• Presentación

    La UNTREF, en conjunto con la Fundación Esteban Lisa, presenta esta muestra retrospectiva que ofrece un recorrido abarcador de la temática de este particular y original artista, cuya obra está adquiriendo real importancia con el paso del tiempo.

    Esteban Lisa, de origen toledano, adoptó nuestro país como lugar de creación y experimentación; y su hacer no se centró sólo en la práctica artística, que fue evolucionando y enriqueciendo conceptualmente a lo largo de los años, sino que privilegió también la perspectiva del arte como instrumento de educación para los jóvenes.

    En un ámbito como el del MUNTREF, que pertenece a una institución universitaria especialmente dedicada a la búsqueda de nuevos elementos y metodologías para la formación, presentar la obra de Esteban Lisa era casi un deber. Su concepción del arte como el elemento básico del desarrollo personal coincide ampliamente con el ideario de este museo, que al actuar como ámbito de reflexión, complementa el proceso de formación que llevan a cabo las distintas áreas de la universidad.

    Quiero expresar mi reconocimiento a los amigos Mario Gradowczyk y José Emilio Burucúa, por su valiosa colaboración para concretar esta muestra, y recordar a Irma Arestizábal, gran mujer del arte argentino y latinoamericano, que nos dejó recientemente, y cuyo prólogo integra nuestro catálogo.

     

    ANÍBAL Y. JOZAMI
    Rector UNTREF / Director MUNTREF

  • Sobre la muestra

    Decía Esteban Lisa: el arte no es cosa, es un estado y es en las cosas donde el hombre manifiesta ese estado. ¿No sería acaso oportuno visualizar el corpus integral de su obra como un gigantesco diario, que resultaría ser el vehículo más apto donde dejar registrados esos estados con sus alegrías, sus sufrimientos, sus cambios de humor, pero que responde a un único propósito estético? Y un diario personal de tal magnitud, donde a cada período estilístico le corresponde un nuevo capítulo de su inquebrantable saga, sólo puede darse a conocer cuando se termina la última anotación. Esta sería una primera justificación del porqué el maestro nunca dio a conocer su obra al público.
    Se trataría, entonces, de una obra integral, difícil de aprehender en su plenitud si se la piensa como un conjunto de elementos independientes. Cada una de las etapas descriptas en las secciones anteriores serían volúmenes sucesivos que forman parte de su diario, volúmenes que están integrados por pinturas asimilables a los términos de una serie. Podría decirse entonces que su corpus responde a un proceso seriado que se ve reflejado en sus diversas variaciones estilísticas y prácticas pictóricas. Las series responden a conceptos de infinitud, de repetición y de diferencia y se caracterizan por el empleo de soportes, tamaños y medios similares.
    En esas secuencias el tiempo es la variable independiente que rige el proceso, su devenir. Se trata de una narrativa que se reconoce por las diferencias que se establecen entre las repeticiones. Cuando se introduce este concepto para analizar el corpus de Lisa, el uso de la secuencia numérica o el de una progresión son sólo una simplificación; más bien se trata de una sucesión de trabajos que reflejan sus cambiantes estado de ánimo, las huellas de esos estados que se traducen en las cosas a que se refería el artista. Pero no son sólo las características matéricas y los procesos temporales utilizados los que otorgan sentido serial a los trabajos del artista, sino también la insistencia con la que se repiten operaciones pictóricas cuyo resultado podría leerse como formas semejantes que reaparecen en el tiempo. Precisamente esta muestra se ocupa de las unidades semánticas fundamentales que pueden leerse en el corpus, son formas que se repiten. Así, en la pared central se exhiben seis grupos de pinturas de diferentes períodos agrupadas según las unidades siguientes: Triángulos y velas, Barriletes, Figuras, Soles, Lunas y estrellas, Caras y Ventanas, que serían fruto de lo azaroso de su proceso creador. Pero este análisis empírico dista de ser absoluto; parece posible articular otras conexiones, otras unidades semánticas, otras semejanzas.

    MARIO GRADOWCZYK
    Curador

  • Sobre Esteban Lisa

    Esteban Lisa nació en Hinojosa de San Vicente (Castilla – La Mancha) en 1895, y llegó a Buenos Aires de niño. Tomó clases de arte con Guillermo Butler. Trabajó como cartero y bibliotecario del Correo Argentino; por las noches enseñaba arte en una escuela nocturna para adultos ubicada en Villa Crespo.
    No resultaba fácil ser artista abstracto en la Argentina de los años ’30 y los ’40, si se tiene en cuenta las políticas del gobierno y de la mayoría de las instituciones culturales del país. Podría pensarse que ese clima desfavorable habría influído en su decisión de no exhibir sus obras de forma pública, pero creemos que la razón sería otra, como la exposición del MUNTREF intenta demostrar, ya que su carácter diarístico y serial le impedía mostrarla de modo fragmentado. Su proceso creativo era de carácter experimental, continuo y de busca permanente, el que finalizaría sólo con su última pintura.
    El caso Lisa es único: creó un cuerpo de obra abstracta en absoluto aislamiento de la escena artística argentina, que ha alcanzado reconocimiento internacional con exposiciones en diferentes museos argentinos: Museo Nacional de Bellas Artes, Museos Caraffa, Rosa Galisteo de Rodríguez y Castagnino y la Casa de Victoria Ocampo del Fondo Nacional de las Artes; el Museo Torres-García de Montevideo; la Fundación Antonio Pérez de Cuenca, España; la Americas Society de Nueva York; el Museo Rufino Tamayo de México D.F.; en galerías de Buenos Aires, Madrid, Barcelona, Londres, Nueva York, Houston y en ferias internacionales.
    Isaac Zylberberg, uno de sus discípulos, explica en “Esteban Lisa: mi maestro” (Cuadernos del Hocinoco Nº 23, Fundación Antonio Pérez, Cuenca, 2008) que la falta de interés de Lisa por el reconocimiento público reflejaba sus principios éticos. Lisa, que se inspiraba en la filosofía y el misticismo, no quería involucrarse en aquello que percibía como aspectos negativos de la naturaleza humana relacionados con la carrera profesional de un artista; sin embargo, propició que sus estudiantes mostraran su obra.
    Lisa concentró sus esfuerzos en la enseñanza del arte mientras trabajó su corpus en silencio. Después de retirarse del servicio postal fundó en 1955 la Escuela de Arte Moderno “Las Cuatro Dimensiones” , que se transformó en un espacio de reunión de artistas y pensadores y, años más tarde, el Instituto de Investigaciones de la Teoría de la Cosmovisión. Valoraba la filosofía, la poesía y la ética tanto como el dibujo y la pintura. su intención no era preparar artistas sino alentar el pensamiento. Cuando él criticaba el trabajo de sus alumnos citaba textos de Kant, Schiller y Husserl, recitaba los preceptos del Budismo Zen, e insistía en que sólo cuando uno ha incorporado algo en su interior puede sacarlo a la luz y hacerlo visible. Su intención no fue preparar artistas sino alentar el pensamiento. Falleció en Buenos Aires en 1983.
    En el año 1986 se creó la Fundación Esteban Lisa, iniciativa de tres discípulos del artista: Horacio Bestani, Isaac Zylberberg y Francisco Pellegrin. Tiene su sede en la calle Rocamora 4555, en el barrio de Almagro (Ciudad de Buenos Aires, Argentina, www.estebanlisa.com).La institución tiene por objetivo convertirse en un espacio donde se promueva la educación estética del ser humano, respondiendo así al deseo del artista y a difundir su obra pictórica y su pensamiento estético.