Arte, cultura y música japonesa en la UNTREF

El músico y artista nipón Yosuke Oda ofreció una conferencia demostrativa en el Auditorio de la Sede Caseros II.

21-10-2019

La armonía entre el hombre y la naturaleza, la disciplina, el esfuerzo, la dedicación para alcanzar un objetivo y la comunión entre el artista y sus instrumentos musicales fueron los principales protagonistas en una velada en la que, gracias a la presencia de Yosuke Oda y sus tambores, la cultura japonesa inundó una de las sedes de la UNTREF.

Las casi 100 personas que ocuparon el Auditorio supieron que el show estaba comenzando cuando oyeron el sonido de los taikos, tambor japonés tocado con baquetas de madera. Desde la derecha y desde la izquierda, para confluir luego en el centro del escenario, Yosuke Oda junto a los taikistas Gastón San Cristóbal y Keiji Yonagi hicieron su aparición y alentaron al público a acompañar con las palmas en un acto de interpelación que iba a mantenerse durante toda la jornada.

Al ser una conferencia demostrativa, la música y la actuación se combinaron con el aspecto pedagógico. De esta forma el artista invitado, valiéndose de la asistencia de su traductora llamada Tanya, explicó de qué material están hechos esos tambores, cuáles son las diferencias entre unos y otros, cuáles son los más aptos para cada ritmo, dónde se utilizan generalmente, cuál es la historia del tambor en Japón y qué relación tienen los instrumentos musicales con la naturaleza.

"En Japón se suele decir que los tambores tienen dioses y que el cuerpo del tambor tiene vida. Esto es porque están hechos con los troncos de los árboles y nosotros consideramos que la vida del árbol continúa presente ahora en nuestro instrumento. Es la unión entre el arte y el mundo natural", expresó.

Yosuke Oda comenzó sus prácticas del taiko siendo estudiante de escuela secundaria. En 1999 ingresó al Centro de Aprendices del grupo de artes escénicas japonesas Kodo, y en 2003 fue nombrado miembro estable del ensamble, que integró hasta el comienzo de su carrera como solista en 2017. Su biografía, contada a través de anécdotas, dio cuenta del esfuerzo, la perseverancia y la dedicación personal para lograr ser parte de Kodo. "Durante dos años, en el Centro de Aprendices nos levantábamos a las cuatro de la mañana, corríamos diez kilómetros, ensayábamos, limpiábamos, cocinábamos y volvíamos a ensayar. Fue un sacrificio muy grande pero valió la pena", indicó.

Adaptando versiones musicales de otros grupos e intérpretes –como una de Monochrome– o bien ofreciendo piezas preparadas exclusivamente para la ocasión –como la composición “Estrellas Fugaces”–, Oda continuó deleitando al público con su arte. Uno de los presentes fue Patricio Elizondo, estudiante de la Escuela de Música de Buenos Aires (EMBA) y quien se enteró del evento a través de su primo, estudiante de la Universidad. "Sinceramente nunca había asistido a una demostración de percusión japonesa ni estaba familiarizado con estos instrumentos. Es muy importante tener este tipo de actividades porque te enseñan no solo de música, sino también de otras culturas", sostuvo.

La actividad –organizada por la Licenciatura en Música Autóctona, Clásica y Popular de América junto a la Dirección de Educación Artística de la Jefatura Distrital Tres de Febrero, la Casa de las Artes Escénicas Nikyokan y el Centro Cultural e Informativo de la Embajada de Japón– se inició con la proyección de un video en el que se introdujo al público a vivir y sentir la cultura y los paisajes japoneses. Luego tuvo lugar la presentación del docente de la carrera e integrante de la  Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías de la UNTREF, Juan Pablo Nicoletti, quien dijo estar muy entusiasmado con la visita de "uno de los grandes maestros de la percusión", recordando también un encuentro previo que tuvieron junto al artista japonés en el Xirgu Espacio UNTREF.

El evento finalizó, como era de esperarse, con una ovación, y el Auditorio de la Sede Caseros II de la Universida se suma a partir de ahora a las salas de más de treinta países en los que Yosuke Oda se presentó, entre las que se encuentran el Royal Festival Hall de Gran Bretaña; el Carnegie Hall y el Boston Symphony Hall, de Estados Unidos; y la Ópera de París, en Francia.