• Presentación

    Desde los inicios de la UNTREF, una de sus consignas principales fue la necesidad de internacionalizar la institución para que nuestros docentes y estudiantes no quedaran anclados en insularidades locales. Los numerosos convenios de colaboración y proyectos conjuntos con universidades de Europa, Asia, África y América atestiguan esa voluntad.

    El proyecto Redes intelectuales. Arte y política en América Latina encuentra un lugar de preferencia en el marco de esta vocación. Permite el estudio desde una perspectiva en red con investigadores de diferentes países e instituciones y aborda una temática que es básica en múltiples campos disciplinarios de nuestra universidad.

    Por ello, es sumamente importante para nuestro museo albergar esta exposición y los debates que la acompañarán; comprometemos nuestro esfuerzo para el éxito de la importante tarea que ha iniciado la Fundación Getty, a la que agradecemos la confianza para ser sede de este programa.

    Agradezco a la doctora Diana B. Wechsler, quien nos acercó este proyecto en el marco de su esfuerzo constante en pos de categorizar el área de arte y cultura de la institución, y a la arquitecta Liliana Piñeiro por su colaboración en el diseño de montaje de la muestra.

     

    ANÍBAL Y. JOZAMI
    Rector UNTREF / Director MUNTREF

  • Redes en las tramas del debate moderno y de la internacional antifascista (1920-1930)

    Las revistas culturales
    En la década del veinte del siglo pasado, las revistas culturales se constituyeron como espacios clave para la identificación de distintas políticas de las artes y, con ellas, para el desarrollo y la promoción del debate moderno. Desde las páginas de cada una de ellas, distintos actores –escritores, artistas, críticos– fueron los responsables de definir posiciones y situar un medio con o frente a otros. Asimismo, son las revistas los vehículos privilegiados para favorecer los tránsitos de imágenes e ideas de una metrópoli cultural a otra y con ellos contribuir en el rico proceso de intercambios propio de esta etapa de la modernidad.

    “Madrid, meridiano intelectual de Hispanoamérica”
    En el ambiente de afirmación de discursos poscoloniales, los jóvenes intelectuales de las repúblicas latinoamericanas recibieron como una agresión el artículo “Madrid, meridiano intelectual de Hispanoamérica”, publicado por Guillermo de Torre en La Gaceta Literaria del 15 de abril de 1927. La reacción no fue casual: las búsquedas de las cualidades de lo propio, las indagaciones sobre lo local, habían impulsado interpretaciones históricas y sociales continentales. Las respuestas fueron variadas en su tono y en su presentación. La polémica dejó como huella numerosos artículos y comentarios impresos que hoy permiten reconstruir la trama de esa discusión transatlántica.

    Por la Internacional del Pensamiento y la defensa de la cultura
    A lo largo de 1921 apareció en diferentes revistas culturales de América Latina el llamado “A los intelectuales, artistas y estudiantes de América” por parte del grupo Clarté de París. Esta parte de la exposición busca acercarse a las redes construidas en torno al pensamiento de izquierda en la escena artística en América Latina en las primeras décadas del siglo XX. Se indaga cómo esto se manifestó en las revistas Amauta y Claridad en sus diferentes versiones latinoamericanas, El Gráfico y Universidad. En todas ellas se ven aparecer, como nodos comunes de las redes, las figuras de José Vasconcelos y José Carlos Mariátegui en las discusiones que están relacionadas con el deber ser del arte en América Latina y su compromiso con un cambio social.
    Avanzando sobre los años treinta, el fortalecimiento de los autoritarismos, la Guerra Civil Española, primero, y la Segunda Guerra Mundial, luego, redireccionaron la agenda del debate moderno haciendo de la política un tema excluyente. El viaje del muralista mexicano David Alfaro Siqueiros a Montevideo y Buenos Aires en 1933 y el del brasileño Cándido Portinari en la década siguiente son dos ejemplos de las formas que van asumiendo las redes de artistas e intelectuales, que se trazan entre el arte y la política. Con ellos, Lino Spilimbergo, Antonio Berni, Juan C. Castagnino, Demetrio Urruchúa, Raquel Forner y el exiliado Manuel Colmeiro son algunos de los que dieron forma a esta red de artistas en la región.
    La cultura apareció como un territorio en disputa y para su defensa emergieron numerosas agrupaciones de artistas, periodistas y escritores que, integrados en las redes de la internacional antifascista, dieron a conocer sus voces e imágenes en las páginas de numerosas revistas de gran circulación entre las metrópolis culturales de Europa y América Latina, aquí se presentan algunas de ellas.

  • Redes de solidaridad continental: Arte, intelectuales y activismo político 1960-1970

    Micropolíticas. Redes de arte correo
    Las propuestas editoriales y las revistas colectivas internacionales impulsadas por artistas durante la década del sesenta, principalmente en el Cono Sur (Chile, Brasil, Argentina y Uruguay) y en algunos otros países del continente, consolidaron las relaciones y los intercambios que devinieron en la red de arte correo en la década siguiente en América Latina.
    En el contexto de la Guerra Fría y la división del mundo en los bloques capitalista y socialista, Estados Unidos subvenciona directamente golpes militares en países de América Latina para blindar el continente contra la “amenaza comunista”. El resultado de esta intervención calculada es atroz: miles de muertos, torturados, perseguidos, exiliados. Un plan arrasador que afectó directamente a la comunidad artística preocupada por denunciar la opresión a través de la práctica estética.
    Cualquiera que no estuviera de acuerdo con los mandos militares podía ser considerado subversivo. La organización ciudadana fue criminalizada, el sistema de vigilancia del Estado se intensificó y todo comportamiento que escapara a los parámetros establecidos de “normalidad” podía estar sujeto a los aparatos de violencia de la dictadura.
    En las décadas de 1970 y 1980, algunos artistas y activistas que circularon diversas formas de crítica contra esa apremiante situación de opresión y censura fueron fuertemente perseguidos. La urgencia obligó a que la red intensificase las campañas de solidaridad por arte correo, sobre todo las relacionadas con aquellos directamente ligados a la comunidad artística. Así lograron denunciar mundialmente encarcelamientos, asesinatos, desapariciones y mecanismos de tortura perpetrados por las dictaduras.
    Esta sección reúne materiales de amplias campañas que circularon por todo el mundo. Materiales gráficos como poemas, estampillas, tarjetas postales y fotografías potenciaban los reclamos con el impacto de su cita multiplicada. Libros y revistas de artistas recopilaban la información circulada por la red de arte correo, con apartados que funcionaban como espacios de exposición y llegaban a territorios en los que en muchos casos no sería posible hacer públicos estos reclamos.
    El arte correo, en estos y otros episodios, puso en evidencia que la producción artística, cuando se propone disruptiva, experimental, contestadora, interventora, puede representar una amenaza real a las pretensiones de los regímenes y órdenes dictatoriales impuestos.

    Micropolíticas. La Habana-Santiago de Chile: el eje de la revolución
    En los primeros años setenta, al calor de las expectativas de transformación radical de la sociedad y relanzada la idea-fuerza de América Latina, se concretó una serie de encuentros e iniciativas colectivas impulsadas por artistas visuales y por otros intelectuales involucrados en la concepción de políticas culturales en torno a los proyectos revolucionarios sostenidos en dos faros: la Revolución cubana en 1959 y el triunfo electoral de la Unidad Popular en Chile en 1970. Alentados fundamentalmente desde Casa de las Américas (La Habana) y el Instituto de Arte Latinoamericano (Santiago), fueron convocados sucesivos encuentros de debate y producción que sirvieron para afirmar acuerdos sobre el rol del arte como una herramienta política eficaz y del artista como “trabajador de la cultura”.
    Además, estos eventos, que permitían el encuentro cara a cara de artistas de diversas latitudes y la fricción de poéticas alternativas, facilitaron la conformación de redes de afinidad de las cuales surgieron distintas iniciativas y agrupamientos comprometidos con el desarrollo de movimientos sociales y políticos de la época. América Latina No Oficial (impulsada por Julio Le Parc desde París) y el Frente Antiimperialista de Artistas de Rosario-FADAR (integrado por Juan Pablo Renzi, Graciela Carnevale y otros ex miembros del Grupo de Arte de Vanguardia de Rosario) son ejemplos importantes de esta dinámica. En este marco también surgieron formas institucionales, como el Museo de la Solidaridad.
    Cumplieron un rol crucial para impulsar estas formas de acción común intelectuales como el chileno Miguel Rojas Mix, el cubano Mariano Rodríguez, el argentino Aldo Pellegrini y el brasileño Mário Pedrosa, y artistas como Ricardo Carpani, Luis Felipe Noé, León Ferrari, las Brigadas Ramona Parra, Pedro Alcántara Herrán, el Taller 4 Rojo, entre muchos otros.
    El golpe de Estado contra Salvador Allende (1973) fue un acontecimiento definitivo que precipitó tomas de posición y modos de producción entre estos colectivos desencadenando distintas acciones solidarias y urgentes con el pueblo chileno.