Adultos mayores: un grupo invisibilizado por la comunidad internacional
Las personas de más de 60 años apenas están contempladas en la agenda 2030 de la ONU. Especialistas reunidos en la Universidad debatieron sobre cómo incorporarlas y la precariedad que los afecta cotidianamente.
09-09-2019
De las 169 metas de desarrollo sostenible que incluye la agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), solo un 1,7% de ellas habla de las personas mayores, y los indicadores para evaluarlas apenas llegan a un 0,48%, conforme la evaluación de la presidenta de la Asociación Latinoamericana de Gerontología Comunitaria (ALGEC), Mónica Roqué. "Si no hay objetivos, metas ni indicadores, las políticas públicas dirigidas a ese sector van a ser mínimas o inexistentes", dijo sobre los pendientes del organismo internacional. Al mismo tiempo, alertó sobre la difícil situación que atraviesa este grupo poblacional en el continente y en el país.
“Desde 2016, la pobreza en la región aumentó abruptamente. En América Latina, el 30% de las personas mayores de 60 años son pobres”, explicó en la Jornada Objetivos de desarrollo sostenible: el compromiso con las personas mayores, organizado por el Centro de Estudios e Investigación en Políticas Sociales Urbanas (CEIPSU) de la UNTREF.
Refiriéndose a nuestro país, la experta remarcó el fuerte impacto de la inflación en los precios de los medicamentos y la canasta básica. De acuerdo a un informe elaborado por ALGEC, mientras en los últimos 3 años las jubilaciones aumentaron 239%, los medicamentos lo hicieron en un 400%. “Hoy un anticoagulante de primera elección es directamente inaccesible”, ilustró Roqué, agregando que esa carencia se amplió tras la decisión del gobierno nacional de retirarle la medicación gratuita a un millón de afiliados del Programa de Atención Médica Integral (PAMI). “La situación es gravísima, la canasta de alimentos aumentó en un 60%”, continuó la médica.
En cuanto a la cobertura previsional, dijo que en Latinoamérica hay un 44% de personas que no la tienen. En ese sentido, aseguró que la posición de Argentina es ejemplar, ya que alcanza al 97% de esa población. Pero hilando fino, dijo que existen desigualdades en los haberes. “Tenemos que analizarlo desde una mirada de género”, continuó, apuntando que el 67% de las mujeres cobra la jubilación mínima, contra el 45% de los varones.
Además, la especialista afirmó que, a diferencia de lo que profesan muchos funcionarios, economistas y demógrafos, la vejez no es un gasto porque crea trabajo. “El envejecimiento es una gran inversión y oportunidad que tiene el país para generar empleo y mover la economía”, señaló, y sugirió atender las recomendaciones de la Convención Interamericana sobre derechos de las Personas Adultas Mayores para incorporar a la agenda de la ONU. “Es el instrumento más completo porque pone el foco en los derechos humanos y no en el asistencialismo”, ponderó, deteniéndose en sus artículos referidos a la autonomía de estas personas y su capacidad jurídica, a su no discriminación y al derecho que tienen a una vejez digna mediante los cuidados paliativos.
Micaela Bracco, del Instituto Nacional de Asistencia Social, coincidió con el diagnóstico. “Si bien el lema de la ONU es no dejar a nadie atrás, creo que esta generación de adultos mayores está siendo tirada por la borda”, expresó con dureza. De acuerdo a Bracco, en el país cerca del 60% de las personas mayores está bajo la línea de indigencia, y planteó que ese estado de necesidad y vulneración que padecen “es un modo de violencia institucional”. Para ella, se trata de un grupo invisibilizado. “No hay desarrollo sostenible cuando a una generación entera se les niega la existencia. Estas personas no tienen tiempo para recuperar”, completó.
Por su parte, Adriana Rovira, de la Universidad de la República (Uruguay), desarrolló el concepto de “necropolítica”, una estrategia clave del capitalismo en su etapa actual que afecta especialmente a las personas envejecidas. “Los adultos mayores son un elemento disruptivo para el capitalismo, porque ya no pueden participar de la matriz productiva y son considerados desechables”, amplió. La investigadora uruguaya expresó que en el contexto presente, los Estados que desde sus políticas públicas no dan tratamiento, no generan igualdad ni resuelven los problemas en la prolongación digna de la vida, se inscriben dentro de esta política de exterminio que apunta a ciertos grupos de población.
Los analistas acordaron en que se debe investigar y generar conocimiento público y fehaciente sobre estas problemáticas. Por eso hubo un capítulo dedicado a la Plataforma Argentina de Monitoreo para la Agenda 2030 (PAMPA) a cargo de Marita Gónzalez, de la Central General de los Trabajadores (CGT). Como puntualizó, esta iniciativa nuclea, además del movimiento sindical, a universidades como la UNTREF y diversas organizaciones de la sociedad civil. Su misión es difundir los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, poniendo especial atención al seguimiento de los datos y la evidencia generados alrededor de ellos.
Por su parte, Javier Uribe, asesor en sistemas y servicios de salud de la Organización Panamericana de la Salud, habló del envejecimiento saludable y de los obstáculos que se deben superar para que éste sea posible. “La principal causa de discriminación no es el sexo ni el color de piel, sino la edad”, sostuvo en su presentación, remarcando que se requieren cambios culturales aunque también apuntó a los sistemas de salud. “No están preparados para atender a las personas mayores y deben adaptarse a su situación”, manifestó.
Uribe enfatizó que este grupo ha aumentado su expectativa de vida hasta los 100 años y que, a diferencia de otros, necesita de todo un equipo de profesionales que incluye gerontólogos, psicólogos, trabajadores sociales y terapistas físicos. Como definió el experto, el envejecimiento saludable implica poder satisfacer las necesidades básicas, aprender, crecer y tomar decisiones, tener movilidad y establecer relaciones para contribuir con la sociedad.
Acompañando las presentaciones estuvieron el secretario de Investigación y Desarrollo de la UNTREF, Pablo Jacovkis; la directora de la Especialización en Gestión e Intervención Gerontológica, Mónica Navarro; y el investigador del CEIPSU, Christian Arias.