• Presentación

    Marcia Schvartz es una de las grandes artistas surgida en los ‘80 de la mano la llamada “nueva imagen”, que floreció después de los años dictatoriales. Los cuadros de sus comienzos están poblados de personajes suburbanos de clase media baja (señoras de barrio, colectiveros, militantes de unidades básicas), para después centrar su atención en toda clase de lúmpenes que pululan en los márgenes de las estaciones, las bailantas y los hoteluchos de mala muerte de Once y Constitución, puntos de encuentro de la mayoría de sus modelos.
    Seguramente buscando una raíz americana, y en un brusco cambio de timón dejó el modelo vivo, empezó la serie “Los morochos”. Unos oscuros muchachos de bocas violáceas y cabelleras hirsutas, poblaron sus telas hacia fines de los ochenta. De allí partió su zaga guaranítica, donde los ríos, las caídas de agua, la floresta y mujeres de marcados razgos americanos son protagonistas, en cuadros donde se mezclan lo telúrico con un erotismo poético y elemental.
    Casi al mismo tiempo que navega por el Paraná, Marcia comienza sus peregrinajes a Salta, Jujuy, Córdoba, traduciendo en pinturas y collages su visión de los áridos paisajes del norte argentino, con relucientes pedregales castigados por soles despiadados, habitados por alucinantes cactus animistas; pinturas que tambien están atravesadas por imágenes nocturnales, apenumbradas por lunas llenas y anaranjadas.
    Comenzado este siglo, Schvartz ha radicalizado su pintura, sin hacer concesiones al ojo, ni al mercado. Aparecieron manchas de alquitrán junto a imágenes de pesadilla, unido a un desplazamiento hacia un expresionismo viceral, casi abstracto.
    Lo último, después de incursionar con ciertas imágenes tangueras, son profundidades marinas o tal vez, espirituales. Enormes cuadros trabajados sobre estructuras de madera, metal y yeso, cubiertos de resina epoxi, parecen reseñar recodos olvidados de nuestro subconsciente, sumergido en una atmósfera liquida y espectral. En esos litorales, como en un fondeadero, se acumulan objetos de ensueños indescifrables, quizá con la vana esperanza de ser recogidos y reconocidos por alguien, y así volver a transitar los ciclos de las cosas vivas.

     

    Eduardo Iglesias Brickles

  • Muestra

     

    Tipo de muestra: pinturas, cerámicas y dibujos

    Cantidad de obras: 90

    Producción: Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero

    Curador: Gabriel Levinas

    Coordinación: Hélène Andjell