Estela de Carlotto y un libro que celebra la vida y la ciencia

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo encabezó en la Universidad el relanzamiento de "Una pregunta. 30 años", libro institucional del Banco Nacional de Datos Genéticos.

27-09-2019

La presentación oficial de la 2a edición de la memoria institucional del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) tuvo como oradora principal a Estela de Carlotto, presidenta de la organización no gubernamental Abuelas de Plaza de Mayo, y sirvió para destacar el rol fundamental de la ciencia, la militancia y el compromiso social en la búsqueda de la memoria, la verdad y la justicia.

Tras la apertura del vicerrector de la Universidad, Martín Kaufmann, quien dijo que "es un orgullo para la UNTREF ser sede del relanzamiento del libro", la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo tomó la palabra y expresó que "el mejor premio que podemos tener es el encuentro con nuestros nietos, y hoy los podemos hallar con la tranquilidad de no equivocarnos. Esto se debe a que tenemos un Banco Nacional de Datos Genéticos que es único en el mundo".

En el Auditorio de la Sede Rectorado Centro y con un público emocionado ante cada uno de sus dichos, Estela de Carlotto relató cronológicamente de qué forma se gestó este espacio fundamental para la restitución de la identidad y para el esclarecimiento de delitos de lesa humanidad. "Luchamos contra la atrocidad por la que atravesaron muchas madres, quienes sufrieron el robo de sus bebés durante la última dictadura cívico-militar. Fuimos aprendiendo juntas, y les puedo asegurar que cuando nos llaman desde el Banco para decirnos que ya está el resultado de determinado joven, y ese resultado es positivo, nuestra institución tiembla de alegría y de triunfo. Es un nuevo revivir", expresó.

Junto a Kaufmann y De Carlotto estuvieron presentes Pablo Jacovkis, secretario de Investigación y Desarrollo de la UNTREF; Víctor Penchaszadeh, director de la Especialización en Genética, Derechos Humanos y Sociedad; Guillermo Amarilla Molfino, nieto recuperado número 98; Mariana Herrera Piñeiro, directora del BNDG; y Daniel Cholakian, coordinador del libro y moderador en la jornada.

En Una pregunta. 30 años se destaca la lucha de los organismos de Derechos Humanos pero también el rol determinante que cumplieron los científicos en la creación del Banco y en la búsqueda de la verdad. En este sentido, Jacovkis sostuvo que "la recuperación de la identidad es el resultado del trabajo colectivo de una sociedad comprometida respaldada por la labor y la colaboración de científicos responsables".

Al igual que el secretario de Investigación y Desarrollo, para Víctor Penchaszadeh –quien fue definido por Cholakian como "la historia viva de todas las investigaciones en genética de nuestro país"– las Abuelas impulsaron a los científicos y genetistas comprometidos por la historia y la verdad, y agregó que "es fundamental comprender que la ciencia no puede concebirse sin el consenso social".

Penchaszadeh es un especialista en genética, medicina, salud pública y bioética. Participó en la creación del primer índice de abuelidad –fórmula estadística que permite identificar a hijos de desaparecidos y que establece con precisión la probabilidad de parentesco entre abuelos y nietos– y es un permanente asesor de las Abuelas de Plaza de Mayo y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, es el presidente de la Red Latinoamericana y del Caribe de Bioética UNESCO, y miembro del Panel de Expertos en Genética Humana de la OMS. Reside en Buenos Aires desde 2007, tras vivir varios años en el extranjero.

Creado por la Ley 23.511 en 1987, el BNDG es un organismo pionero en el campo de la genética forense. El libro presentado en la UNTREF recorre su historia a través de los interrogantes que están presentes en su propia fundación: ¿Puede nuestra sangre servir para identificar a nuestros nietos?, ¿se puede determinar la relación entre los abuelos y los nietos a partir de una muestra de sangre?, ¿quién soy?, ¿cuántos son? y ¿dónde están? Estas son algunas de las cuestiones que se plantean y que sirven como disparadores para futuras investigaciones. 

Nacido en cautiverio en 1980, Guillermo Amarilla Molfino conoció su verdadera identidad en octubre de 2009 y gracias al BNDG pudo encontrarse con sus hermanos y familiares. "Yo tenía un montón de preguntas internas. El trabajo de las Abuelas y del Banco le dio un orden a esos interrogantes que se me iban develando. Hoy por suerte tenemos la tranquilidad de que existe un lugar en donde todos aquellos que tienen dudas sobre su identidad pueden preguntarse de dónde vienen y quiénes son realmente", indicó el 98º nieto recuperado.

Para concluir, Estela de Carlotto se esperanzó en hallar a los más de 300 nietos que faltan. "Muchas no llegaremos a verlos, pero queda el relevo de una joven sociedad dispuesta a continuar nuestro trabajo. Es hermoso pasar por la vida habiendo dejado algo", concluyó ante la ovación del auditorio. 

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