Bálint Magyar: "Hungría es un estado mafioso criminal"

El intelectual y ex ministro húngaro brindó una conferencia en la que analizó los regímenes de Viktor Orbán y Jarostaw Kaczynski.

17-09-2018

El sociólogo y político Bálint Magyar, invitado por el Doctorado en Historia de la UNTREF, dio una charla en la Sede Rectorado Centro y fue categórico en su diagnóstico: los actuales regímenes de Hungría y Polonia representan una amenaza para la democracia liberal en la Unión Europea.

Orbán y Kaczynski construyen su propio nacionalismo en el que aquellos ciudadanos que están de acuerdo pertenecen y los otros son excluidos”, aseguró. Además, el intelectual que fuera fundador y presidente de la Alianza de Demócratas Libres de Hungría, se refirió a la orientación xenófoba de ambos gobiernos: en declaraciones recientes, Orbán remarcó que quiere una nación blanca y cristiana. “Hay una campaña de miedo y odio contra grupos de migrantes”, agregó el especialista, y dijo que el Parlamento Europeo tomó nota de la situación. “La mayoría aceptó un informe sobre las distorsiones democráticas en Hungría, y esto puede tener consecuencias como recomendaciones al gobierno húngaro o incluso la suspensión de los derechos de voto”, explicó. 

Aunque los dos regímenes son intentos de autocracias que buscan controlar la autonomía de los actores y organizaciones, para Magyar tienen diferencias importantes. “Polonia está en camino a convertirse en una autocracia conservadora, pero Hungría es un Estado mafioso criminal postcomunista. La política de Kaczynski está motivada por el poder y la ideología, la de Orbán, por el poder y la riqueza personal”, expresó. 

Como investigador del tema de la corrupción, Magyar explicó la forma en la que funciona el Estado húngaro: al modo de una familia política adoptada, como los clanes mafiosos. “En Polonia la toma de decisiones gira alrededor de las instituciones formales y el PIS (el partido de Kaczynski), en Hungría pasa por un grupo de personas que no solo ocupan posiciones en el gobierno y el partido, también hay oligarcas y consultores, muy similar a lo que ocurre en la Rusia de Putin”, señaló. Otra de las diferencias que comentó es que en Polonia, en mayor o menor medida, la corrupción se combate, en cambio la elite gobernante en Hungría monopoliza la corrupción. 

Kaczynski respeta la competencia del libre mercado y la libre empresa, mientras que Orbán promovió la toma de cuatrocientas empresas hostiles al régimen para entregarlas a amigos del gobierno”, ilustró. Por otro lado, indicó que en los Estados mafiosos postcomunistas como Hungría, las elecciones son manipuladas y no hay forma de que la remoción de los gobernantes sea de manera pacífica. “El FIDESZ (el partido de Orbán) reescribió la constitución siete veces sin consultar a otras fuerzas políticas, se cambiaron las leyes electorales y se comenzó una pelea contra los medios independientes”, dijo. 

En relación a la política exterior de los dos países, afirmó que Kaczynski siempre posiciona en primer lugar a Polonia; Orbán, por su parte, se posiciona primero a sí mismo. “En él todo es personal. Pidió al Parlamento más respeto por Hungría, pero en realidad estaba pidiendo más respeto por él. Si se acuerdan de la película El Padrino, las dos cosas más importantes eran el respeto y la lealtad”, concluyó.

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