Alimentación saludable, ecología y soberanía alimentaria, las claves del Taller de Huerta

A través de esta actividad la UNTREF les enseña a sus estudiantes a desarrollar un pensamiento crítico del sistema productivo y a entablar un contacto con la tierra y con los alimentos que nacen de ella.

07-09-2020

Casi 50 estudiantes aprenden a distancia a planificar y a diseñar su propia huerta, a manejar y reutilizar residuos, a comprender cuáles son las mejores temporadas de siembra, a conocer técnicas de reproducción de semillas y a aprehender conceptos teóricos sobre cultivo biointensivo y biodiversidad. Desde sus inicios en 2018, y con el respaldo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), por este Taller ya pasaron más de 150 alumnos, quienes se recibieron de Promotores de Huerta Agroecológica y se encargan actualmente de difundir los beneficios de la alimentación saludable y la soberanía alimentaria al resto de la comunidad.

Impulsada desde la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil, esta opción académica se dictó desde sus inicios de forma presencial en la Sede Lynch, pero dada la situación de aislamiento obligatorio los estudiantes y coordinadores mantienen las clases a distancia en un periodo de cursada anual que se desarrolla de abril a noviembre. Con un eje temático interdisciplinario distinto cada mes, se abordan áreas como ecología, biología, botánica, edafología, química, sociología, nutrición, microbiología, fisiología y medioambiente.

"Pretendemos inculcar un pensamiento crítico del sistema productivo y del vínculo con la naturaleza, generando herramientas para comprender el significado de la soberanía alimentaria y la alimentación saludable como construcción social, respetando los conocimientos ancestrales, campesinos y científicos", indicó el coordinador del Taller, Darío Muente, quien además explicó que cada alumno tiene un cuaderno de campo para registrar el trabajo diario y los sucesos, proyectando contar a largo plazo con una base de datos que detalle antecedentes y evidencias objetivas de las prácticas realizadas.  

Muente, además, sostuvo que a lo largo de la cursada se desarrollan las herramientas técnicas para acompañar, multiplicar y orientar el trabajo del huertero en sus casas y la construcción de la huerta familiar para producir alimentos sanos en las ciudades. "La agroecología en la UNTREF aparece a partir de este proyecto académico y comunitario. Desde allí se comenzó a observar la importancia de tener una huerta en la casa, señalando los beneficios para nuestra salud, el trabajo en equipo y la discusión en torno a la soberanía alimentaria, el rol de las semillas para la vida de los pueblos, y las drásticas consecuencias del modelo productivo industrial para el medio ambiente", agregó.

Para María Belén Chiodo, nutricionista que pertenece al Programa UNTREF Saludable, este tipo de actividades promueve el consumo de alimentos estacionales que contribuyen a la economía familiar a través del autoabastecimiento. Para la especialista, el Taller "es una oportunidad de conectarse con los alimentos en su mayor estado natural, revalorizando la calidad de nutrientes que aportan a nuestro organismo; y resulta interesante que también participan niños y adolescentes ya que hoy en día ellos son los que consumen más alimentos industriales ultraprocesados".

Precisamente, otra de las características que tiene esta actividad es que promueve la interacción familiar y el aprendizaje intergeneracional –ya que las personas que asisten a las clases pueden compartir la actividad con sus hijos– y que tiene perspectiva de género valorando y destacando el rol de la mujer campesina, científica y docente.    

Estudiante de la carrera de Administración y Gestión de Políticas Sociales, Paola Valletta decidió sumarse también al Taller de Huerta Agroecológica, al que define como una "revalorización permanente del medioambiente, la naturaleza, la cultura de cada lugar y las personas que lo habitan en el marco del amor y el respeto por la ecología". La alumna explicó que se anotó para tener su propia huerta, pero con el correr de las clases y gracias al material de estudio recibido encontró razones para proponer y defender la soberanía alimentaria "como respuesta al paradigma neoliberal agrotóxico de alimentación que nos tiene cautivos". 

Entendiendo, por otro lado, que la semilla es de fundamental importancia para el hombre no sólo porque constituye el principal método de propagación de las plantas, sino porque también es importante fuente de alimento, desde el Taller se lleva a cabo la construcción de una casa de semillas, fruto de la producción de los alumnos y del intercambio con otros espacios. "Se realizan entregas de semillas producidas y cosechadas a los participantes del Taller y en los diferentes barrio del partido de Tres de Febrero en una acción realizada junto al INTA", agregó Muente. 

"Antes pensaba que para tener una huerta era necesario un terreno o jardín. Ahora aprendí que mi hogar es mi propia huerta, sembrar es un acto de rebeldía, en un cajón, una maceta, o varios metros cuadrados, con los cuidados necesarios, podemos obtener alimentos saludables. Hacerlo es nuestro derecho", concluyó Paola Valletta.