• Sobre la muestra

    Archivo, tiempo, historia, memoria confluyen de diversas formas en los trabajos de los cuatro artistas elegidos para este breve ensayo curatorial. Las imágenes luminosas invaden las salas: proyectadas desde un viejo televisor de tubo de rayos catódicos (Nicolás Bacal), sobre un sinfín
    en movimiento construido por una película de celuloide de 16 mm (Andrés Denegri), desde un proyector HD logrando una extensa superficie (Gabriela Golder) o emitiéndose desde una pantalla de plasma (en el video de Graciela Taquini).
    En cada caso, la obra presenta un tema, ofrece una narración, pero a su vez, incita a una reflexión sobre el medio con el que se trabaja, el proceso creador, el problema de las imágenes.
    Las partículas elementales de Golder se enfrenta a Ëramos esperados (plomo y palo) de Denegri. Una historia del país como historia del trabajo, en la primera; la irrupción de la violencia en cada impacto –del plomo, el palo y la luz–, en el relato de Denegri. La materialidad de uno y otro trabajo revela una ajustada elección expresiva en la que la imagen neta, límpida de una, reforzada por una sonoridad sutil y con cierta resonancia maquínica y marcial a la vez, entra en tensión o se presenta como contrapunto de la situación fragmentada, casi inasible de la que emergen disparos que marcan acentos en el ritmo desigual de la frotación de la película en su correr por la estructura de hierro y del motor que la impulsa.
    La idea de un sinfín, presente en este trabajo, aparece también en el de Taquini. Su Sísifa es la actualización del mito clásico, con un personaje eternamente atrapado en su historia y su condena y a la vez, alude al propio soporte, al loop del video, el suyo, los otros, todos. También El paso del tiempo de Bacal, que repite una y otra vez ese minuto de reloj amputado en un video instalado en un viejo televisor que se presenta
    como abandonado en el espacio.
    Cada una de estas obras se ofrece como un rico ensayo que procede del montaje de imágenes de archivo, objetos y materiales (físicos y conceptuales, reales e imaginarios) de otros tiempos, en colisión con tecnologías diversas –unas en desuso, otras actuales–. Son ensayos iluminados, que, como tales, invitan a pensar en los lugares de las imágenes en el tiempo contemporáneo.
    DIANA B. WECHSLER
    Subdirectora de Investigación y Curaduría Muntref

  • Obras

    ANDRÉS DENEGRI
    Éramos esperados (plomo y palo),2013
    Instalación fílmica.
    Proyector de cine 16 mm, película 16 mm, carretes, estructuras metálicas tubulares, andamio, sistema motorizado de paso de película.
    (Esta obra fue originalmente producida por Fundación OSDE Espacio de Arte. El artista contó con la colaboración de CheLA)

    La película que sale del proyector de 16 mm se dirige hasta la estructura tubular que está instalada frente a él, a unos ocho metros de distancia. Los parantes de la estructura están unidos por dos travesaños, con los que constituyen un cuadrado metálico de dos metros de base y dos metros de altura, perpendicular a la lente del proyector. Por detrás de él, un eje motorizado impulsa el film. Esa superficie es ocupada por la película que sube y baja varias veces, entre travesaño y travesaño, para cubrir el vano rectangular y generar la pantalla sobre la que impacta la imagen que surge del proyector. Así, la película se proyecta sobre película. O bien, las acciones se forman sobre una superficie generada por el mismo celuloide que las contiene. Lo que vemos como imagen proyectada es el resultado de lo que se desarrolla por debajo de esta, del fotograma físico y de la mecánica que lo arrastra.
    Lo que vemos sobre la pantalla formada por tiras de celuloide son imágenes de represión policial y militar durante movilizaciones obreras y sociales realizadas a lo largo de todo el siglo XX. Cada plano dura apenas un instante, solo el gesto del golpe o del disparo. En la trama de fotogramas que conforma la pantalla, la mano ejecutora de la violencia se mezcla y confunde con el castigado. Ambos constituyen la masa de imágenes fijas, es imposible diferenciarlos en las mínimas dimensiones del fotograma. La luz pega sobre la película. Violencia sobre violencia. Sin eximir culpas, represor y reprimido, al ocupar un mismo estrato social, son ambos víctimas de otros, que no ponen el cuerpo ni se manchan las manos.

     

    GABRIELA GOLDER
    Las partículas elementales, 2011
    Video.
    14 minutos en loop
    Sonido estéreo. Música original: Santiago Pedroncini
    Realizada a partir de imágenes en 35 mm del noticiero Sucesos argentinos (1938-1972)

    Fábricas, engranajes, cuerpos en movimiento, manos que hacen, miradas atentas. Un obrero se acerca a la máquina, que hierve, echa fuego. Un trabajador rural recoge los frutos de la siembra. Inclinado, su rostro casi a ras del piso. Otro obrero, otro. Mujeres obreras, la máquina en movimiento.
    ¿Cómo entender la historia de un país a través de la historia del trabajo?
    Las partículas elementales es una obra que reflexiona sobre el mundo del trabajo y está construida a partir de imágenes del archivo de Sucesos argentinos, noticiero emitido en la Argentina entre las décadas del treinta y del setenta.

     
    NICOLÁS BACAL
    El paso del tiempo, 2007
    Video digital en televisor de tubo de rayos catódicos.
    1 minuto
    Me filmé caminando y sincronizando mis pasos con el segundero de un reloj despertador cuyas agujas de hora y minuto fueron amputadas. El paseo es en sentido horario dentro de una habitación. El video se exhibe en un televisor de tubo de rayos catódicos doméstico colocado en posición vertical para acentuar el efecto de la cámara subjetiva.

     
    GRACIELA TAQUINI
    Sísifa, 2007
    Video monocanal, color, 1:20 minutos
    Performer: Anabel Vanoni
    Cámara: Gastón Duprat
    Dirección de fotografía: Axel Chaulet
    Postproducción: Andrés Lapenna
    Arte: Natalia Rizzo
    Asistente de producción: Matías Tapia
    Storyboard: Marina González
    Producción ejecutiva: Televisión Abierta-Grata Producciones
    Agradecimientos: Alejandro Montes de Oca, Elda Harrington, Patricia Villaseñor
    Producido para FemLink, Francia, Veronique Sapin.
    Sísifa no solo es mi alter ego sino la versión electrónica, contemporánea y personal del mito de Sísifo, uno de los más vigentes de nuestra cultura, desde Sartre en la literatura hasta Buster Keaton en el cine o Antoni Abad en video. Se refiere al esfuerzo inútil, a los logros y caídas de una vida que no tiene un camino recto. En este caso, una mujer atrapada entre pantallas intenta salir (¿o entrar?) utilizando sus armas más propias para ser rescatada finalmente. S.O.S Sísifa es un pedido de auxilio y, al mismo tiempo una afirmación identitaria.