• Textos curatoriales

    Angelika Markul

    Trilogía de la naturaleza o la reinvención del paisaje

    Yonaguni, Tchernobyl y Naica, tres sitios distantes en el globo: uno en Japón, el otro en Ucrania y el tercero en México. Cada uno de ellos se presenta para Angelika Markul como una “zona” en el sentido en que Andrei Tarkovsky la entendiera: tautológicamente (una zona es una zona), un sitio singular, específico, más allá de toda narrativa. Sin embargo, como en el del director soviético, en el trabajo de Markul cada uno de los espacios elegidos encierra un misterio que no va a desentrañar deteniéndose en lo accidental, sino que más bien va a “presentarlo”. El denominador común en todos ellos es quizás la tensión entre naturaleza y cultura, entre vida y muerte.

    Cada proyecto encierra largos años de investigación que comienzan con el encuentro más o menos casual de una historia encriptada en un paisaje. Ese que para cualquier espectador resulta natural, ese que posiblemente el turismo ha espectacularizado y neutralizado. Sin embargo, su mirada se detiene allí, en las preguntas sin respuestas acerca de las ruinas sumergidas en el mar en Yonaguni, o de las formas en que la naturaleza retorna a la vida en un sitio muerto para siempre como Tchernobyl después del accidente atómico, o en Naica, adentrándose en las entrañas de esa extraña cueva de cristales gigantescos.

    Si su libro de viaje está signado por la indagación, el encuentro con especialistas, con comunidades, con textos, en suma, con los relatos de los otros, a partir del momento en que su cámara toma contacto con esos paisajes, todo aquello queda atrás y la naturaleza se presentará, entonces reinventada por su mirada que el espectador hace propia ante la inmersión a la que sus video-instalaciones nos convocan: por la pregnancia de las imágenes y por lo intrigante de las sonorizaciones –compuestas por músicos convocados ad hoc– sus trabajos instalan la perplejidad acerca de esos bellísimos espacios naturales y con ella la conciencia de su finitud. La manera en que el tiempo transcurre en cada uno de sus videos hace que la noción de “esculpir el tiempo” desarrollada por Tarkovsky resulte productiva para pensar el trabajo de Markul y la manera melancólica, serena y cadenciosa en que alerta desde lo vital sobre la caducidad.
    Diana B. Wechsler
    Curadora

    Sebastián Díaz Morales

    Las escuetas escenas de En un futuro no muy lejano irrumpen en la sala como premoniciones distópicas, advertencias de una inminencia inevitable. En la desolación de indistintas llanuras patagónicas, una pareja –última esperanza de sobrevivencia para el género humano– lucha contra el ímpetu del viento. Intuimos la presencia del elemento natural, de por sí intangible, solo por reflejo, a través de su repercusión sobre los cuerpos y del sonido envolvente que, junto con la línea del horizonte, unifica los paisajes excediendo el marco de los dispositivos. 

    Las acciones simples y puntuales se manifiestan en un loop infinito que impone la repetición continua de los eventos, detenidos en un no-lugar sin caracterización alguna. El tiempo contemplativo sigue el ritmo cíclico de una visión apocalíptica nutrida por la estética austera de las imágenes que, como lo señala Wim Peeters, “logran la elocuencia concentrada y el poder visual del haiku japonés”. 

    Sebastián Díaz Morales experimenta hace varios años con las posibilidades lingüísticas de la imagen en movimiento transitando por el territorio del documental, del cortometraje y de la video-instalación. Fragmentando la linealidad de la narración tradicional, sus relatos vacilan continuamente entre ficción y realidad, logrando a través de recursos básicos una efectividad poética inmediata. 

    El paisaje es a menudo el protagonista indiscutible de sus videos y en este caso se configura en un imaginario tragicómico: la naturaleza se ha sublevado contra el género humano cuyos últimos representantes, desprotegidos a la intemperie, luchan por su supervivencia reiterando afanosamente acciones absurdas que revelan su penosa impotencia y la completa ineficacia de sus herramientas.
    Benedetta Casini
    Curadora

     

    Larry Muñoz

    Hay un destino igual, porque es abstracto, para los hombres y para las cosas – una designación igualmente indiferente en el algebra del misterio. 
    Fernando Pessoa

    Larry Muñoz compone naturalezas muertas a partir de objetos encontrados: ramas secas, esqueletos de animales, piedras, plumas e insectos, descontextualizados y re-ensamblados en instalaciones escultóricas, son pequeños memento mori de nuestra existencia. Su lenguaje, sin embargo, está cargado de una simbología del subsuelo que se expresa en referencias a lo marginal, a lo excluido, al desecho que suele pasar inobservado.

    Los restos que elige cuidadosamente remiten a una vanitas holística y no solamente humana, donde la certeza de la muerte abarca cada cosa más allá de toda distinción jerárquica. En el MUNTREF Centro de Arte y Naturaleza esa poética de lo oculto se manifiesta tanto en los objetos rescatados del olvido, por ejemplo en la estantería encontrada en el sótano del edificio, como en los cuerpos orgánicos que habitaron el espacio hasta ser recuperados.

    Con la cuidadosa diligencia de un científico/inventor Larry los clasifica, resignificándolos en configuraciones inéditas producto de ajustes pacientes. A lo largo de un mes estableció una relación intima con este sitio suspendido entre el pasado y el futuro –poblado durante mucho tiempo únicamente por el hormigueo de pequeñas criaturas silenciosas– cuya suntuosa historia solo se intuye, incrustada en los pálidos ornamentos de la fachada. 

    Ocupa y se apropia del espacio, lo transforma y se transforma: aceptando el desafío de adaptar las premisas proyectuales al contexto, abraza las desviaciones y accede a que el proceso fluya, guiado por los imprevistos. Cada encuentro representa un estímulo y una abertura, una transformación constante de la investigación que tarda en encontrar su punto final.
    Benedetta Casini
    Curadora

  • Biografía Angelika Markul

    Nació en 1977 en Polonia. Vive y trabaja en Francia y Polonia. Diplomada en la Ecole nationale des Beaux Arts de Paris (E.N.S.B.A.), section multimédia dans l’atelier de Christian Boltanski, sus obras se han presentado en numerosas exposiciones, tanto individuales como colectivas, en Francia y en varias instituciones artísticas de otros países; entre ellos, Alemania, Italia y Suiza, así como en Londres, Madrid, Trondheim, Montreal, Nueva York, Buenos Aires y Yokohama.

    En 2012 recibió el Premio SAM Art Projects y en 2016 el Prix Coal que recompensa a los artistas que centran su trabajo en las relaciones entre arte y medio ambiente.

    En el arte de Angelika es posible encontrar un repertorio de formas muy personal: combina imágenes de video con instalaciones, a menudo realizadas con materiales tales como papel de aluminio negro, vidrio y madera.
    Su práctica artística está consagrada a los lugares naturales desaparecidos, desconocidos o peligrosos para el hombre: como en Yonaguni, donde se sumerge para descubrir un monumento desconocido que ha quedado sumergido, en Naica o Tchernobyl, donde se adentra en sitios peligrosos cuya visita está interdicta, o en los glaciares de la Patagonia, protagonistas de su último proyecto. 

    Entre sus muestras individuales recientes figuran Memorias del glaciar (2017, BIENALSUR), Buenos Aires, Z ziemi do gwiazd, Malakoff, Francia (2014); Terre de départ, Palais de Tokyo, París, Francia (2014); Installation monumentale (2013), Domaine départementale de Chamarande, Francia, y The Unleashed Forces. Angelika Markul and Contemporary Demonism, Muzeum Sztuki ŁódÐ, ŁódÐ, Polonia (2013). 

    The State of Life, National Art Museum of China, Beijing, China (2015), y Take Me I’m Yours, Monnaie de Paris, Francia (2015) y MNAD, Buenos Aires (2017, BIENALSUR), son algunas de las exhibiciones colectivas más recientes en las que participó.

  • Biografía Díaz Morales

    Sebastián Díaz Morales nació en 1975 en la ciudad argentina de Comodoro Rivadavia. Su lenguaje pictórico lleva la marca de esta “capital del viento”. Como dice el mismo Díaz Morales, la experiencia de crecer en un ambiente extremo en el medio de la nada lo llevó a un modo particular de concebir la realidad.

    Sus películas y videos, que ha producido desde 1995, muestran que la realidad no es más que un producto de la imaginación. Cada figura y cada narrativa en ellos es una metáfora de la frontera entre realidad y ficción. Sus films giran en torno a la suspensión del tiempo y el desplazamiento del espacio y el tiempo a través del sueño constante y la reconstrucción de la realidad.

    Morales trabaja con varias técnicas fílmicas, tales como el montaje, las disociaciones del tipo caricaturesco o slow motion. El sonido también tiene un rol protagónico, ya sea en la forma de ruido o música. Algunos de sus trabajos remiten a la ciencia ficción. Su estilo narrativo y diálogos tienen un carácter minimalista, pero su imaginario evoca asociaciones con las cuales el espectador descubre una nueva mirada a la realidad.

    Su trabajo ha sido exhibido en numerosos museos, galerías y festivales en el mundo, incluyendo la Tate Modern, Londres; Centre Pompidou, París; Stedelijk Museum y De Appel, Amsterdam; Le Fresnoy, Roubaix; CAC, Vilnius; Art in General, New York; Museo Ludwig, Budapest; Bienal de São Paulo; Bienal de Sydney; Fundació Joan Miró, Barcelona; MUDAM, Luxemburgo; Fundação Calouste Gulbenkian, Lisboa, y la última Bienal de Venecia, Viva Arte Viva. Sus trabajos se encuentran en las colecciones del Centre Pompidou; Tate Modern; Fundación Jumex, México; Fondazione Sandretto Re Rebaudengo, Turín; Colección Costantini, Buenos Aires; Fondation Pinault, París; Sammlung Goetz, Munich y Coleção Berardo – Museo de Arte Moderno y Contemporáneo, Lisboa, entre otros.

    En 2009 fue premiado con la beca Guggenheim. 

  • Biografía Larry Muñoz

    Colombia, 1982. 

    Vive y trabaja en Bogotá, donde estudió Publicidad en la Universidad Jorge Tadeo Lozano.  En su trabajo, materiales orgánicos, mecánicos y objetos cotidianos se juntan para señalar cuestiones relacionadas con lo orgánico/artificial, lo escultórico/bidimensional y algunas otras ideas relacionadas con la producción artística y nuestra forma de contactarnos con el entorno.

    Entre sus últimas exposiciones están: Topofilia, Plural Nodo Cultural; Fuga Alba Saturniidarum, Voltaje Salón de Arte y Tecnología; Epifania tardía, Galería Beta; Salón de Artistas Jóvenes Colombianos, Instituto Cervantes de Tokio y I’ll call you as soon as the sun goes down, Centro Cultural Heiska (Hämeenkyro Finlandia). 

    Ha participado en residencias y exposiciones individuales y grupales en Finlandia, Brasil, Argentina, Japón y México.