Bifo” estuvieron el director del PELCC, Daniel Link; el miembro del comité académico del PELCC, investigador del CONICET y codirector del proyecto Archivo y Diagrama de lo Viviente, Diego Bentivegna; y el coordinador de grupos de estudio de filosofía y política e integrante del blog Lobo Suelto, Diego Sztulwark.