• Presentación

    Esta exposición que se realiza a menos de un año de la desaparición física de Carlos Gorriarena es bastante más que un homenaje a uno de los grandes artistas argentinos del siglo XX.

    La rigurosidad curatorial de la muestra permite bucear en la búsqueda de nuevas perspectivas y redescubrimientos de sus distintas pautas creativas.

    Hubiéramos querido inaugurarla con Gorriarena festejando entre nosotros con su vitalidad desbordante; nos reconforta saber que él supo de nuestra intención.

    La realización de esta muestra y la edición del libro que la acompaña ayudarán a difundir aún más su obra, haciendo que el vasto público del conurbano bonaerense pueda apreciarla y sentirse identificado con ella y con sus intenciones.

    Este ámbito universitario es el mejor espacio para brindar el más sincero y profundo reconocimiento a un creador que tanto a través de su obra cuanto de su tarea docente demostró su amor y su compromiso con el tiempo que le tocó vivir y con todos nosotros.

     

    ANÍBAL Y. JOZAMI
    Rector UNTREF / Director MUNTREF

  • Sobre la muestra

    IMÁGENES RECURRENTES, OBSESIVAS APARICIONES QUE SE PRESENTAN EN EL PLANO UNA Y OTRA VEZ COMO SI LA REALIDAD SE IMPUSIERA CAPRICHOSAMENTE A LA PINTURA Y ÉSTA A SU VEZ ENSAYARA CON INSISTENCIA REVELARSE. AQUÍ EL NUDO ARGUMENTATIVO DE ESTOS ITINERARIOS QUE RECORREN LAS FUENTES DE LAS IMÁGENES DE CARLOS GORRIARENA Y SUS PRESENCIAS PERSISTENTES EN EL TIEMPO.

     

    Carlos Gorriarena. Itinerarios de la mirada

    Un variado repertorio de imágenes alimentó la obra de Carlos Gorriarena. La pesquisa en torno a algunas de sus selecciones sobre piezas del pasado y del presente y sobre las formas de la mirada desplegada por este artista es la que da sentido a esta recuperación de sus itinerarios.
    Entre sus fuentes, las fotos de prensa ocupan un sitio de privilegio. Reunidas en varios cuadernos encontrados en su taller, introducen la diversidad de lo contemporáneo. Sus cuadernos recogen esta complejidad para repensarla, con la convicción de que es necesario reapropiarse de lo real para plantear nuevas e inquietantes miradas.
    Unas veces la foto es el punto de partida para retratar a un individuo y con él revelar alguna cuestión. Otras, el tema es centralmente la pintura y el motivo se presenta como coartada para ponerla en juego. Estas acciones sobre las imágenes son las que habilitan las citas, las parodias y distinto tipo de operaciones realizadas sobre ellas. Estos bancos de imágenes, registran además escritos y pequeños bocetos que muestran algunas de las obras previstas, así como la recurrencia de esquemas compositivos y figuras de cuadros pintados
    años antes. La presencia obsesiva de algunas imágenes lleva a pensar que a veces la realidad se impuso de modo pertinaz a la pintura y ésta a su vez ensayó con insistencia revelarse. La resonancia del pasado en el presente y con él de unas imágenes en otras, parecería haber sido uno de los leitmotiv del trabajo de Gorriarena.
    Forma y color son dos de los problemas de la pintura, a los que sumó el del espacio y sobre los que reflexionó en sus textos, en los estudios realizados a partir de fotografías, en los esquemas y bocetos que dieron paso luego a las obras. Esta muestra intenta recuperar aspectos de las etapas de su proceso creador.
    Así, la fotografía se convierte en un recurso sobre el cual trabajar y seguir pensando la pintura. La forma, el uso de los colores, el paso de valor a color, aparecen como desafíos para replantearse la figuración y con ella la cuestión de la tensión entre naturalismo y abstracción.
    A lo largo de su intenso proceso de investigación de imágenes, formas, composiciones, es posible encontrar temas que dan continuidad a esas búsquedas y señalan algunos de sus recorridos.
    Los itinerarios aquí trazados eligen como punto de partida la mirada del artista entendida como síntesis de sus preocupaciones vitales. Una mirada que seleccionó obras del pasado y referentes contemporáneos. Una mirada que lo condujo a repensar el presente que a diario se atomizaba en las fotografías de la prensa con la perversa destreza de yuxtaponer la imagen de una tragedia con la del último nacimiento en algún zoológico del mundo, convirtiéndola así en una serie más o menos anecdótica, sin principio ni fin, y por ende sin muchas explicaciones posibles.
    Frente a aquella sucesión descabellada de imágenes que aportan señales de experiencias en general no vividas por el espectador, Gorriarena eligió hacer su propia selección pensando cada fragmento de realidad que ellas proveyeran como indicios para acceder a otras dimensiones de lo histórico y con ellas a otra densidad de la experiencia humana. Así las composiciones que interpelan al poder y a los poderosos, como aquellas que se internan en los diminutos gestos de la intimidad. De esta forma, la fotografía de prensa señalada por el
    artista, al convertirse en fuente de su trabajo, adquiere la dimensión vital que en las páginas de diarios y revistas se limita. Cada imagen se recrea y aparece impresa en el trabajo de Gorriarena. En sus garabatos, dibujos y pinturas, en las búsquedas plásticas, los problemas compositivos, el ajuste de los colores, en el
    trabajo sobre los espacios y la elección de los materiales, su mirada se revela como registro de una arqueología de lo efímero fijando en cada hallazgo un punto desde el que poder seguir pensando.

    DIANA B. WECHSLER
    Curadora

  • Obras

    Tipo de muestra: Óleos sobre cartón
    Cantidad de obras: 42