Luego de la magnitud y repercusión de la Muestra “Picasso. La mirada del deseo” pensamos que era importante presentar el arte en proceso. Frente al artista supremo volvemos al lugar donde se gesta el arte a través de la educación. Arte en proceso y proceso de enseñanza y aprendizaje del arte, he aquí dos pilares de esta Muestra. Nuestra Universidad le ha dado una gran importancia a la formación artística, por eso, pusimos la mirada sobre la Licenciatura en Artes Electrónicas y comprobamos que en los distintos estadios de la carrera y en sus diferentes talleres, los estudiantes tienen proyectos y producen obras con notable calidad creativa. Este nivel de dominio tecnológico, invención y percepción artística es lo que pretendemos estimular con esta Exposición en el MUNTREF. Alentarlos y fortalecerlos en su despegue. Y al mismo tiempo mostrar un arte propio de nuestra época que implica su articulación con la ciencia y la tecnología. Señalo especialmente la tarea de los profesores que se encuentran en el eje de “Hay máquina”, en particular los que están al frente de los talleres en cuyo medio se han gestado estas obras. La laboriosa tarea de elección, cuidado y diseño de la curadora, el trabajo conjunto y solidario de alumnos, profesores y coordinadores de las Licenciaturas en Gestión del Arte y la Cultura y en la Licenciatura en Música, conducidos por Norberto Griffa, quien fuera en su momento el creador e impulsor de Artes Electrónicas en nuestra universidad. La Educación es nuestra esperanza, nuestra posibilidad de futuro y también nuestra realidad. ANÍBAL Y. JOZAMI Rector UNTREF / Director MUNTREF

No hay línea recta, ni en las cosas ni en el lenguaje
Gilles Deleuze
 
La exposición compuesta por trabajos de los alumnos de la licenciatura en Artes Electrónicas subraya la efervescencia, curiosidad y reflexión en los diferentes procesos creativos que se desarrollan a lo largo de la carrera.
Hay máquina, hablamos de procesos, de procedimientos, de mecanismos. Una máquina de posibles, alimentada por las propuestas de los estudiantes, formada, deformada, y transformada.
Una muestra que resuena, una máquina en la cual nos deslizamos y de la cual salimos de alguna manera transformados.
Un recorrido posible.
 
RESPIRAR LA AUSENCIA
La presencia humana no está revelada. Apenas hay personas en las obras, no hay paisajes, ni contemplación, ni reflexiones sobre la identidad. Apenas reflexiones sobre la memoria, sobre el acto de recordar, sobre lo humano, sobre su ausencia. Y sobre la memoria de esto. Y sobre esta memoria en un espacio, a su vez vacío.
Alguna imagen recuperada, un objeto rescatado y cierta nostalgia de la niñez. De los juegos, de la posibilidad de jugar. Armar, desarmar, encastrar, traducir, reinventar sistemas y mecanismos. Todo pareciera ser objeto de disección. Hay lupas, pinzas, bisturís. Pero siempre se mira hacia adentro, se trata de comprender los funcionamientos, y a partir de ahí, quizás, encontrar un modo de comprender la vida, en general.
 
INSCRIBIR LA AUSENCIA EN UNA PRESENCIA
Buscar los gestos, los objetos que han sido abandonados por los cuerpos, los cuerpos abandonados. Los últimos destellos, algunas luces, la posibilidad de a pesar de todo seguir brillando. Un acto de presencia, una huella de lo que en algún momento ha sido. Una posibilidad, aquella de iluminar un camino.
 
SOBRE EL BRILLO EN LA OSCURIDAD
El reflejo
La imagen del otro la propia imagen. El video como experiencia más que como espectáculo.
El video como lugar de memoria, un lugar por el cual volver a pasar, transitar. Imágenes apenas perceptibles, rostros, gestos, dudas. Aquí no es fundamental el mecanismo sino la imagen y lo que ella recupera. Imprimir de luz, ver para recordar, imprimir la memoria. Las obras en video de la muestra tienen eso: reocupan espacios, transitan lugares de memoria, articulan situaciones, piensan (son imágenes que piensan) proponen relaciones entre pasados presentes y futuros, indagan la identidad, penetran en meandros, e incertidumbres.
Ver la luz, ir hacia la luz, mirar para atrás y construir hacia adelante.

GABRIELA GOLDER
Curadora