Mujeres: una de las poblaciones más afectadas por la pandemia de COVID-19

A la sobrecarga de tareas en el hogar, se le agregan las exclusiones en el mercado de trabajo y un incremento de los casos de violencia de género por el confinamiento.

26-05-2020

Con el correr de los días, la crisis generada por el nuevo coronavirus (covid-19) reveló que las mujeres son uno de los grupos a los que más afecta este nuevo escenario. La pandemia no solo impactó en las relaciones dentro de las familias y la organización social del cuidado, sino que puso al descubierto la brecha existente en el mercado laboral y produjo un crecimiento de los casos de violencia de género. 

La coordinadora académica de la Maestría y la Especialización en Políticas Sociales Urbanas de la UNTREF, Vilma Paura, apuntó que el aislamiento generó nuevas demandas en cuanto a la preparación de alimentos, desinfección de los espacios, atención de niños y niñas que necesitan acompañamiento escolar, y en ocasiones también el cuidado de personas mayores.

“Estas tareas recaen fundamentalmente sobre las mujeres. Muchas deben conectarse con sus propios recursos tecnológicos, en viviendas no necesariamente adecuadas, para seguir con su trabajo remunerado, algo que es menos común en varones padres, que parecen poder encontrar un espacio y momentos para trabajar tranquilos. Más allá de las licencias otorgadas por el gobierno para madres y padres con niños escolarizados, la división del trabajo en la organización cotidiana de la vida familiar no reconoce medidas administrativas y depende todavía de estereotipos sexistas y prácticas patriarcales”, aseguró la especialista. 

Según un informe de Organización de las Naciones Unidas (ONU), las mujeres realizan 2,5 veces más trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que los hombres. Esta distribución desigual en las labores del hogar, acrecentada en el marco de la emergencia sanitaria, tiene una fuerte incidencia en la vida de las mujeres. “Implica menos tiempo para estudiar, ingresos intermitentes y fuertemente condicionados al mercado laboral, más obstáculos para ser designadas en puestos jerárquicos, salarios más bajos y mayores posibilidades de pobreza”, dijo Paura sobre sus efectos.  

La experta también se enfocó en cómo la pandemia profundizó las inequidades en el mercado laboral. La crisis de la covid-19 suprimió empleos en sectores cuya fuerza de trabajo tiene un alto componente femenino, como el caso del turismo, comercio y hotelería y gastronomía, entre otros rubros, pero además desnudó las condiciones de precariedad que afecta a muchas trabajadoras. De acuerdo a datos de marzo de 2020, del total de las mujeres que realizan ocupaciones remuneradas, el 16,5 % se dedica al servicio doméstico, de las cuales el 72,4 % no percibe descuento jubilatorio ni tiene obra social. “Más allá de que en 2014 se sancionó una ley que regula el trabajo en casas particulares, en la práctica la mayor parte de estas trabajadoras no accede a sus derechos básicos. Pensemos cuánto circuló en los medios la consulta sobre si igual había que pagar el salario a las mujeres que realizaban las tareas de limpieza y que no podrían ir a sus lugares de trabajo habituales por el aislamiento”, acotó.

Además, Paura señaló que el personal sanitario incluye un amplio porcentaje de profesiones y trabajos feminizados: enfermeras, auxiliares de enfermería, terapistas, bacteriólogas y personal de limpieza. “Estos empleos suelen ser precarios y con bajos salarios, y es sabido que quienes son la primera línea de atención no cuentan con los elementos de bioprotección necesarios para atender el creciente número de enfermos, lo que pone en riesgo su salud y la de sus familias”, indicó.  

El porcentaje de mujeres dedicadas a servicios sociales y de salud está estimado en 68,4 %, entre las cuales se ubican las cuidadoras de los geriátricos y las asistentes sociales que trabajan en barrios vulnerables, que en CABA son actualmente los principales focos de infección.

Violencia de género en aumento

Por otro lado, una de las consecuencias más preocupantes del confinamiento es el aumento de casos de violencia de género. La línea 144, que atiende a personas que sufren o conocen situaciones de violencia, ha aumentado la cantidad de consultas en un 40%, y de acuerdo a datos del organismo de Derechos Humanos La Casa del Encuentro, desde que comenzó la cuarentena el 20 de marzo se registraron cerca de 50 femicidios, un tercio más de los ocurridos en el mismo período de 2018. El 71 % de las víctimas fueron asesinadas en sus hogares, y el 67 % de los femicidas fueron parejas o ex parejas. Además, 61 niños y niñas quedaron sin madre, y el 72 % de ellos son menores de edad. 

En ese sentido, la coordinadora de la Red Interdisciplinaria de Estudios de Género de la UNTREF, María Inés La Greca, remarcó que la violencia de género ocurre mayormente en los ámbitos íntimos y que el contexto de encierro la ha intensificado. 

“La violencia de género es un fenómeno que tiene que ver con cómo nuestra sociedad piensa desigualmente el valor de la vida y de los cuerpos de las mujeres, lesbianas, homosexuales, personas trans y travestis. Esa violencia ocurre en muchos ámbitos y ocurre particularmente en el ámbito de la vida de pareja  y de familia”, enfatizó.

Asimismo, dijo que hay todo un desafío sobre cómo organizar los refugios para las mujeres y la ayuda en el contexto actual, y destacó el trabajo que está haciendo el Ministerio de la Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación con las publicidades sin audio que difunden por televisión. “Lo hacen para que la mujer, en un rato que no está su agresor dando vuelta, pueda tomar nota de los canales de comunicación para hacer una denuncia o ser asesorada. Esto habla de cómo se está intensificando el riesgo que corren las mujeres, niños y niñas abusados y personas que son oprimidas por su condición de género”, insistió. 

Precisamente, el Comité Interdisciplinario contra las Violencias de Género de la UNTREF se encuentra trabajando en poder facilitar consejos y recursos. “Es importante recordar que las mujeres y el colectivo LGBTTBI tienen excepción para circular y poder realizar denuncias”, informó una de sus responsables, Luciana Arauz, y dijo que el Comité sigue recibiendo consultas en forma virtual. “Las consultas tienen carácter confidencial y no necesariamente tienen que ver con denuncias o pedidos de intervención. Estamos acá para pensar juntas cómo resolver situaciones”, aclaró sobre su funcionamiento. Los canales para contactarse con el Comité son el email atenciongeneroydiversidad@untref.edu.ar y el número de celular 11 3907-3538