• Presentación

    La historia de una ciudad es también la historia de su gente, de las maneras de habitarla y a la vez de constituirse como ciudadanos. Tramos de esta historia, o más bien, instantes de ella, están registrados por la inteligente mirada de Sameer Makarius, quien pudo identificar ángulos, gestos, luces y sombras de nuestra ciudad de Buenos Aires.
    La editorial Eudeba fue receptiva de su trabajo y en 1963 editó el libro Buenos Aires, mi ciudad que llegó a vender más de 67.000 ejemplares.
    En el libro, las fotografías de Sameer Makarius ponen de manifiesto una ciudad que hoy se nos escapa y muestra, a través de su mirada atenta y sensible, lugares, escenas, gente y vida cotidiana de aquella época.
    A 50 años de su primera edición, el encuentro virtuoso entre Diana Wechsler y su hijo, Karim Makarius, acercó a nuestra Universidad este rico proyecto y la oportunidad de poder contar con su valiosa colaboración para poder, con este libro, reponer en la mirada contemporánea aspectos fugitivos de nuestra identidad. Eduntref, la editorial de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, presenta la reedición de un libro pionero de la fotografía en la Argentina: Buenos Aires, mi ciudad y también de Buenos Aires y su gente, publicado en 1960. La riqueza de las imágenes de ambos libros se nos impuso de tal manera que desde MUNTREF decidimos exhibir, acompañando esta presentación, una selección de ellas.


    ANÍBAL JOZAMI
    Rector UNTREF / Director MUNTREF

  • Sobre la muestra

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    Santa Fe
    “Dentro de la historia nacional, donde tantas calles han sido escenario de hechos gloriosos o dieron ambiente a una época, Santa Fe pasó inadvertida. Era campo abierto, sobre el linde de la ciudad; luego se transformó en camino y se pobló de quintas. Con el tiempo, el camino se hizo calle, y las quintas, caserones señoriales: por su ruta se llegaba a los portones de Palermo, y a través de ellos se iniciaban viajes hacia los pueblos suburbanos que año tras año iban integrándose a la populosa urbe”.
    Rubí M. Rubens

     

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    Avenida General Paz
    “Buenos Aires tiene por lindes: un río, ‘el más ancho del mundo’; un arroyo, seguramente uno de los menos ‘fragantes’ del universo; y, finalmente, una avenida de 100 metros de ancho y veintitrés kilómetros y medio de extensión. (…) Es la única ‘frontera’ terrestre de las que rodean la Capital (…). No cabe duda de que este límite ciudadano es una de las más preciadas características de nuestra inmensa urbe”.
    Mirador porteño. La Nación

     

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    Parque Rivadavia
    “Frente al Parque Lezica, en el barrio de Caballito, provistos de las revistas ya leídas y ávidos de nuevas historietas y aventuras nuevas, acuden los niños a la feria donde las transacciones se realizan con la seriedad y la responsabilidad propias de esa grave forma de la vida en que consiste el juego de los niños”.
    Sameer Makarius

     

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    Obelisco
    “El obelisco de cemento de la Plaza de la República –el Obelisco, por antonomasia– erigido en 1936 por un arquitecto audaz en homenaje al 4º Centenario de la primera fundación de la ciudad, se ha convertido en el símbolo de Buenos Aires como la Tour Eiffel lo es de París. Situado en el cruce de dos avenidas capitales, el blanco índice de su geometría perfecta apunta al cielo, desde el corazón de la ciudad, como una expresión de su voluntad de engrandecimiento y de severa armonía”.
    Sameer Makarius

     

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    Río de la Plata
    “El Río de la Plata, el río más ancho del mundo, el ‘río como mar’ de los indígenas, el ‘Mar Dulce’ de su descubridor Juan Díaz de Solís, el ‘río color de león’ del poema de Leopoldo Lugones, cuenta con playas dilatadas y de suavísimo declive donde es posible, a quienes carecen de tiempo o de rentas cuantiosas, tomar sus baños y asolearse como millonarios, a un paso de la ciudad, en breves y módicos veraneos dominicales”.
    Sameer Makarius